El Gobierno insiste en que espera la respuesta de Iglesias a una propuesta que Unidas Podemos niega haber recibido

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Todo puede cambiar en cuestión de horas pero, de momento, la negociación para un acuerdo de gobierno lleva días congelada a la espera de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias descuelguen el teléfono y se citen para desatascarla. La última vez que se vieron fue el lunes en La Moncloa y la reunión no llegó a la media hora, según fuentes conocedoras del encuentro consultadas por infoLibre. Sobre lo ocurrido en tan breve espacio de tiempo circulan versiones enfrentadas, pero a estas alturas lo único que parece seguro es que desde entonces ninguno de los líderes políticos de la izquierda española se ha movido un milímetro: Sánchez ofrece a Unidas Podemos (UP) presencia en los segundos escalones del Gobierno e Iglesias insiste en que quiere estar en el Consejo de Ministros en proporción al peso político de su formación en el Congreso, lo que significa un asiento de UP por cada tres del PSOE.

El presidente del Gobierno en funciones y el secretario general de Podemos llevan personalmente las conversaciones, entre otras cosas para limitar al máximo las filtraciones que puedan poner en peligro la construcción de un acuerdo. Pero sí se sabe que el desencuentro es tal que Sánchez asegura estar a la espera de la respuesta de su interlocutor a una propuesta concreta de la que Iglesias asegura no tener noticias.

En Unidas Podemos cunde la preocupación porque la estrategia del PSOE sea esperar al último minuto en la "falsa creencia" de que Iglesias termine por ceder, presionado por el riesgo de tener que afrontar unas nuevas elecciones. En la formación morada admiten que volver a las urnas les perjudicaría, pero subrayan que el PSOE no sería capaz de rentabilizar la repetición electoral y, a la postre, el único beneficiado sería Pablo Casado.

Los socialistas, en cambio, temen que Iglesias quiera echarles un pulso con la presencia al más alto nivel de UP en el Gobierno con el argumento de que de ese modo Esquerra facilitará la investidura. Sánchez sigue sin querer ni oír hablar de los independentistas, por eso insiste una y otra vez en reclamar a PP y a Cs que se abstengan.

La propuesta que está encima de la mesa fue enunciada hace unos días públicamente por la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, y reiterada este viernes por Sánchez durante una rueda de prensa en Bruselas. “Nosotros lo que estamos planteando”, explicó, “es un gobierno de cooperación en tres ámbitos. Uno, parlamentario, donde nosotros hemos calificado Unidas Podemos como un socio preferente. Dos, un acuerdo programático, para poner en marcha todas aquellas cuestiones de avances sociales en los que podamos coincidir con Unidas Podemos. Y tres, una cooperación institucional, donde lógicamente Unidas Podemos tiene todo el derecho a verse representado en el ámbito de la administración pública. Yo creo que es una propuesta razonable, sensata, ambiciosa y yo espero que Unidas Podemos” apoye la investidura.

Sánchez se refiere a “responsabilidades político-administrativas importantes”, pero fuera del Consejo de Ministros, como anticipó Calvo el miércoles en las declaraciones en la que también aseguró que el presidente en funciones está esperando una respuesta. “Estamos esperando que Unidas Podemos pueda ya dar una respuesta y que avance algo respecto a la oferta formulada por el presidente”, señaló.

Fuentes de Unidas Podemos, sin embargo, sostienen que no pueden responder a "ninguna propuesta" porque esta no se ha producido. No hay ninguna oferta detallada, a pesar de que tanto Calvo como Sánchez están diciendo que se la han planteado, y el mero hecho de que estén hablando de ello ha causado gran malestar en la dirección de UP.

Una propuesta “humillante”

En todo caso, la negativa a darles presencia en el Consejo de Ministros la consideran una “humillación” en la formación morada, y la contraponen a la composición de los gobiernos autonómicos en los que ya se han firmado pactos con la participación de UP, como es el caso de los de la Comunitat Valenciana e Illes Balears. En ambos el presidente socialista estará acompañado en la vicepresidencia por un representante de Unidas Podemos o del principal partido de la coalición.

En el lado socialista lo ven de otra manera. Subrayan la importancia de las Secretarías de Estado, muchas de las cuales manejan presupuestos importantes, y recuerdan que hay muchos puestos en la administración de enorme relevancia política y presupuestaria, desde altos comisionados a presidencias de empresas públicas que podrían ser ocupados por UP, especialmente en áreas sociales muy sensibles para los de Iglesias. La oferta sobre la que trabajan los socialistas no incluye ministerios pero trata de atraer el interés de UP ofreciendo áreas donde se perciba que los de Iglesias aportan al Gobierno. Y apuestan por soluciones “creativas” que den significado al trabajo de sus socios en el llamado “gobierno de cooperación”.

Si el PSOE no se mueve e insiste en negar a UP la entrada en el Consejo de Ministros, advierten las mismas fuentes del partido de Iglesias, será muy difícil que las bases de su formación aprueben el acuerdo.

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En el Gobierno, aseguran las fuentes consultadas por infoLibre, mantienen que la intención de Sánchez es superar la investidura en julio sobre el supuesto de un acuerdo básico con Unidas Podemos y las abstenciones que necesita para conseguir la reelección. Si no lo consigue, el escenario más probable será la repetición de elecciones, aseguran.

Como telón de fondo está el riesgo de que un desencuentro conduzca directamente a esa situación. En el Gobierno hay incluso quien echa cuentas, apoyándose en estudios demoscópicos, para apostar por esta opción, convencidos de que si volvemos a las urnas el PSOE mejorará notablemente sus resultados. Ni siquiera temen la muy probable caída de la participación: sospechan que los más perjudicados serán quienes impidan la investidura, como PP, Ciudadanos o en su caso UP porque sus votantes, aseguran, son mayoritariamente partidarios de facilitar la reelección de Sánchez y evitar así esa repetición de elecciones.

Fuentes próximas al PSOE aseguran que en estos momentos toda la dificultad gira en torno a la cuestión del papel que desempeñará UP en el nuevo Gobierno y dan por hecho que, una vez que se supere, la negociación sobre el acuerdo programático para cuatro años será mucho más fluida porque en este ámbito nadie ha detectado, hasta el momento, obstáculos insalvables.

Todo puede cambiar en cuestión de horas pero, de momento, la negociación para un acuerdo de gobierno lleva días congelada a la espera de que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias descuelguen el teléfono y se citen para desatascarla. La última vez que se vieron fue el lunes en La Moncloa y la reunión no llegó a la media hora, según fuentes conocedoras del encuentro consultadas por infoLibre. Sobre lo ocurrido en tan breve espacio de tiempo circulan versiones enfrentadas, pero a estas alturas lo único que parece seguro es que desde entonces ninguno de los líderes políticos de la izquierda española se ha movido un milímetro: Sánchez ofrece a Unidas Podemos (UP) presencia en los segundos escalones del Gobierno e Iglesias insiste en que quiere estar en el Consejo de Ministros en proporción al peso político de su formación en el Congreso, lo que significa un asiento de UP por cada tres del PSOE.

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