El análisis independiente de Logoslab de los datos internos del segundo estudio preelectoral sobre las elecciones gallegas del CIS apenas modifica la fotografía electoral de hace 15 días. El PP retrocedería en votos y en diputados respecto a 2020 pero alcanzaría hoy la mayoría absoluta con 39-40 escaños. Recordemos que la mayoría está en los 38 asientos. El BNG mantiene su línea ascendente, consolida los 23 escaños (4 más que en 2020) y podría pelear otro más, por Pontevedra, en disputa con el PP.
Ana Pontón se ha convertido por derecho propio en la esperanza de la izquierda en estas elecciones. Es, de largo, la candidata de izquierdas mejor valorada y con más tirón, lo que se manifiesta de manera clara en los movimientos entre partidos: uno de cada cuatro votantes del PSdG y más de la mitad de los que votaron a Galicia en Común hace 4 años optarían ahora por el BNG. Ambas transferencias se han incrementado desde que comenzara la precampaña, en una dinámica que lo normal es que continúe hasta el día de las elecciones.
En este contexto complicado, el PSdG de Gómez Besteiro se mantiene en los números de enero y obtendría 12 escaños, dos menos que en 2020.
El pulso nacional contamina la campaña
El PP mantiene la mejor tasa de lealtad electoral, con una fidelidad del 90% (9 de cada 10 de sus votantes volvería a escoger la papeleta del PP), lo que significa que está logrando reducir sus fugas al máximo. Un 3% de los antiguos votantes de Feijóo se marcharía ahora al BNG, un 2% al PSdG y un 1% Vox, partido que está fuera de la carrera.
Rueda, muy protagonista en el último tramo de precampaña, vuelve a ser el candidato mejor valorado por sus propios votantes con una nota de 8,3 y compensa parcialmente las fugas a otros partidos con las entradas que llegan fundamentalmente del PSdG. A Besteiro, que tiene unos datos aceptables de valoración entre sus votantes y los del BNG, le ocurre lo contrario que al candidato popular. Si Rueda, tras un inicio algo eclipsado por Feijóo, ha sabido encontrar el equilibrio entre el relato nacional y el estrictamente gallego, a Besteiro le puede estar pasando factura que el marco discursivo de su campaña esté más en el plebiscito a Feijóo y la ascendencia de Sánchez, que en los problemas de los gallegos, que es la bandera que está enarbolando el Bloque. El PP y el BNG tienen un 90% y un 88% de fidelidad, mientras la del PSdG apenas alcanza el 56%.
Demasiados votos sin representación
Las cuentas siguen sin salir para la izquierda porque hay más de 40.000 votos que se quedan sin representación. Sin contar los que pueda obtener Podemos. Los números del CIS preelectoral del mes pasado no eran muy esperanzadores para la formación de Yolanda Díaz, pero los del estudio recién publicados son aún peores. Sumar pierde apoyos en las últimas semanas, cae por debajo del 3% en el conjunto de Galicia y está cada vez más lejos de entrar en las dos provincias más pobladas, que era donde tenía depositadas todas sus esperanzas.
Con Sumar y Vox fuera de la ecuación, con toda la prudencia que debe marcar el hacer proyecciones sin el dato concreto de cada territorio –el CIS sólo ofrece en sus tablas el del conjunto de Galicia, sin desagregar– y con el interrogante del efecto fundamental en estas elecciones del voto CERA, el reparto de escaños por provincias quedaría de la siguiente manera:
Por último, un apunte sobre la participación para todos aquellos que quieran seguir la jornada electoral. Los datos del CIS apuntan a un 63%-64% de participación sobre censo residente (la que se da a las 20h tras el cierre de los colegios), que sería idéntica a la registrada en 2012 y 2016 (63,8% en ambas) y superior en 3-5 puntos a la del 2020, en plena pandemia, que se quedó en 58,9%. Todos estos datos son sobre censo residente (sin el voto exterior), puesto que al hacerlo sobre el total de votantes, incluido el voto CERA (censo electoral de residentes ausentes), la participación final se reducirá cerca de 10 puntos, 53%-54%, salvo que se produzca un aumento súbito por el fin del voto rogado. Recordemos que en estas elecciones podrán votar 2,6 millones de personas, de los cuales 1 de cada 6 votantes gallegos reside en el extranjero (476.000 electores).
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Es posible que cuando se dé la participación de las 20h leamos que se ha producido una subida histórica. Si eso sucede, pensemos que ese ascenso de la participación podría ser menor del que se habla, al estar comparándose participaciones distintas. Es lo que ocurre cada noche electoral en Galicia cuando se compara erróneamente el voto recién escrutado con el voto final que incluye el CERA de las elecciones anteriores. Sólo hay que hacer un repaso en cualquier buscador para ver cómo muchos medios anunciaron en 2020 que la participación había subido 5 puntos respecto a 2016 (58,9% vs 53,6%) cuando en realidad había bajado otros tantos (58,9% vs 63,8% sin CERA, y 49,0% vs 53,6% con CERA).
Análisis de Logoslab. Datos recalculados desde la propia matriz de resultados, cruzados por recuerdo de voto para eliminar el sesgo producido por el desfase entre el voto real en urnas y el manifestado en el estudio 3440 'Precampaña de las elecciones autonómicas de Galicia’ del Centro de Investigaciones Sociológicas.
** Rafael Ruiz es consultor y analista de datos en asuntos públicos en Logoslab.
El análisis independiente de Logoslab de los datos internos del segundo estudio preelectoral sobre las elecciones gallegas del CIS apenas modifica la fotografía electoral de hace 15 días. El PP retrocedería en votos y en diputados respecto a 2020 pero alcanzaría hoy la mayoría absoluta con 39-40 escaños. Recordemos que la mayoría está en los 38 asientos. El BNG mantiene su línea ascendente, consolida los 23 escaños (4 más que en 2020) y podría pelear otro más, por Pontevedra, en disputa con el PP.