Hana Jalloul: "Estaré encantada de ser candidata en 2023 si me lo propone mi partido"

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Hana Jalloul (Zaragoza, 1978) dejó en marzo la Secretaría de Estado de Migraciones para zambullirse en la arena política madrileña. Lo hizo como número dos de Ángel Gabilondo en las elecciones del 4 de mayo. Si la batalla por Madrid se presentaba como una suerte de Trump –Díaz Ayuso– versus Biden –el catedrático de Metafísica–, Moncloa la aupó como una Kamala Harris a la española. Ahora, casi tres meses después de los comicios, Jalloul es la que se ha echado a las espaldas el grupo parlamentario. Un reto que, aunque de momento es temporal –el partido está a la espera de un congreso para renovar la dirección–, ha asumido con ilusión y ganas: "Estoy muy contenta como portavoz", dice sin poder ocultar una sonrisa.

Al otro lado de la pantalla, en entrevista telemática con infoLibre, Jalloul asegura que "de momento" no está entre sus planes presentarse a liderar el PSOE madrileño. Otra cosa es cuando se le pregunta por si le interesaría ser la cabeza de cartel del partido de cara a los comicios de 2023. Si se lo proponen, dice, estará encantada. "Siempre voy a estar donde me ponga mi partido", añade, para quitarse importancia. Hasta que llegue ese momento, los socialistas tendrán que enfrentarse a dos años de transición, una travesía que no será sencilla. La portavoz no tiene inconveniente en reconocer que están "atados" ante un PP que tiene el control absoluto de la Cámara. No obstante, recuerda, también se puede hacer oposición desde fuera de la Asamblea de Madrid. En una calle con la que tratarán de volver a conectar tras la catástrofe de 4M.

El PSOE madrileño lleva ya dos meses en un proceso que han calificado como de "escucha activa". ¿Cuáles son las primeras conclusiones? ¿En qué fallaron?

Yo creo que fallamos en esa falta de llegar a la gente joven, de conectar. Hemos hecho un proceso de autocrítica, de aprendizaje. Y ahora estamos trabajando mucho para poder reconectar. En la calle, con la sociedad civil, con nuestros alcaldes, porque al final ellos siempre tienen esa política de cercanía tan vital a la hora de cambiar la vida de las personas.

La primera medida que ha sacado adelante Isabel Díaz Ayuso en esta nueva legislatura ha sido la reforma de Telemadrid. Desde el principio, ustedes dijeron que estaban estudiando recurrir la norma. ¿Se ha tomado ya una decisión al respecto a la vista de los informes jurídicos?

La ley es un asalto a la televisión pública a la que nos hemos opuesto. Primero, porque se hace por lectura única, que no da opción a los grupos políticos de hacer enmiendas. Y segundo, porque lo que hace la norma es poner un administrador para cargarse a una cúpula directiva que había devuelto la decencia a RTVM, con pluralidad informativa, con un superávit de más de cuatro millones y con una audiencia de más del 6,6%.

Desde el primer momento, nosotros dijimos que íbamos a estudiar un recurso de inconstitucionalidad. Y en ello seguimos con nuestros equipos. No renunciamos a ninguna vía política y jurídica para oponernos a esta ley. Pero nos ha pillado el verano y nos vamos a retrasar un poco más mientras los servicios jurídicos terminan los informes, que son varios. Nos podemos pronunciar ya de manera más visible a principios de septiembre.

En el debate sobre la reforma, la extrema derecha dejó caer que ustedes habían dicho a "sus tropas" en Telemadrid que colocarían a un director general en consenso con el PP. ¿Ha habido alguna conversación o se ha iniciado alguna negociación, aunque sea informal, con el PP para ponerse de acuerdo de cara al nombramiento de un nuevo director general?

No. Ellos ya han puesto a una persona al frente. Y con nosotros nadie ha consensuado nada, ni en el Pleno ni tampoco fuera a través de una reunión. Volvemos a lo que es el rodillo ideológico del PP con este tipo de medidas.

En esta legislatura, el PP tiene el control absoluto de la Asamblea. El papel de Vox es clave, tanto para inclinar la balanza de un lado o de otro. ¿Está dispuesto el PSOE a negociar con Vox para sacar adelante iniciativas parlamentarias o asume que van a ser dos años de stand by?stand by

Ya estamos viviendo ese rodillo ideológico con la alianza del PP y Vox. No creo, por tanto, que nos vayan a preguntar muchas cosas. No obstante, si tenemos que sacar iniciativas que sean importantes para los madrileños y las madrileñas, claro que podemos consensuar ciertas políticas. Eso sí, siempre que no restrinjan derechos, por ejemplo en materia LGTBI.

¿Considera que el partido va a estar atado de pies y manos en los dos próximos años a nivel parlamentario?

Claro que estamos atados, se nos practica un rodillo ideológico en muchísimas cosas. Lo hemos visto con Telemadrid, con la comisión que queríamos sacar para el estudio de los fondos europeos o con la comisión de investigación de residencias.

Si a nivel parlamentario están atados, ¿cómo va a hacer el PSOE labor de oposición?

"Estamos atados, se nos practica un rodillo ideológico"

Plantearemos iniciativas parlamentarias que muestren nuestro interés en dar voz a temas fundamentales, por ejemplo en materia de sanidad o educación. ¿Y si no salen? Pues estaremos luchando fuera de los Plenos, ya sea a través de jornadas como las que estamos haciendo sobre las residencias o manifestándonos en la calle o manteniendo reuniones con colectivos, como hemos hecho con la situación de los centros de Atención Primaria.

¿Qué ejes estratégicos van a cimentar su labor de oposición?

En primer lugar, nos centraremos en el fomento de la sanidad pública, que se está desmantelando. Hay que evitar el éxodo sanitario, conseguir que los contratos sean más estables, que los trabajadores estén mejor pagados, que se amplíe el número de centros de atención primaria, que se reabran los servicios de urgencias de estos, que llevan cerrados desde el inicio de la pandemia. También es fundamental la política de vacunación.

En materia educativa, hay que conseguir que haya más oferta. También nos centraremos en infraestructuras, porque hay sitios a los que les faltan estaciones de tren, como en Parla. Y en la transición verde y ecológica, la digitalización, la salud mental, la vivienda o el reto demográfico.

Comentaba antes el cierre de la comisión de investigación de residencias. ¿Cree que hay riesgo de que se termine imponiendo en el imaginario colectivo esa idea con la que tanto ha jugado el Gobierno regional de que los fallecimientos en las residencias eran algo inevitable?

No es de recibo que se piense eso. ¡Se podía haber evitado! Había unos protocolos que indicaban que no se tenía que trasladar a cierto tipo de personas a los hospitales. No es algo que digamos nosotros, lo dicen aquellos textos que salieron de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Todas las vidas valen igual. Como dijo el exconsejero Reyero en nuestras jornadas, no podemos jugar a ser dios.

A estos ciudadanos se les dejó morir en sus habitaciones sin darles la oportunidad de poder ir a un hospital. Nosotros lo único que pedimos es que se esclarezca lo que ocurrió. Si se gestionaron bien las residencias y no hay nada que ocultar, ¿por qué no hacemos una comisión de investigación?

¿Por qué el PP no está interesado en que se lleve a cabo esta investigación?

Porque saben que no se gestionó bien en pandemia. No quieren asumir que hicieron una gestión nefasta. Fallecieron más de 6.000 ancianos y los familiares tienen derecho a saber qué pasó.

Hacía referencia antes a las leyes LGTBI. ¿Cree que el PP se plegará a las exigencias de Vox?

"El Gobierno de Ayuso hizo una gestión nefasta con las residencias"

Yo creo que sí. Vox dice que las quiere derogar mientras el PP se abre a reformar jurídicamente algunos artículos que, según dicen, no quedan claros en dos leyes que se consensuaron en 2016. Sin embargo, no acaban de explicarnos qué artículos. Esto es nuevo y viene porque Vox está siendo muy exigente sobre estas normas.

¿Calificaría lo que dice Vox como un discurso de odio?

Sí, a veces fomenta el discurso de odio cuando habla, por ejemplo, de población migrante. Era totalmente innecesario que la señora [Rocío] Monasterio aludiera al diputado Serigne Mbayé diciendo que había entrado de manera irregular o que había trabajado en el Sindicato de Manteros, cuando ahora mismo es una persona que está en situación administrativa regular y un diputado como el resto. Hablar de ese tipo de cosas en un Parlamento regional, y sobre todo aludiendo a un compañero, es innecesario. Vox tendría que evitar ese tipo de descalificaciones porque alientan a estigmatizar colectivos.

Actualmente, la incidencia en la Comunidad de Madrid se sitúa por encima de los 500 casos. El Gobierno regional ha dicho que, por el momento, no se iban a tomar más medidas adicionales. ¿Debería el Ejecutivo de Díaz Ayuso imponer nuevas restricciones? ¿En qué línea?

Lo que hay que hacer es mucha pedagogía, porque aquí solo se habla de ‘libertad’ y de salir pero nunca de distancia de seguridad. En cuanto a medidas, sí que, por ejemplo, limitaría el aforo y vigilaría que en los establecimientos fuera el adecuado. Pero yo no entraría ahora mismo, por ejemplo, en restricciones horarias.

El otro día le enviaba usted una carta a la presidenta madrileña planteándole una reunión porque se mostraba especialmente preocupada por cómo estaba yendo la vacunación. ¿Ha recibido respuesta?

Sí, me respondió con unas cifras que no concuerdan con las del Ministerio de Sanidad y citándome en septiembre, que creemos que es muy tarde. Como siempre, la Comunidad de Madrid se dedica a acusar al Gobierno de España de la falta de vacunas. Ninguna otra comunidad autónoma se ha quejado, todas han recibido y todas están vacunando bien. El problema es que aquí no han gestionado bien la planificación de la vacunación, ha sido bastante nefasta.

Se espera que otro hito de esta legislatura sean los Presupuestos. ¿Qué va a hacer el PSOE para evitar que Vox pueda condicionar estas cuentas?

"Limitaría aforos, pero no entraría ahora en restricciones horarias"

Si ellos pactan y están de acuerdo en las medidas, no sé muy bien qué podemos hacer. Nosotros, desde luego, haremos propuestas. A nuestro juicio, los presupuestos deben ser redistributivos y tienen que incidir mucho en la justicia social y en erradicar la desigualdad, sobre todo a nivel de sanidad y educación. En definitiva, que trabajen la igualdad de oportunidades y no busquen desmantelar lo público. Que se invierta ahí y no en dar dinero a empresas para que gestionen, como acaba de pasar con los más de 1.000 millones de euros en 16 años por gestionar el Hospital de Valdemoro. 

¿Quién lidera ahora mismo la oposición a Pedro Sánchez?

No hay uno que sea digno de mención como líder de la oposición. Casado no lo es. Y, desde luego, Ayuso tampoco. Tenemos a un líder de la oposición que no tiene lealtad institucional, que cuando el presidente Sánchez consigue 140.000 millones de euros en Europa para la recuperación de todos los españoles se encarga de malmeter a todos los niveles e instancias de la Unión Europea. La oposición al Gobierno puede ser muy rica y muy interesante. Sin embargo, la que hace el PP es pobre y no enriquece el debate.

¿Cree que Ayuso ha llegado a la política madrileña para quedarse en ella?

Ella, desde luego, está haciendo esta especie de oposición para coger el sitio de Casado y liderar el PP.

La labor de Ayuso de oposición a Sánchez dio un salto importante tras la reunión que mantuvo con él en Moncloa hace un par de semanas. De ella, salió con un discurso en el que aseguraba que España está en "manos de minorías que la odian". ¿Es fácil reconducir el conflicto en Cataluña con este tipo de pronunciamientos?

Es nefasto para nuestra sociedad que una persona salga de reunirse con el presidente del Gobierno y haga este tipo de declaraciones. A Pedro Sánchez le ha tocado reconducir de manera responsable e inteligente la situación en Cataluña. Lo que se ha hecho con los indultos es reconducir la situación y traer la concordia a Cataluña. Y no es que solo lo haga el Gobierno de España, es que detrás están también los empresarios españoles y catalanes, la Conferencia Episcopal y el Consejo de Europa. El PP, en esto, se ha quedado bastante solo.

¿Cómo debe ser, a su juicio, el partido que salga del próximo congreso regional?

Un PSOE muy transversal, de mucha escucha y conexión con la juventud. También tiene que ser muy municipal. Hay que reforzar el poder de los alcaldes, que es muy importante.

¿Y quién debería, a su juicio, liderar el nuevo PSOE madrileño, qué perfil tendría que tener?

El secretario general del PSOE de Madrid tiene que ser la persona más adecuada, más capaz. Y puede serlo un alcalde, un exalcalde, un diputado o un exdiputado. Tiene que tener capacidad de gestión, empatía, liderazgo. Debe entender el municipalismo, conocer las 179 localidades, las desigualdades que hay, la comunidad en materia sanitaria, económica, social...

No se ve, ahora mismo, presentándose a liderar el partido en Madrid. Pero, ¿le gustaría ser candidata en 2023?

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Todo depende de la evolución y de cómo vaya el partido en estos meses. Si me proponen como candidata, estaré encantada. Yo siempre voy a estar donde me ponga mi partido. Lealtad por encima de todo.

¿Cómo debe ser el PSOE que salga del Congreso Federal del próximo otoño? Usted lleva meses trabajando en la ponencia.

Un PSOE muy transversal, como se refleja en la ponencia. Un partido preocupado por los discursos de vanguardia. Feminista, ecologista, que trabaja en las transiciones gemelas (verde-digital), que habla de libertad de expresión, de ayudar a aquellos estudiantes que quieran opositar a altos funcionarios del Estado, de transparencia de las instituciones como la Casa Real. Es una ponencia que marcará la línea estratégica del partido otros cuatro años en la que también se habla de un gran escudo social, desde la soledad no deseada hasta una estrategia de salud mental. Ese es el PSOE que somos y seremos. 

Hana Jalloul (Zaragoza, 1978) dejó en marzo la Secretaría de Estado de Migraciones para zambullirse en la arena política madrileña. Lo hizo como número dos de Ángel Gabilondo en las elecciones del 4 de mayo. Si la batalla por Madrid se presentaba como una suerte de Trump –Díaz Ayuso– versus Biden –el catedrático de Metafísica–, Moncloa la aupó como una Kamala Harris a la española. Ahora, casi tres meses después de los comicios, Jalloul es la que se ha echado a las espaldas el grupo parlamentario. Un reto que, aunque de momento es temporal –el partido está a la espera de un congreso para renovar la dirección–, ha asumido con ilusión y ganas: "Estoy muy contenta como portavoz", dice sin poder ocultar una sonrisa.

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