PAQUETE FISCAL
El Gobierno negocia a la vez con Junts y Podemos mantener con cambios el impuesto a las energéticas
“Todo es cambiable”. Esta confesión la hace uno de los principales negociadores del Gobierno para sacar adelante el paquete fiscal que está ahora mismo en el aire en el Congreso de los Diputados. Llamadas, negociaciones, enmiendas. Las conversaciones se alargarán hasta el propio jueves por la mañana en la Carrera de San Jerónimo. Hasta el último minuto en el que los diputados tengan que pulsar el botón con el voto.
Tras más de siete horas y media de debate el lunes en la Comisión de Hacienda, el dictamen que contiene el paquete fiscal salió adelante in extremis con los votos del PSOE, Sumar, EH Bildu, Junts, PNV, ERC y el BNG. Pero el texto no tiene asegurada su ratificación por parte del Pleno ya que Podemos podría tumbar con sus cuatro votos el proyecto de ley. Y la política española vive inmersa durante estas horas en una gran paradoja: el voto al paquete fiscal del jueves depende del decreto sobre el impuesto a las energéticas, que no está incluido en el proyecto de ley y que no tiene fecha para su paso para el Consejo de Ministros.
Pero, como reconocen fuentes de la negociación, el impuesto a las compañías energéticas es la gran piedra angular sobre la que se mueve en estos momentos el éxito o el fracaso del bloque de investidura. Este gravamen temporal tiene vigencia hasta el 31 de diciembre. El PSOE pactó hace dos semanas con el PNV y Junts su eliminación, algo que provocó un gran malestar entre los socios a la izquierda del PSOE (ERC, BNG, EH Bildu y Podemos). Los tres primeros, con asiento en la Comisión de Hacienda, amenazaron con tumbar todo el dictamen por su desaparición, pero a última hora del lunes arrancaron el compromiso a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, de prorrogarlo un año más.
El pacto anunciado consiste en la aprobación de un real decreto ley. Pero esta norma no tiene los votos asegurados cuando llegue proveniente del Consejo de Ministros a la Cámara Baja, pues el PNV y Junts no están a favor. Hacienda, además, en la pirueta del lunes por la noche emitió un comunicado en sentido contradictorio con el siguiente mensaje: “El Gobierno quiere aclarar que mantiene su acuerdo con Junts para no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización”.
Todas las miradas en Podemos
El otro actor ahora en el gran foco es Podemos, a quien La Moncloa también ofreció participar del acuerdo alcanzado con ERC, BNG y EH Bildu, pero los de Ione Belarra se negaron. Entienden en esa formación que ese pacto es “papel mojado” porque no garantiza que vaya a haber impuesto. Por lo tanto, los morados se opusieron a participar en ese pacto a varias bandas.
Podemos dejó muy claro a lo largo de este martes que vincula directamente la votación del jueves a un acuerdo sobre el futuro impuesto energético, sobre el que el Congreso no se pronunciará esta semana. Las condiciones de los morados son claras: sólo apoyarán el paquete fiscal si el Ejecutivo garantiza los futuros votos de Junts y del PNV para el impuesto a las energéticas. Y los de Ione Belarra quienes escuchar de la propia boca de los posconvergentes que mantendrán ese gravamen. No hablarán directamente con los nacionalistas vascos y catalanes porque entienden que es el Gobierno central quien debe hacer esa tarea.
Dos vetos, dos posturas totalmente diferentes. Pero tanto en el Gobierno central como en el PSOE indican que es posible concitar un gran acuerdo y poder salvar a la vez el paquete fiscal del jueves. Sobre la mesa de la negociación está armar un modelo de impuesto a las energéticas en el que se concilien todas las posturas. Fuentes negociadoras del PSOE indican que ahora se centran en ver “cuánto y de qué manera” se grava a las energéticas en relación a su compromiso con la descarbonización. Es la vía que ven que puede concitar en un futuro el apoyo en el Congreso tanto por parte de Junts como de Podemos. Lo que recalcan en el Gobierno es que ese diseño en el que trabajan debe consistir en que sea un gravamen y no una mera cuestión cosmética.
Podemos no se achanta ante la presión: "No nos conocen"
“Estamos trabajando, estamos trabajando”, insisten desde el núcleo duro del presidente respecto a las conversaciones para sacar el paquete fiscal. Recuerdan tanto en el PSOE como en Sumar que el jueves se votan cuestiones esenciales como el impuesto al tipo mínimo del 15% a las multinacionales o el mantenimiento del impuesto a la banca (al que han garantizado su apoyo tras días de tensiones ERC, Bildu y BNG).
Precisamente estos tres socios, además de Sumar, creen que Podemos, aunque lo vincule al impuesto energético, no se puede permitir votar junto al PP y Vox y hacer caer el paquete fiscal del jueves. ¿Se atreverán los morados? Fuentes del partido que dirige Ione Belarra se muestran tajantes: “Si dicen eso es que no nos conocen”. Los morados indican sobre la votación del jueves: “En estos momentos estamos más en el ‘no’ que en la abstención”.
Si decae el proyecto de ley el jueves en el Congreso, no se aprobaría, como exige Bruselas, la implantación del impuesto a las multinacionales. ¿Eso aporta más presión a Podemos? Los morados niegan que eso sea un problema, ya que el Gobierno podría volver a llevar a las Cortes sólo lo que pide la UE, algo que está incluso dispuesto a apoyar el Partido Popular (que se descolgó del dictamen en Comisión al incluirse enmiendas fuera de lo aprobado por el Consejo de Ministros).