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El gran fracaso de Ignacio González

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Cuando Ignacio González se despierte este sábado seguirá siendo presidente de la Comunidad de Madrid, el puesto que heredó hace más de un año de Esperanza Aguirre. Lo que no tendrá, porque se esfumó en la mañana de este viernes, es una de sus principales promesas a los ciudadanos: un macrocomplejo de ocio en Alcorcón, un municipio del sur de Madrid, que venía con grandilocuentes cifras bajo el brazo. En un momento de crisis económica, de caída de las inversiones y de paro, el magnate Sheldon Adelson estaba dispuesto a invertir 17.000 millones y a crear más de 250.000 puestos de trabajo. Ya es pasado.

Como le ocurrió a Ana Botella el pasado 7 de septiembre, cuando vio como Madrid perdía ser la sede de los Juegos Olímpicos de 2020, el presidente de la Comunidad de Madrid perdió este viernes uno de los elementos sobre los que pivotaba el proyecto que tenía concebido para la Comunidad en los próximos años. "De ir bien, casi un seguro de vida para su carrera política", señala un diputado regional que hace hincapié, no obstante, en que el proyecto despertaba gran descontento en un amplio sector de cuidadanos la región. 

Hacer balance de lo que puede pasar dentro de dos años, cuando toca celebrar elecciones autonómicas, es precipitado. Y más en el caso de Ignacio González, cuando Mariano Rajoy no ha dado una sola pista de si será el candidato. Pero todas las fuentes consultadas coinciden en que el presidente madrileño queda "tocado" de la crisis de Eurovegas. "Es como incumplir el programa electoral porque de la noche a la mañana se han esfumado más de 250.000 puestos de trabajo prometidos a los madrileños", señala un dirigente conservador. "Un fracaso. Ahora le toca reinventarse, como a Ana Botella", valora una diputada autonómica.

Con el 'no' del Gobierno de Mariano Rajoy a las últimas condiciones de Sheldon Adelson para poner la primera piedra de Eurovegas se ponen fin a dos años de tensiones y peleas entre los ejecutivos central y autonómico. Unas tensiones que se habían acrecentado en los últimos meses cuando desde la Comunidad de Madrid Ignacio González y su equipo empezaron a extender la tesis de que al magnate se le estaba acabando la paciencia y que el Gobierno tenía que agilizar los trámites para acoplar la legislación a sus demandas. De hecho, destacados dirigentes del PP de Madrid llegaron a insinuar que el presidente no se estaba tomando en serio el asunto como castigo a González, el hombre que fue aupado a la Presidencia regional por Esperanza Aguirre, una de sus principales rivales internas.

Este mismo viernes, con el comunicado de Las Vegas Sand –la empresa promotora– ya publicado y con la confirmación del Gobierno de que el proyecto era inviable porque se estaban pidiendo cosas inasumibles, en la Comunidad de Madrid exhibían cierto malestar por la forma en la que se habían enterado de que Adelson no apostaba por Madrid. Pero se conjuraron para, en público, no dar imagen de división e intentar no abrir un nuevo frente con Rajoy. 

El Gobierno, primero

De hecho, fuentes del Gobierno y del PP consultadas por infoLibre ponían en valor la reacción "ordenada y serena" de Ignacio González. El presidente regional, que convocó a los medios a las 17.00 horas en la Puerta del Sol, sede de la Comunidad de Madrid para valorar la noticia. Había decidido esperar a que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, fijara la posición oficial en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Entre las peticiones extra de Adelson estaban las de blindar la inversión, prohibir el juego online, bajar aún más –del 10% al 1%– el impuesto al juego y una indemnización en el supuesto de que en el futuro hubiese cambio de leyes. Tanto González como la vicepresidenta coincidieron en que se trataba de demandas inasumibles y que iban más allá de la legislación comunitaria.

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Con Eurovegas fuera del escenario, coinciden cargos del PP madrileño, González pierde un potente proyecto que le había reportado portadas en medios nacionales y un elemento de presión al Gobierno central a cuenta de lo que se suponía que iba a reportar en materia de inversión, empleo y turismo. 

En su entorno sostienen que en los próximos meses va a intensificar su discurso a favor de las bajadas de impuestos y a reclamar al Gobierno central un nuevo sistema de financiación.

Este episodio no sólo ha servido para evidenciar la fractura entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno central. El caso de Eurovegas ha servido también para abrir heridas en el seno del Ejecutivo. Los ministros de Rajoy se han mostrado divididos respecto a si había o no que facilitar que Adelson se instalara en España. Los principales enfrentamientos llegaron a cuenta de la ley del tabaco.

Cuando Ignacio González se despierte este sábado seguirá siendo presidente de la Comunidad de Madrid, el puesto que heredó hace más de un año de Esperanza Aguirre. Lo que no tendrá, porque se esfumó en la mañana de este viernes, es una de sus principales promesas a los ciudadanos: un macrocomplejo de ocio en Alcorcón, un municipio del sur de Madrid, que venía con grandilocuentes cifras bajo el brazo. En un momento de crisis económica, de caída de las inversiones y de paro, el magnate Sheldon Adelson estaba dispuesto a invertir 17.000 millones y a crear más de 250.000 puestos de trabajo. Ya es pasado.

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