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Crisis del coronavirus

El Gobierno oculta los datos de uso de Radar COVID y los informáticos calculan que sólo un 1% de los positivos lo registran en la 'app'

Imagen de la aplicación móvil Radar COVID instalada en un móvil.

En torno a Radar COVID, la aplicación móvil de rastreo desarrollada por el Gobierno de España, perviven dos realidades, dos relatos paralelos. Por un lado, el de la Secretaría de Estado de Digitalización, que siempre apunta a dificultades pasajeras, a problemas técnicos puntuales, nunca a fallos estructurales. Y, por otro, el de muchos usuarios y determinados expertos en Informática y desarrollo de software, a los que el programa o bien no les funciona, o bien el sistema sanitario es el que les falla, sin otorgarles como positivos una contraseña que introducir en la interfaz y avisar telemáticamente a sus contactos estrechos. Otros reportan que han tardado hasta ocho días en recibir la notificación desde que su contacto estrecho dio el aviso. No hay apenas datos del desempeño de Radar COVID en España, más allá de su número de descargas: el Ejecutivo dice que aún no se ha puesto a mirarlos, pero que las comunidades autónomas pueden ofrecer, por ejemplo, cuántos nuevos positivos se han cargado en el sistema. Y hay autonomías que ofrecen ese número y otras que no. Mientras tanto, los informáticos se han puesto a buscar y han dado con un número: el 1%, que es el porcentaje de nuevos casos que utilizan la app para que las personas que han estado cerca appdurante más de 15 minutos se pongan en alerta.

La Comunidad de Madrid anunció el pasado jueves 8 de octubre que pondrá a funcionar Radar COVID en su territorio, aunque sin especificar fecha. Casi un mes después de la promesa de la Secretaría de Estado, comandada por Carme Artigas: estaría implantada en todo el territorio nacional antes del 15 de septiembre. Francia, Alemania e Italia tuvieron su app funcionando en junio, el mes en el que la ministra de Economía, Nadia Calviño, dijo que empezarían las pruebas, que finalmente se fueron a julio. Una vez fue completado con éxito el piloto en La Gomera (Canarias), el testigo fue cedido a las comunidades autónomas. Algunas completaron el trabajo para integrar Radar COVID en sus sistemas sanitarios a tiempo: otras, sin que a día de hoy haya trascendido la necesidad, iniciaron una prueba piloto adicional, como Madrid: y otras encontraron problemas técnicos que aún no han sido resueltos, como Cataluña. En definitiva: cuatro meses después del desembarco definitivo de programas similares en países vecinos y también golpeados por la pandemia, aún no se puede utilizar el programa en toda España. 

Fuentes de la Secretaría de Estado de Digitalización reconocen no entender por qué Madrid ha tardado tanto. No quieren apuntar a razones políticas, aunque la cuenta de Radar COVID utilizó un tono más duro que de costumbre hace unas semanas, en plena disputa Sanidad-Comunidad, para instarles a hacer los deberes: "Esperamos que las pruebas de conexión de Cataluña funcionen lo antes posible y que la Comunidad de Madrid empiece a usar la herramienta, por el bien de todos", escribieron el 25 de septiembre. "La tecnología no tiene que entender de roles políticos, sirve para proteger a la ciudadanía", apuntan estas mismas fuentes, que confirman que lo de Cataluña es distinto y entendible a priori: las pruebas que hicieron estaban fallando hasta la semana pasada. La Generalitat de Catalunya ha sacado otra aplicación de rastreo, ContacteCovid, aunque no tiene el mismo funcionamiento que la estatal. Esta herramienta permite apuntar en el móvil los contactos estrechos, para una vez terminada la lista mandarla directamente a Salut sin esperar la llamada de un rastreador (o scout, en Cataluña). El afectado también recibe información sobre cómo cumplir el aislamiento o, incluso, gestionar su baja laboral en caso de que sea necesario.  

Una vez solventado con mayor o menor retraso el desembarco en las autonomías, a Radar COVID le toca gestionar sus propias carencias: los fallos aún inexplicados, el aún bajo nivel de descargas y el aún más bajo nivel de uso. Hay varios errores que los usuarios han ido notificando en las últimas semanas y que el Gobierno considera "puntuales". Uno relacionado con el ahorro de batería, en principio fácilmente solucionable, al menos para los más duchos en trastear con los ajustes del terminal. Otro que, simplemente, reza "error al cargar nuevos datos de infección" y que nadie sabe explicar. 

A la lista se suma un tercero, también explicado por un usuario en redes sociales: muestra que, dentro de los detalles técnicos de la API de Google que permite que la herramienta funcione, le aparecía un mensaje que avisaba de "0 comprobaciones en los últimos 14 días". Cada móvil emite códigos aleatorios continuamente, y es un servidor central el que se encarga de cruzarlos con los códigos de los contagiados que alberga para comprobar si hay contactos estrechos. Por lo tanto, el mensaje indica que el terminal no se está comunicando adecuadamente con dicho servidor. El servicio técnico del programa le dijo que todo estaba funcionando correctamente.

Los expertos consideran que estos fallos son relativamente normales en una aplicación que funciona en Android, el sistema operativo de Google, que se alberga en cientos de terminales distintos, de distintos fabricantes y marcas. Es imposible probar el software en todas. Pero también explican que los mensajes de error son inentendibles para los usuarios menos habituados a gestionar las entrañas de sus smartphones. Convierten a Radar COVID en inaccesible: una característica muy negativa para una app que aspira a estar instalada en la mayoría de móviles de los españoles. 

Pero más allá de estos fallos, hay muchas dudas con respecto a la implantación, al uso y a la integración con el sistema sanitario. Las cifras oficiales apuntan a que se han registrado hasta la fecha unas 3,7 millones de descargas. Pero esto no quiere decir que la tengan 3,7 millones de personas: puede haber casos de desinstalación y descarga de nuevo en el mismo terminal. Tampoco indica que la estén utilizando esas personas, o que les funcione. Según un estudio de Smartme Analytics, las descargas de Radar COVID cubren el 13,6% de la población española. Hay dudas sobre a partir de qué porcentaje es útil: hay quien asegura que con que solo un contacto estrecho de un positivo se aísle gracias al programa, ya habrá merecido la pena. Otros estudios cifran en el 25% el umbral para una implantación mínimamente significativa. Los más conservadores lo elevan hasta el 60%.

Las quejas de los usuarios también se han centrado en la obtención de la contraseña que el sistema sanitario debe facilitar a los positivos. Muchos sanitarios o rastreadores afirman desconocer de qué les hablan, en comunidades con la app ya activa.app La Secretaría de Estado de Digitalización recuerda que es competencia de las comunidades autónomas, pero asegura: "hasta donde nosotros sabemos, sí se reparten de manera generalizada". Los departamentos de prensa de Sanidad de dos las comunidades más afectadas por la pandemia y con Radar COVID activa, consultados por infoLibre, lo corroboran: no están teniendo constancia de ningún error masivo ni en Castilla y León ni en Andalucía. Castilla-La Mancha no ha respondido a la petición de información. 

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Las autonomías, en teoría, también tienen acceso a datos clave para evaluar si Radar COVID está funcionando: qué porcentaje de positivos están comunicándolo vía aplicación móvil. El departamento de prensa de la Junta de Andalucía asegura que no tiene constancia de esa cifra: y Castilla y León solo ofrece una cifra en bruto: 11.000, desde su implantación a finales de agosto. En paralelo, un informático ha indagado en los datos de la herramienta para sacar ese número, y no es una buena noticia: solo el 1% de los positivos introduce en el programa la contraseña que, en teoría, le facilitan para avisar a sus contactos estrechos, conocidos o desconocidos. Se trata del ingeniero Pedro Pereira, que explica a infoLibre que no es ningún hacker: solo consulta la información disponible en el servidor. Su aplicación, RadarSTATS, descarga los códigos de contagiados y los compara con los nuevos casos comunicados por las administraciones.

Se trata de un voluntario que ofrece unos datos que no da ninguna administración en España, ni nacional ni autonómica, y que sí ofrecen otras aplicaciones similares en Europa, como la de Irlanda. Este experto considera que podrían hacerlo fácilmente. "Actualmente, analizando las peticiones al servidor podrían saber y publicar el número de códigos compartidos, diagnósticos compartidos exactos, aplicaciones descargadas y aplicaciones activas". Desde la Secretaría de Estado de Digitalización responden que, en esencia, no les da tiempo: están "priorizando la implantación a nivel nacional". 

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, aseguró en una entrevista para infoLibre que Radar COVID "está funcionando bien". "Es una herramienta nueva, es un complemento muy útil y muy bueno a la tarea de rastreadores y estamos todos descubriendo en esta pandemia cómo utilizar estos medios tecnológicos nuevos para facilitar el trabajo de rastreo, que es imprescindible para poder identificar a aquellas personas que han sido contactos estrechos de una persona que ha dado positivo. Por lo tanto, estamos contentos de cómo funciona", declaró. Ante la pregunta de si se conocen ya datos de códigos introducidos o porcentaje de personas que utilizan la aplicación, el ministro aludió a la "privacidad". Sin embargo, la Secretaría de Estado responsable no apunta a ese motivo: simplemente, ni tienen ni comunican unos datos que, como han demostrado los expertos, son perfectamente accesibles. Este jueves anunciaron una nueva actualización que, prometen, mejora la privacidad ante la posibilidad –remota, pero posibilidad– de ataques.

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