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Una granja de cerdos amenaza la memoria de los miles de republicanos presos en el campo francés de Septfonds

Raquel Maluenda

En marzo de 1939, 16.000 republicanos que huían de España tras la toma de Barcelona por el bando franquista fueron recluidos en el Camp de Judes, el campo de internamiento francés en Septfonds (en el departamento de Tarn-et-Garonne), por el que también transitaron militares polacos y judíos. En las afueras de la localidad, concretamente en el cementerio de los españoles, descansan en la actualidad los cuerpos de 81 españoles que allí fallecieron.

Casi ochenta años después de la medida que buscaba descongestionar los campos de "extranjeros indeseables" de los Pirineos Orientales, organizaciones en defensa de la memoria histórica han denunciado una iniciativa que prevé la ampliación de una ganadería porcina particular a 600 metros del memorial del campo con el objetivo de criar, de aquí en adelante, 6.500 animales al año.

Hace unos meses la ganadería GAEC de Saintou (Groupement agricole d'exploitation en commun) presentó su proyecto para tratar de duplicar su cría de cerdos en Septfonds. Tras pasar los correspondientes trámites y entrega de documentación, se abrió una consulta pública durante un periodo de un mes —desde mediados de septiembre a mediados de octubre— en los ayuntamientos de Septfonds, Montalzat y Montpezat-de-Quercy, territorios sobre los que se extiende la parcela.

Finalmente, el consejo municipal de Septfonds dio luz verde a la operación con 11 votos a favor, 3 en contra y 4 abstenciones, mientras que las otras dos localidades se mostraron contrarias, informó el diario La Dépêche. El alcalde de Septfonds, Jacques Tabarly, manifestó entonces que en su deliberación exigían, por la proximidad del Campo de Judes, “la protección ambiental y la estricta aplicación en materia de tratamiento de efluentes y plan de propagación”. También pidió “un seguimiento del proyecto y la visita a las instalaciones por parte de las autoridades competentes ".

El prefecto de Tarn-et-Garonne, Pierre Besnard, autorizó en diciembre vía decreto el proyecto de expansión, al considerar que el cumplimiento del mismo, tal y como los propietarios expusieron en el dossier de la iniciativa, era “suficiente” para garantizar la protección de los intereses recogidos en el artículo L 511-1 del Código de medio ambiente.

 

Monumento conmemorativo en el campo de Septfonds.

Sin embargo, organizaciones en defensa de la memoria no están satisfechas con la decisión del prefecto. “Un crimen contra la memoria históricacrimen se prepara en el lugar donde el ejército republicano español fue encarcelado por la Tercera República francesa entre el 5 de marzo de 1939 y finales de 1940”. Con estas palabras la asociación Mémoire de l’Espagne Républicaine describe en un comunicado lo que consideran el resultado del “borrado de memoria” y “negacionismo progresivo” existentes.

“La presencia de miles de cerdos, el hedor de sus excrementos, la condición de concentración de su cría, solo puede contaminar, ante los turistas visitantes de Francia, España y de toda Europa, la memoria de los desaparecidos, socavando así la dignidad de los lugares y de los descendientes. ¿Cómo se puede aceptar que donde nuestros padres sufrieron y murieron por las condiciones mismas de su detención se extienda el estiércol?”, expresan en su escrito.

Por ello, el Centre d’Investigation et d’Interprétation de la Mémoire de l’Espagne Républicaine (CIIMER) ha dirigido un escrito al presidente de Francia, Enmanuel Macron, a través de una petición en la plataforma Change.org, que ya han suscrito cerca de 4.500 firmantes. En él solicitan al presidente de la República francesa que “intervenga” para evitar que se cometa “un crimen contra la memoria histórica en un lugar histórico”. “Los excrementos porcinos son incompatibles con el obligado respeto hacia los que han sufrido en estos lugares”, “sería una ofensa hacia los cuerpos que yacen todavía en estas tierras”, advierten.

Además, señalan que la realización del proyecto sería “contradictoria” con las decisiones adoptadas anteriormente por el Estado francés, que erigió un monumento conmemorativo en 1996, que en 2011 incluiría en la lista complementaria de los Monumentos y de los lugares históricos del Patrimonio Nacional además de la estación de Borredon (Montalzat) —donde traían a los soldados y civiles que después recluían en el campo— y el cementerio de los españoles.

No obstante, la protección otorgada protege “solo 500 metros alrededor, pero no la totalidad del terreno del campo”, explica a infoLibre el presidente del comité de animación de CIIMER, José González, impulsor de la petición en Change.org, que subraya que las autoridades municipales, en el marco de un Plan de Ocupación del Suelo (POS), “pueden prohibir este tipo de actividad”.

 

Algunas de las 81 tumbas de republicanos españoles fallecidos en el campo de Septfond.

Una consulta pública “tímida”

González denuncia que se enteraron “bastante tarde” del proyecto, cuando el prefecto “ya había firmado el decreto autorizándolo”, como consecuencia de una consulta pública “muy tímida” en la que solo participaron cuatro personas, una situación que achaca al interés del alcalde y del propietario por evitar las previstas reacciones.

En este sentido, sostiene que, en cuanto se enteraron de la aprobación del proyecto, escribieron al prefecto al igual que el colectivo de vecinos, pero que aún no han recibido respuesta. Además, González explica que prevén recurrir la decisión en la justicia, para lo que se encuentran buscando un abogado, y organizar varias manifestaciones en Montauban y en Septfonds. Así, el próximo 10 de marzo celebrarán la XII marcha anual desde la estación hasta el campo.

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González recuerda que, en 1993, el padre del actual propietario pidió un permiso para la cría de cerdos en una cantidad más reducida a la que ahora pretende con esta “extensión tremenda”. Tras protestas y negociaciones, los responsables memorialistas de la época acordaron una limitación de los cerdos a cambio de que el ganadero cediera el terreno donde se levantó el memorial. Además, remarca que los municipios vecinos de Montpezat y de Montalzat votaron en contra de esa extensión.

De hecho, otra iniciativa paralela en Change.org pide la cancelación del proyecto por las consecuencias medioambientales que podría tener. En la petición sus impulsores afirman que “este tipo de crianza da la espalda a la producción respetuosa de la calidad tradicional, al medio ambiente y los animales” y denuncian la contaminación del agua provocada por la liberación de estiércol, a su juicio, especialmente preocupante en una región de piedra caliza, “un verdadero colador que hace que las aguas subterráneas sean extremadamente vulnerables”.

“¡Queremos mantener nuestras aguas de acuíferos intactas, queremos preservar nuestro medio ambiente saludable!”, reclaman. La petición lleva ya casi 1.500 firmas.

En marzo de 1939, 16.000 republicanos que huían de España tras la toma de Barcelona por el bando franquista fueron recluidos en el Camp de Judes, el campo de internamiento francés en Septfonds (en el departamento de Tarn-et-Garonne), por el que también transitaron militares polacos y judíos. En las afueras de la localidad, concretamente en el cementerio de los españoles, descansan en la actualidad los cuerpos de 81 españoles que allí fallecieron.

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