Faltaban apenas quince minutos para que el reloj marcara las cinco de la tarde. Martes, víspera de un macropuente. Tranquilidad política. Pero saltaban las alertas de los medios en los móviles: Podemos rompe con Sumar y se va al Grupo Mixto. Se consumaba el divorcio, pero antes de lo previsto. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no sabía nada. Se enteraba por la prensa.
A lo largo de la tarde se cruzan llamadas, hay que analizar la situación. La legislatura no es nada fácil y esta ruptura complica más la endiablada aritmética parlamentaria. El propio Sánchez mantiene una llamada con su vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, para ver la dimensión de lo sucedido. Y se abre otro canal a la vez: Ione Belarra y Félix Bolaños también charlan al teléfono.
El ministro de Presidencia y la líder de Podemos se conocen mucho, ellos dos fueron los que negociaron la estructura del pasado Gobierno de coalición. En esa conversación, según fuentes conocedoras, la exministra de Derechos Sociales traslada al dirigente socialista la disposición de su partido a dar estabilidad al nuevo Gobierno en el Parlamento a pesar de dejar el grupo parlamentario de Sumar.
Esta es una de las principales conclusiones que sacan en el Gobierno, tanto en el PSOE como en Sumar. Podemos no va a torpedear las leyes y tiene la intención de dar su visto bueno a los próximos presupuestos generales del Estado, la clave de bóveda para que el Ejecutivo pueda encarrilar la legislatura.
Podemos dará su apoyo al próximo gran decreto
Asimismo, Podemos tiene previsto también apoyar el decreto ómnibus que prepara ya el Gobierno con el que quiere englobar bastantes medidas sociales de aquí a final de año para que el Congreso las vote de una sola vez. Bolaños y la titular de Hacienda, María Jesús Montero, trabajan en él para sacar adelante la rebaja del IVA de ciertos alimentos y la gratuidad del transporte público para jóvenes, menores y desempleados a partir del 1 de enero.
La sensación de que no corre riesgo la legislatura por este movimiento interno en la izquierda fue trasladada a la prensa en conversaciones informales en el Congreso durante el acto del Día de la Constitución por los distintos actores, desde Pedro Sánchez hasta Ione Belarra pasando por Yolanda Díaz y Ernest Urtasun.
En Sumar están convencidos de que no habrá problema para sacar los presupuestos generales del Estado y las principales normas que sustenten la coalición progresista, e interpretan la salida de Podemos en la búsqueda de un foco y en establecer una negociación bilateral con el PSOE. Lo que sí creen es que los morados se pueden poner más duros y obstaculizar algunas leyes que no sean tan trascendentes.
En la parte socialista también trasladan que este paso de Podemos al Grupo Mixto sí supondrá tener que dialogar mucho más para sacar adelante las leyes. Aunque de manera irónica también indican fuentes del partido: “Si antes teníamos que hablar con siete partidos, ahora será con ocho”. Podemos tiene la intención además durante esta nueva etapa en centrase en temas como Palestina y el feminismo. Además, buscan ganar peso a través de un frente amplio con ERC y EH Bildu, grupos con los que tienen especial sintonía y con los que quieren trabajar codo con codo para ser ambiciosos en leyes de corte progresista.
Preocupación de cara a las elecciones gallegas y vascas
En el PSOE sí existe una preocupación en estos momentos por el giro de Podemos pensando en clave electoral futura. Creen, según fuentes del partido, que esto puede hacer menos competitivo al espacio a su izquierda en las próximas citas electorales. Hay previstos comicios el año que viene en Galicia y en Euskadi, además de elecciones europeas en junio (aunque estas son más proporcionales).
“Me preocupa lo que nos pasó en la Comunidad Valenciana el pasado 28 de mayo. El PSOE subió, pero no se pudo retener la Generalitat porque nuestra izquierda, por las divisiones, no movilizó a sus votantes”, reflexiona un miembro del Consejo de Ministros. Este fantasma del día de las elecciones autonómicas y municipales está presente entre muchos altos cargos del Ejecutivo y de la calle Ferraz. Podemos, por ejemplo, se quedó fuera en las Corts Valencianes y en la Asamblea y en el Ayuntamiento de Madrid.
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También otro ministro se hace esta reflexión: “¿Cómo van a ver los votantes que supuestamente Podemos representa a la izquierda plural cuando se sale del propio grupo de Sumar? Ellos verán, pero es preocupante para la izquierda”. Por lo tanto, también creen que esto hará que Yolanda Díaz tenga que hacer un mayor esfuerzo de cara a las próximas citas electorales en ese espacio.
Además, hay cargos del PSOE, como reconocen en privado, que creen que Podemos “se ha pegado un tiro en el pie”. Como refleja un miembro de la Ejecutiva Federal: “Ahora se diferencian de Sumar saliendo del Grupo Mixto. ¿Y luego? ¿Van a votar con el PP y Vox para mantener la tensión?” Con otra reflexión al aire: "Tampoco será una convivencia fácil en el Mixto junto a BNG, CC y UPN".
No obstante, todas las fuentes consultadas del Gobierno y del PSOE repiten que no ven a Podemos saliéndose de la mayoría que sustenta al Gobierno. “Hasta Junts está apoyando a la coalición progresista”. Sostienen que es muy complicado que no vayan a dar su apoyo a medidas de corte social como tiene previsto sacar adelante principalmente el Ejecutivo. A pesar de los choques con Podemos, el presidente no ha querido entrar en polémicas con los morados. En su reciente entrevista en TVE, al ser preguntado por el discurso de salida de Irene Montero del Ministerio de Igualdad, el jefe del Ejecutivo respondió que había trabajado bien con ella y subrayó: “Tiene mi respeto y mi cariño”.
Faltaban apenas quince minutos para que el reloj marcara las cinco de la tarde. Martes, víspera de un macropuente. Tranquilidad política. Pero saltaban las alertas de los medios en los móviles: Podemos rompe con Sumar y se va al Grupo Mixto. Se consumaba el divorcio, pero antes de lo previsto. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no sabía nada. Se enteraba por la prensa.