Felipe de Borbón y Letizia Ortiz inauguraron en la mañana de este miércoles en París el Jardin des combattants de La Nueve, un pequeño parque en la parte trasera del Ayuntamiento de París, en honor a los españoles republicanos que participaron en la liberación de la ciudad en 1944, cuando se encontraba ocupada por los nazis.
La Nueve, es decir, la novena compañía de la segunda división blindada francesa, estaba formada principalmente por soldados españoles (146 de los 160) que se habían visto obligados a huir de España tras la victoria del franquismo. Esta división fue la primera en entrar en la capital y alcanzar el ayuntamiento recuperando así el control de la ciudad que llevaba cuatro años bajo el mando alemán.
Por motivos de salud, los únicos combatientes que siguen con vida, Rafael Gómez y Luis Royo, ambos nonagenarios, no pudieron asistir a la ceremonia que, tras el descubrimiento de la placa honorífica en el jardín, continuó con un discurso del rey Felipe VI y de la alcaldesa, Anne Hidalgo, en el Salón de Fiestas del consistorio.
Los héroes olvidados
Durante años, los españoles que participaron en la liberación de Francia fueron ninguneados y olvidados por la historia del país que, tras el fin de la ocupación, quedó especialmente dividido por el colaboracionismo de muchos de sus ciudadanos. Los líderes del momento, con el general De Gaulle a la cabeza, decidieron dar una versión de los hechos que favoreciera el sentimiento nacionalista como forma de orgullo y unión, según explica la investigadora Evelyn Mesquida en su libro La Nueve: los españoles que liberaron París (Ediciones B, 2008). A partir de entonces, la historia de Francia trató de mitificar lo que realmente había sido la Resistencia invisibilizando también la enorme participación de soldados extranjeros que habían formado parte importante de las distintas divisiones.
Durante la Segunda Guerra Mundial los soldados españoles estaban convencidos de que una vez derrotado Hitler, las democracias europeas les ayudarían a luchar contra Franco, pero los aliados abandonaron la causa en cuanto acabó la guerra y los supervivientes se vieron obligados a seguir en el exilio.
Como le sucedió a Miguel Ruiz, otro de los combatientes, cuya historia y recuerdos inspiraron a Paco Roca en la creación del cómic Los surcos del Azar (Astiberri ediciones, 2014), Rafael Gómez ha vivido toda su vida en Longolsheim, a las afueras de Estrasburgo –otra de las ciudades que liberó– sin que sus vecinos supieran de la lucha contra el fascismo de este humilde zapatero.
La figura de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, cuyos padres llegaron a Francia desde Cádiz huyendo del franquismo y la miseria de la posguerra, ha sido esencial en el reconocimiento de estos combatientes que en los últimos años han comenzadon a ver el agradecimiento de las insitituciones francesas, aunque la gran mayoría no ha vivido para verlo.
París, refugio de republicanos
En su discurso ante los reyes, la alcaldesa, que habló como “alcaldesa, gaditana y republicana criada por republicanos”, quiso recordar a todos los españoles que se refugiaron en Francia durante “los años más oscuros de la dictadura”. Hidalgo insistió también en la suerte que ha supuesto en su vida tener la doble nacionalidad franco-española como forma de riqueza cultural, histórica y de lenguas, y recordó a los que tratan de imponer el discurso del miedo sobre la inmigración que la diversidad y la convivencia de culturas “no es un peligro sino un beneficio para la sociedad”.
La primera edil agradeció al rey y a su padre Juan Carlos I el rol que ambos han jugado en la democracia española. “Usted es el rostro de esta España joven reconciliada, que pasó la página de sus horas oscuras y que el pueblo de París acoge con los brazos abiertos”, señaló.
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Por su parte, Felipe de Borbón destacó también la unión de ambos países propiciada “por la gran cantidad de emigrandes españoles que París ha alojado en diferentes momentos de la historia”. “No cabe duda de que los profundos lazos que unen hoy a tantas familias francesas con sus orígenes españoles contribuyen al fortalecimiento de las relaciones entre nuestras dos naciones”, apuntó el rey que puso como ejemplo de integración y éxito las figuras de Anne Hidalgo y Manuel Valls, Primer Ministro de Francia, nacido en Barcelona.
“Este jardín –continuó– es símbolo de la libertad y la tolerancia, dos de las grandes señas de identidad de París que han atraído a lo largo de décadas a algunos de mis compatriotas más destacados en las diferentes ramas de la cultura y del pensamiento”. El rey mencionó también a algunas de las ilustres figuras que vivieron en la capital gala como Pablo Picasso, Salvador Dalí, Cristóbal Balenciaga o Antonio Machado. Algunos de ellos vivieron y murieron en el exilio, como el poeta sevillano cuyos restos descansan en Collioure, en la frontera francesa con Cataluña. En ningún momento Felipe VI mencionó los motivos que trajeron a algunos de estos intelectuales a Francia ni las condiciones por las que pasaron muchos otros españoles durante la ocupación nazi cuando, con frecuencia, eran encerrados en campos de concentración.
El homenaje a los combatientes republicanos era uno de los actos programados en esta primera visita oficial de Estado de los reyes, que originalmente debía haberse celebrado entre el pasado 24 y 26 de marzo. Sin embargo, el viaje fue anulado debido a la tragedia del vuelo 9525 de Germanwings que se estrelló en los Alpes franceses dejando 151 víctimas mortales. Tanto los reyes como la alcaldesa recordaron a las víctimas del avión así como a las de los ataques yihadistas que la ciudad vivió el pasado mes de enero.
Felipe de Borbón y Letizia Ortiz inauguraron en la mañana de este miércoles en París el Jardin des combattants de La Nueve, un pequeño parque en la parte trasera del Ayuntamiento de París, en honor a los españoles republicanos que participaron en la liberación de la ciudad en 1944, cuando se encontraba ocupada por los nazis.