Franco irrumpe en una campaña dominada por el 'procés'

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Las encuestas, dispares en lo secundario, coinciden en su gran mayoría en lo principal: gana el PSOE, que se queda más o menos como estaba; sube el PP hasta más allá de la frontera de los 100; cae Ciudadanos, puede que incluso por detrás de Unidas Podemos y Vox; aguantan el tirón, con una caída controlada, Pablo Iglesias y los suyos; sube significativamente la ultraderecha de Santiago Abascal; Más País no acaba de consolidarse, aunque obtendrá representación. Ningún bloque de partidos estatales, ni a izquierda ni a derecha, alcanza la mayoría absoluta (176 diputados), por lo que para la investidura hará falta o el apoyo o abstención de uno de los grandes partidos estatales en favor del candidato de otro, o bien un acuerdo con los independentistas, actualmente inmersos en una dinámica rupturista. Se verá si las urnas refrendan los sondeos. De momento, queda la campaña. Y las coordenadas de debate político en las que se enmarca favorecen a priori a los partidos conservadores, coinciden los analistas. Cataluña manda. Cataluña y todo lo que la "cuestión nacional" arrastra: bandera, patria, orden. ¿Puede la exhumación de Franco cambiar esta dinámica y favorecer al PSOE, que insiste en que un "gobierno socialista" ha sido al fin capaz de "sacar al dictador" después de 44 años? ¿Qué factores pueden determinar la campaña de aquí al 10 de noviembre? infoLibre repasa los puntos de vista de cuatro analistas e investigadores.

  La pelea por la agenda

"Siempre hay pelea por la agenda. Todos los partidos intentan que manden temas que cohesionan a los propios y dividen al resto. En el caso de la memoria histórica, de Franco, no estoy seguro de que le sume nada a la izquierda, aunque sí estoy seguro de que no le resta y que hasta cierto punto la compacta. Y, más importante, pone a la defensiva a la derecha", señala el politólogo Pablo Simón. A su juicio, una vez rota la unidad de la derecha española, con una pugna entre PP y Vox por el electorado más conservador, la exhumación de Franco incomoda al partido de Pablo Casado, que "tiene un electorado muy dividido por este tema" [ver aquí encuesta de Sigma Dos para El Mundo que muestra cómo la exhumación divide a los votantes del PP]. "Vox siempre busca la guerra cultural: memoria, feminismo, valores... En cambio, al PP lo saca de su raíl y del debate que le interesa". Mientras Cataluña pone el foco sobre el PSOE, el Gobierno y sus contradicciones, señala Simón, Franco obliga al PP, único partido con opciones de disputar al PSOE el liderazgo político, a contorsionarse.

¿Puede este hito condicionar la campaña? Simón lo duda. Cree que el terreno de juego está ya determinado por Cataluña y que los factores añadidos que afectan a esta campaña –distintos de los de la campaña del 28 de abril–, ya han aparecido en el tablero hace semanas. "El cambio de la oferta partidista –con la incorporación de Más País–, el incremento del pesimismo con la situación económica y con los políticos, la previsible subida de la abstención... Todo eso es nuevo. Y además, hay un cambio en las estrategias de los partidos. El PSOE intentando agrupar a la máxima cantidad posible de electorado detrás de sí reclamando una mayoría para la estabilidad. El PP intentando moderarse. Y los dos tienen el mismo objetivo, despiezar a Ciudadanos, que es el más vulnerable". El politólogo señala que, dada la elevada tasa de indecisos y el clima de polarización, es previsible que la campaña y su debate a cinco sean "decisivos" para inclinar la balanza ante el previsible empate entre bloques. Atentos, pues, a lo que queda.

  Vox tapona al PP

El consultor político César Calderón cree que el efecto de la exhumación de Franco no beneficia directamente al PSOE, pero sí puede hacerlo indirectamente. ¿Cómo? Elevando el voto de Vox, que a su vez –recalca Calderón– se ha convertido en el único freno ante el cada vez más pronunciado ascenso del PP. "Hasta ahora, lo que más claro queda en las encuestas es que la tensión en Cataluña ha exacerbado el voto de Vox y la opción nacionalista [catalana] más radical [la CUP]. Las últimas encuestas apuntan a que el PSOE ha dejado de caer, situándose cerca de sus resultados de abril, el PP sube 40 o más escaños, superando los cien, Ciudadanos está en parada cardiorrespiratoria y Vox se consolida, paradójicamente, como la única herramienta para frenar el ascenso del PP", señala Calderón. A su juicio, es dudoso que la exhumación de Franco mueva voto progresista o cambie el marco de debate. Es más, cree que se inserta en el mismo campo –identidad, historia– que el debate sobre el procés. El resultado es una "polarización" que, eso sí, puede beneficiar a Vox y perjudicar al PP, que ha optado por no decir casi nada del tema. "La exhumación de Franco es un acto de justicia. El dictador no puede estar en Cuelgamuros. Punto. Ahora bien, el lío mediático, toda esa atención en medio de una campaña puede tener efectos. Y creo que el más probable es un crecimiento de Vox".

Calderón, al igual que Simón, duda que Franco determine el resto de la campaña, marcada por Cataluña. "Cuando se convocaron estas elecciones, tras la falta de acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos, estaba ya claro que el tema iba a ser Cataluña. Franco es un hype [de "hipérbole", un furor momentáneo], un volcán, pero no un terremoto. Dudo de su incidencia electoral, aparte de movilizar el voto de Vox. El terreno de juego ha sido y sigue siendo propicio para la derecha: cuestión territorial, patria, bandera... Las cuestiones sociales, que son con las que el PSOE gana elecciones, ni están ni se las espera".

¿Y los debates? "No van a ser debates puros, van a ser monólogos de cinco, con poca influencia para movimientos entre bloques, aunque sí dentro de los propios bloques izquierda-derecha. Albert Rivera tiene que salir a morder, a morir con las botas puestas como el general Custer. Y hay que ver cómo se resuelve la dialéctica entre Unidas Podemos y el PSOE". Calderón sí deja una advertencia sobre la mesa. Con las encuestas advirtiendo de un porcentaje de indecisos muy elevado, e insertos en una dinámica en la que cada vez más votantes toman la decisión a última hora, la semana de campaña puede tener gran influencia, especialmente si hay errores de bulto. "Ojo, porque Vox está ahora en 12 puntos en algunas encuestas. Con dos puntos más se coloca tercero y empieza a ser competitivo electoralmente en las provincias que reparten menos diputados. El saldo izquierda-derecha de la repetición puede ser netamente favorable a la derecha", señala. Y más aún, recalca, cuando la derecha domina el marco de discusión.

  Orden o cierre de filas

"Llevamos mucho tiempo a vueltas con la exhumación. Es un tema descontado por la mayoría de la opinión pública. El posible efecto que pudiera tener, a mi juicio, ya se produjo. No creo que determine el voto ni que tenga capacidad para enmarcar discursos. Su trascendencia va a ser limitada en una campaña marcada por el monstruo de Cataluña, que se está comiendo absolutamente todo. La exhumación quedará bastante eclipsada", señala Carlos Abella, consultor en comunicación. ¿Buenas noticias para los partidos conservadores? Abella cree que, mientras el "eje de campaña" sea la "unidad de España", la incomodidad la sufre la izquierda. "Y más si hay tintes de orden público, como ha ocurrido en Cataluña. Esos discursos suelen favorecer a los partidos de derechas".

No obstante, en el PSOE confían en verse beneficiados por el fenómeno del cierre de filas, también conocido por su nombre en inglés: rally 'round the flag [ver aquí un artículo de Luis Arroyo en este periódico que lo explica]. "En tiempos de tribulación, no hacer mudanza", se diría en lenguaje popular. La esperanza socialista es que el electorado se arracime en torno a la figura institucional más visible, el presidente, que ofrece certeza y firmeza en tiempos de confusión. ¿Puede funcionar? "Es un efecto que siempre se puede producir en tiempo de inestabilidad y crisis. Eso explica el giro, digamos, hacia la moderación del PSOE, buscando la adhesión del segmento moderado del electorado en torno al presidente. Es una operación que podría funcionar". Además, el PSOE tampoco tiene muchas más opciones, dado que hay poco margen ya para introducir nuevos temas. "Queda poco tiempo, todo el mundo está agotado: los partidos, la opinión pública... Con la omnipresencia del tema catalán, no veo espacio para colocar temas sociales como pensiones, sanidad, educación. Va a ser complicado". Pedro Sánchez arrancó la campaña anunciando una subida de las pensiones. Pero eso fue antes de la sentencia del procés.

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  Un gancho para indecisos

"El resultado de las urnas va a depender considerablemente de la participación final. Los partidos se encuentran en la encrucijada de movilizar a su votante y a aquellos que les votaron en abril. PSOE y Ciudadanos son los partidos que mayor número de indecisos tienen, según las últimas encuestas, respecto a aquellos que recuerdan haberles votado en las pasadas elecciones generales", señala la politóloga Guadalupe Talavera. Traducción: el primer objetivo de los partidos es "la movilización del electorado que simpatiza con su marca". Continúa Talavera: "En el caso del PSOE, la exhumación de Franco beneficia a este objetivo. Coloca la agenda mediática y de campaña en un eje favorecedor a la izquierda: la agenda social e ideológica, sabiendo que los días anteriores Cataluña había ocupado todas las portadas de prensa y los programas especiales de los telediarios. Cataluña es un tema de eje nacional que provocaba un desgaste en la campaña del actual presidente del Gobierno y beneficiaba al bloque de derecha". Talavera señala que no se puede concluir que la exhumación vaya a ser un "factor decisivo", pero sí cree que es una manera "acertada" de recuperar "indecisos".

De las voces consultadas, la de esta politóloga es la que más réditos electorales le calcula a la exhumación. Sobre Vox, coincide con el criterio de los demás. "Es, sin duda, el partido que mejor está aprovechando los dos grandes temas de la campaña. Por un lado, su postura a favor de un Estado central y de dureza con respecto al tema catalán moviliza al electorado de derecha, que ve en Ciudadanos y PP dos partidos que no han respondido a sus exigencias. Por otro, la exhumación de Franco, sabiendo que la postura del PP no es clara al respecto –su electorado está dividido ante esta cuestión–, puede atraer a aquellos que consideran que este tema debe quedar en el pasado y la exhumación de Franco no era necesaria".

Las encuestas, dispares en lo secundario, coinciden en su gran mayoría en lo principal: gana el PSOE, que se queda más o menos como estaba; sube el PP hasta más allá de la frontera de los 100; cae Ciudadanos, puede que incluso por detrás de Unidas Podemos y Vox; aguantan el tirón, con una caída controlada, Pablo Iglesias y los suyos; sube significativamente la ultraderecha de Santiago Abascal; Más País no acaba de consolidarse, aunque obtendrá representación. Ningún bloque de partidos estatales, ni a izquierda ni a derecha, alcanza la mayoría absoluta (176 diputados), por lo que para la investidura hará falta o el apoyo o abstención de uno de los grandes partidos estatales en favor del candidato de otro, o bien un acuerdo con los independentistas, actualmente inmersos en una dinámica rupturista. Se verá si las urnas refrendan los sondeos. De momento, queda la campaña. Y las coordenadas de debate político en las que se enmarca favorecen a priori a los partidos conservadores, coinciden los analistas. Cataluña manda. Cataluña y todo lo que la "cuestión nacional" arrastra: bandera, patria, orden. ¿Puede la exhumación de Franco cambiar esta dinámica y favorecer al PSOE, que insiste en que un "gobierno socialista" ha sido al fin capaz de "sacar al dictador" después de 44 años? ¿Qué factores pueden determinar la campaña de aquí al 10 de noviembre? infoLibre repasa los puntos de vista de cuatro analistas e investigadores.

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