El gasto anual en conciertos con la sanidad privada sube con la pandemia cerca de 1.000 millones

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (PP), durante una visita a un hospital en marzo.

La pandemia ha cambiado el mundo, dicen. Desde luego ha cambiado más unas cosas que otras. Entre las que han sufrido modificaciones significativas está el sistema sanitario español y el equilibrio de fuerzas en su seno. No es forzado decir, datos en mano, que la red pública sale tocada y la privada, reforzada. Y reforzada, al menos en parte, gracias a los recursos de la pública. Un nuevo dato lo avala. Entre 2019 y 2021, la partida global del Estado para conciertos sanitarios ha subido de 8.267,18 millones a 9.227,09, lo que supone un alza de 959,1 millones y el 11,61% en sólo dos años, como reflejan los datos de la última actualización de la Estadística de Gasto Sanitario Público.

Cada uno de los dos últimos años se ha superado la media de subida interanual desde el inicio de la serie hace más de veinte años, que es de un 3,41%. En 2021 el incremento es más del doble de la media, un 7,62%. Por primera vez se superan los 9.000 millones de euros de gasto público en conciertos, tras un incremento no es homogéneo en todas las comunidades. El mayor aumento en porcentaje se da en Madrid, donde alcanza un 28,55%. La comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso (PP) constituye un caso llamativo. El gasto en esta partida bajó en 2020 para rebotar en 2021 desde 902,43 a 1.217,99 millones, una subida de más de 315 millones y un 34,96% en un solo año. Es decir, Madrid es la comunidad en la que más sube el gasto en conciertos en dos años... pese a que en el primero de los dos bajó. Detrás de Madrid van en subidas, tomando como referencia el periodo 2019-2021, Castilla La Mancha (21,74%) y Cataluña (18,1%). En el extremo opuesto hay cuatro comunidades donde baja: La Rioja (-18,4%), Aragón (-6,86%), Baleares (-3,6%) y Canarias (-1,5%).

El Gobierno de La Rioja (PSOE), a través de un portavoz, vincula la bajada de la partida en conciertos con una apuesta por el reforzamiento de la red pública, incluyendo la extinción total del acuerdo con la clínica Viamed de Logroño, que había sido prorrogada varias veces por más de 7 millones. "El gasto en concertación sanitaria ha descendido a causa de la internalización de casi todos los servicios que habían sido externalizados en anteriores legislaturas", señala, apuntando contra el PP.

Entre los servicios "devueltos a lo público", están las intervenciones de cataratas, cirugía general, traumatología, urología y la cirugía cardiaca. Además, se ha internalizado la radiología –excepto uno de los lotes que incluía la resonancia abierta– y el transporte sanitario, creando una empresa pública que lo gestiona (La Rioja Cuida), y está en proceso de hacerse lo mismo con hemodiálisis, todo ello según este portavoz, que añade: "Al margen de estas internalizaciones, el gasto ha descendido porque no se está derivando ninguna intervención quirúrgica a la sanidad privada. El propio sistema público de salud está asumiendo la lista de espera, que ha aumentado durante la pandemia, realizando intervenciones en jornada de tarde y fin de semana".

infoLibre solicitó a la Consejería de Salud de Madrid una explicación sobre los motivos de su aumento en conciertos. A través de un portavoz, el departamento que dirige Enrique Ruiz Escudero señaló negó que haya un "incremento" de actividad concertada y atribuyó la subida "abono de liquidaciones pendientes".

Madrid, caso aparte

La de conciertos no es una partida que suba aisladamente. Todo el gasto sanitario público se ha elevado durante la pandemia, que ha obligado a las comunidades a dar una respuesta extraordinaria. El gasto total subió entre 2019 y 2021 un 17,78%, más de lo que subió el gasto en conciertos, hasta superar los 90.000 millones. La excepcionalidad de la situación obligó a un esfuerzo de gasto tan importante que, pese a que lo dedicado a conciertos subió casi mil millones, bajó del 10,8% al 10,2% su cuota en el total invertido por las administraciones, fundamentalmente las consejerías de salud o sanidad.

Ahora bien, hay excepciones. El gasto destinado a conciertos baja en todas las comunidades con respecto al total del gasto sanitario salvo en cinco. En cuatro de ellas la subida es leve: Asturias (del 5,8% al 5,9%); Castilla La Mancha (del 4,9% al 5%); Extremadura (del 4% al 4,2%) y País Vasco (del 5,9% a 6,1%). Caso aparte es otra vez Madrid, donde el gasto en conciertos con respecto al total bajó entre 2019 y 2020 del 10,5% al 8,9% para luego rebotar con fuerza hasta el 11,7%. Es decir, subió 1,8 puntos en sólo un año.

Un "círculo vicioso"

Los datos de la Comunidad de Madrid, principal motor de esta subida global de la concertación, son coherentes con los resultados del informe anual sobre privatización sanitaria elaborado por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp), que entre otras variables evalúa el gasto en conciertos. Madrid aparece año tras año en cabeza en privatización sanitaria, según los resultados obtenidos.

Marciano Sánchez-Bayle, presidente de la Fadsp, cree que esta comunidad es la máxima expresión de una "deriva" general. "Hay una actitud política de incrementar la derivación y reducir la utilización de recursos públicos, empezando por las camas", afirma Sánchez-Bayle. A su juicio, que el crecimiento porcentual del gasto sanitario total sea mayor que el de los conciertos no es significativo, porque el segundo genera obligaciones que se consolidan con el tiempo. Es decir, ve previsible que el terreno conquistado por el sector privado durante la pandemia no mengüe una vez que pase del todo la situación de pandemia.

En el futuro, añade, haya o no otra emergencia, el sistema en su conjunto habrá perdido "elasticidad" y será más dependiente de recursos externos. "Es un círculo vicioso, que beneficia a la sanidad privada a costa de la pública", señala. Los datos de concertación, añade el presidente de la Fadsp, indican que hay una "voluntad de ampliar y estabilizar" esta dependencia, que se observa también en la rampa de salida de la pandemia. En Andalucía (PP) la previsión de derivaciones de pacientes a hospitales privados alcanza en 2023 los 245.000, un 25,16% más que en 2022 y un 42,78% más que en 2018. Es una dinámica contraria a la que describe el Gobierno de La Rioja.

Una ley pendiente

Mientras tanto, la ley de sanidad del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos, que pretende limitar las posibilidades de privatización, sigue pendiente de aprobación. La norma que salió del Consejo de Ministros establece que "la gestión y administración de las estructuras y servicios públicos" del Sistema Nacional de Salud se llevará a cabo "de manera directa" y que el recurso a conciertos deberá ser "excepcional" y estar "justificado y motivado objetivamente". La formulación inquieta al sector privado al mismo tiempo que no satisface a Unidas Podemos, que la ve vaga y cree que la norma deja espacios para que continúen creciendo los conciertos.

infoLibre trató de precisar a través de ambos partidos la situación de las negociaciones, pero no hubo aclaraciones. Está por ver si, una vez encarrilada la ley de vivienda, es turno ahora de la norma sanitaria.

Un elemento clave del negocio hospitalario

El auge de los conciertos es una de las causas del lucrativo momento del negocio hospitalario español, que viene encadenando cifras de facturación récord. En 2021, último año con datos cerrados, el negocio se situó por encima de los 11.500 millones.

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La mayoría de este mercado se deriva de los convenios con aseguradoras y de los conciertos. Los ingresos por "privado puro", utilizando la terminología del sector, constituyen sólo el 9,98% del total de la facturación, con datos de 2021.

Los principales beneficiarios de esta fase al alza del negocio son diez compañías que suman 7.563 millones, el 65,62% de un mercado que lleva una década dorada. En 2011 las que eran diez principales compañías facturaban 2.597 millones. El registro se ha multiplicado casi por tres.

Destaca en el plantel un nombre, Fresenius, que se ha reforzado como líder del negocio hospitalario. En realidad, como líder del negocio sanitario, incluyendo los seguros, que viven un fuerte auge alimentados por el descontento con la sanidad pública. Quirón, que forma parte de la multinacional alemana, ha crecido más de un 25% en facturación durante la pandemia, hasta superar los 4.000 millones. Su negocio ha pasado de 2.540 millones en 2016 a 4.021 en 2021 (+58,3%).

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