A mitad de junio, veinte personas perdieron la vida en un cayuco que llevaba 13 días a la deriva cerca de Canarias y aún hay más de 200 desaparecidos de los que no se sabe nada. Con ellos, son más de 12.000 las personas que han intentado llegar a España a través de la ruta canaria desde enero, de ellas al menos 800 han muerto en el intento.
Los meses de verano no suelen caracterizarse por un aumento de la inmigración irregular en el archipiélago canario porque no es un periodo meteorológicamente favorable. Sin embargo, durante el mes de junio llegaron, de media, 90 personas al día desde diferentes puntos de África.
Junio fue un mes especialmente trágico en las islas, en el que hay que lamentar la muerte de más de 300 personas. El día 21 un niño de 4 años y otra treintena de hombres y mujeres fallecieron, después de pasar más de 12 horas esperando ayuda humanitaria. Salvamento Marítimo había localizado la embarcación, pero recibió la orden de esperar al rescate de las autoridades marroquíes. La Fiscalía ha presentado diligencias por un posible delito de omisión de socorro y el Defensor del Pueblo ha iniciado actuaciones de oficio.
El día 27 de junio una barcaza partió de Senegal con dos centenares de personas, entre las que se encontraban varios menores. La semana pasada se la confundió con otra embarcación procedente de Mauritania. Los días 3 y 10 de julio se localizaron otras dos embarcaciones, entre las que se encontraba un fallecido.
Txema Santana, periodista experto en migraciones y asesor de la vicepresidencia del Gobierno de las Islas Canarias en esta materia, explica a infoLibre que el mayor pico de llegadas de embarcaciones al archipiélago suele darse entre septiembre y octubre, cuando la situación marítima es más favorable, pero que “una combinación de muchos factores que hay que tener en cuenta” han favorecido el incremento de las últimas semanas.
Por un lado, destaca la utilización de cayucos, un tipo de embarcación que hasta ahora era menos frecuente que, por ejemplo, las neumáticas. “En total se han localizado 17 desde principios de junio y vemos que el aumento es exponencial”. Este tipo de barcazas, hechas con madera, proceden de Mauritania y, especialmente de Senegal, un país que atraviesa una situación sociopolítica complicada, desde que a finales de mayo estallaran protestas juveniles contra el gobierno.
La llegada de estas embarcaciones se suma a las habituales neumáticas procedentes, principalmente, del territorio controlado por Marruecos. Este tipo de lanchas son menos resistentes y aguantan poco en el agua. Helena Maleno, coordinadora de la asociación Caminando Fronteras, en conversación con infoLibre asegura que el incremento de muertes en junio, al igual que el repunte que se vio en el mes de febrero, podría deberse, en parte, a “la llegada de estas grandes neumáticas, que son abandonadas en mitad del mar y no reciben ayuda humanitaria ni de España ni de Marruecos”. Al respecto de este naufragio, desde Salvamento Marítimo, en un comunicado del 23 de junio, aseguran que "fue Marruecos quien actuó al estar la patera más cerca de sus costas y no haberse encontrado personas en el agua".
Otro factor que ponen encima de la mesa Santana y Maleno es el contexto político español. “Rabat ha utilizado históricamente a los migrantes más vulnerables como moneda de cambio y podría estar haciendo lo mismo ahora que "acaba de expirar el acuerdo pesquero entre España y Marruecos".
El periodista también advierte de que todos estos factores van a seguir presentes los próximos meses y, “aunque es impredecible, si se continúa con la tendencia actual y se replica lo de este junio, lo que pase en otoño puede llegar a ser muy relevante”.
Menos embarcaciones, mismo número muertes
La llegada de barcazas precarias desde el continente africano ha caído un 5% respecto al año anterior en toda España y casi dos décimas en las Islas Canarias. Sin embargo, este descenso de llegadas contrasta con las cifras de fallecidos y desaparecidos, que según recoge el último informe Monitoreo del Derecho a la Vida-Primer Semestre 2023, presentado por Caminando Fronteras del 6 de julio, se mantiene prácticamente sin ninguna variación.
“A pesar de que han llegado menos barcos a tierra, las muertes son prácticamente las mismas: se han reducido de 978 a 951 respecto al mismo periodo de 2022”, explica Maleno. Del total de vidas perdidas, medio centenar eran niños y más de 700 se perdieron en la ruta atlántica, ya que más de la mitad de las tragedias registradas por la asociación humanitaria (28 de 49) se han producido en esta región. Además, Maleno advierte de que “la cifra real podría ser aún mayor porque no se conocen todos los naufragios”, a lo que se suma la dificultad para conocer el total de tripulantes de la veintena de embarcaciones que han desaparecido sin dejar rastro.
La activista asegura que la situación se parece cada vez más a la de Libia y lamenta que no se esté aplicando “el principio de defensa de la vida”. Recuerda que el 21 de junio un niño y treinta personas perdieron la vida, a pesar de que se conocía su localización, “por problemas en la coordinación entre España y Marruecos”, que ahora están siendo investigados. Respecto a esta tragedia, el Gobierno defiende que la actuación de Salvamento Marítimo “fue la correcta” y que “el avión español confirmó que el barco se encontraba en buenas condiciones”.
Santana pone también el foco en la necesidad de reforzar los recursos y el personal en la región. Asegura “que son los propios trabajadores los que les dicen que faltan manos”.
"Hace ya muchos días que no tenemos noticias . Su familia en el país está muy angustiada. Yo hago todo lo que puedo para buscarla, pero no sabemos cómo ni dónde hacerlo… Ellos siguen teniendo esperanza, pero yo creo que ya no está entre nosotros. Sólo queremos saber" A.J (Testimonio publicado por Caminando Fronteras).
El cambio de estrategia en las relaciones bilaterales con Marruecos ha hecho que disminuya el número de migrantes que llegan de manera irregular a las costas españolas, especialmente en el área del atlántico sur. Sin embargo, según los testimonios y datos recabados en el Monitoreo de Caminando Fronteras, “el incremento en el control de las costas ha provocado más redadas en los territorios controlados por Marruecos, con detenciones ilegales, separación de familias y traslados forzosos hacia el desierto”. Actuaciones que también denuncian varias organizaciones pro derechos humanos en el terreno.
El 91% de los cuerpos nunca aparecen
La mayoría de víctimas mortales desaparecen para siempre. Más del 40% de las personas que se dan por muertas en este tipo de tragedias, están desaparecidas y, de ellas, un 91% nunca son encontradas.
Santana tiene ahora 41 años, pero recuerda que, cuando era pequeño iban refugiados saharauis a pasar el verano a su casa y que, ya entonces, moría gente en las playas canarias. Este mes se cumplen 24 años de la primera tragedia registrada. “Las personas que pierden la vida tienen padres y madres que vienen aquí a buscarles y nos piden ayuda, pero muchas veces no los encuentran” lamenta mientras recuerda que hace poco un chico le comentó que el cuerpo de su tía había aparecido al otro lado del océano, en el Caribe.
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Las ONGs humanitarias denuncian los obstáculos a los que se enfrentan los familiares a la hora de denunciar, incluso cuando se desplazan a España y piden más coordinación con los países de origen para poder realizar identificaciones. Caminando Fronteras es una de las organizaciones que trabajan impulsando la identificación de estas, realizando un listado de las personas que están siendo buscadas por sus familiares, junto con el de las víctimas confirmadas.
Maleno y Santana creen que parte del problema tiene que ser “un racismo institucional sistémico”. La activista critica, además que España “haya decidido seguir el ejemplo de Meloni en el control migratorio, dejando de lado los derechos humanos” y lamenta que, en plena campaña electoral “nadie haya dedicado unos minutos a hablar del naufragio horrible del día 21 y de las 300 desapariciones del último mes".
Santana, como canario, pide que se tengan en cuenta a las islas desde la Península y la Unión Europea y que “se tomen medidas con urgencia frente a un problema estructural, que podría complicarse en los próximos meses".
A mitad de junio, veinte personas perdieron la vida en un cayuco que llevaba 13 días a la deriva cerca de Canarias y aún hay más de 200 desaparecidos de los que no se sabe nada. Con ellos, son más de 12.000 las personas que han intentado llegar a España a través de la ruta canaria desde enero, de ellas al menos 800 han muerto en el intento.