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La financiación pública de la Iglesia católica

La Iglesia logra un superávit récord con el IRPF e ignora al Tribunal de Cuentas al dar 5,8 millones a Trece TV

El cardenal Juan José Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

La Iglesia cosechó en 2020 un saldo favorable de 32,09 millones de euros sobre el total de 298,01 millones recibidos del dinero recaudado vía IRPF por Hacienda, según la información de la última memoria económica de la Conferencia Episcopal Española (CEE). Esto significa que a la institución católica le sobraron del ejercicio 2020 –una vez destinados los recursos públicos a distintas finalidades, fundamentalmente a pagar los sueldos dependientes de las 70 diócesis– más de 32 millones de euros, un 10,7% de lo recibido. De ese remanente, la CEE dio 5,8 millones a Trece TV y asignó a su fondo de reserva casi 26,3 millones. Se trata del máximo saldo favorable y de la máxima aportación al fondo de reserva de la serie de memorias de la CEE, que arranca en 2007.

Este uso de los fondos recibidos, que incluye superávit y entrega de una parte del mismo a una empresa privada (Trece TV), se realiza pese al cuestionamiento del Tribunal de Cuentas, que en su informe de fiscalización de 2020 expresó reservas sobre ambas prácticas. El cosechado por la jerarquía católica es un superávit logrado gracias a fondos puramente públicos, y no –como a menudo se piensa– sólo de la liquidación de los que marcan la equis. No funciona así. La cantidad que cada año se paga a la Iglesia se calcula en función del número de equis, pero es detraída del monto total recaudado. Es decir, de los impuestos pagados por todos, marquen o no la equis, sean católicos o no.

infoLibre preguntó a la CEE qué explicaba que se hubiera producido el mayor superávit hasta la fecha, sin respuesta. Tampoco quiso aclarar a cuánto asciende actualmente su fondo de reserva, tras una aportación al mismo de 47,44 millones en los últimos cinco ejercicios. Europa Laica lo cuantifica en un mínimo de 115,8 millones de euros.

Juanjo Picó, presidente de Europa Laica, considera "brutal" y "escandaloso" que dos años después del informe del Tribunal de Cuentas, que "ya era demasiado light porque se quedaba en la superficie y sólo hacía recomendaciones", la CEE "dispare el superávit, continúe haciendo caja para tiempos peores con un fondo de reserva sobre el que reina un oscurantismo total y siga impertérrita entregando fondos a Trece TV".

Un año récord

Los 32,09 millones de superávit son un cifra récord, según se desprende del examen de las memorias de la Iglesia desde el ejercicio de 2007, el primero del que CEE tuvo la obligación de publicar a qué asignaba los recursos obtenidos vía IRPF. Dichas memorias han ido cambiando, por lo que no es posible una comparación 100% homogénea. Pero hay algo seguro: en ninguna aparece un superávit –llamado en la memoria de 2020 "resultado del ejercicio" y antes "superávit" o "remanente"– tan alto como en el último año cerrado.

La publicación de la memoria es una contrapartida aceptada por la CEE en 2006 ante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero a cambio de disfrutar de una subida de la asignación por cada equis marcada del 0,5239% al 0,7%. Este incremento ha permitido a la Iglesia recibir 2.653,98 millones en los últimos diez años directamente del Estado vía IRPF. Se trata de una partida dedicada fundamentalmente a sostener la estructura de la Iglesia diocesana. Aparte quedan los conciertos educativos y sanitarios con instituciones católicas, los sueldos de capellanes hospitalarios y carcelarios y de los profesores de Religión, las subvenciones y las exenciones fiscales, entre otras partidas y beneficios de diversas administraciones.

83,8 millones de superávit en cinco años

La memoria tenía, en virtud el acuerdo entre el Gobierno y la CEE de 2006, una finalidad básica: aportar transparencia sobre la finalidad que la Iglesia daba al dinero recibido vía IRPF. ¿Ha cumplido? El Tribunal de Cuentas acreditó en un informe de fiscalización publicado en julio de 2020 graves insuficiencias a la hora de alcanzar esta finalidad. No obstante, el contenido publicado cada año sí es suficiente para acreditar que la Iglesia utiliza una parte del dinero público recibido para una doble finalidad: 1) dotarse de un colchón económico; 2) alimentar a una empresa, concretamente Trece TV. La CEE dedica fondos del superávit a Trece al menos desde el ejercicio 2016. Antes ya había enviado fondos del IRPF a esta televisión, pero dentro de la partida de "actividades pastorales".

Alcanzar superávit gracias al IRPF no es la excepción sino la regla de la Iglesia. En 2019 la cuenta favorable a la Iglesia gracias a la equis fue de 12,74 millones, resultado de sumar los 6,8 millones para Trece y 5,94 para el fondo de reserva. En 2018, el superávit descendió hasta 3,76 millones, íntegramente dedicados a la televisión que emite El Cascabel. Un año antes (2017) el saldo positivo ascendió a 15,9 millones: 11 para Trece y 4,9 para la hucha. Y en 2016 el superávit de la Iglesia gracias al dinero público que le llegó vía IRPF fue de 19,3 millones, de los que 9 fueron a Trece y 10,3 al fondo de reserva. En 2015, cuando la CEE aún se refería al saldo favorable como "remanente", este fue mínimo, de 7.000 euros; en 2014, de 4,88 millones. El último año con déficit fue 2013 (-1,43 millones).

Tomando como referencia los últimos cinco años, el superávit de la Iglesia ha sido de 83,8 millones, de los que 36,36 han ido a Trece TV (43,39%) y 47,44 (56,61%) al fondo de reserva, según el análisis de las memorias anuales de la Conferencia Episcopal.

El reparto del dinero

¿Cómo reparte la CEE el dinero que le llega vía IRPF, al margen del superávit? Veamos la memoria de 2020. Del total de dinero empleado, 265,96 millones, cerca del 90% (88,3%) va a dos a conceptos: "envío a las diócesis para su sostenimiento" y "seguridad social del clero". Esto supone que el grueso del gasto es para pagar las nóminas.

Otros destinos del dinero público recibido por la Iglesia son Cáritas (6,49 millones), comunicación y publicidad (5,01 millones, donde se incluye la campaña para pedir la equis en la declaración de la renta) y las retribuciones de los obispos (2,3 millones).

Tribunal de Cuentas

Que la Iglesia siga registrando superávit y entregando parte del mismo a Trece TV resulta controvertido a la luz de lo advertido por el Tribunal de Cuentas, que publicó en julio de 2020 un informe de fiscalización sobre los fondos públicos asignados a la Iglesia católica y el resto de confesiones religiosas que señalaba: "El importe de la aportación debería ajustarse al valor de las necesidades a cuyo sostenimiento se ayuda". Y añadía: "Ha de señalarse que no ha sido objeto de acuerdo entre el Estado y la Iglesia, o de regulación, el tratamiento de eventuales desajustes (déficits y superávits) entre el importe de la asignación tributaria y las necesidades de financiación de la Iglesia". El Tribunal de Cuentas alertaba además de "una posible divergencia entre el compromiso de colaboración adquirido por el Estado y las necesidades efectivas de financiación de la Iglesia".

A pesar de ello, en las memorias de 2019 y 2020 –publicadas en 2021 y 2022, después de la fiscalización– hay saldo favorable a la Iglesia, aunque ese dinero no aparece rotulado como "superávit", como sí había ocurrido antes. Parece un cambio meramente cosmético, dado que los conceptos que aparecían como "superávit" antes –fondo de reserva y Trece TV– se repiten en las memorias del 19 y del 20 con otras etiquetas.

A ojos del Tribunal de Cuentas, no sólo es controvertido que la Iglesia acumule un remanente. También lo es el destino que le da. El porqué tiene un nombre: Trece TV. El informe de fiscalización recalcaba que las memorias de 2016 y 2017 recogían “aportaciones de fondos propios a una entidad mercantil controlada por la Iglesia [Trece TV, entidad que no menciona por su nombre el informe final] por importe de 20 millones de euros procedentes de la asignación tributaria”. El Tribunal de Cuentas, que recomendaba la regulación del "tratamiento que debe darse a los eventuales superávits", también pedía al Estado "comprobar si el destino" del dinero público es compatible con el derecho comunitario. Esto ponía esta entrega de dinero bajo sospecha de constituir una ayuda de Estado, prohibida por la Unión Europea.

A pesar de estas alertas, las memorias de 2019 y 2020 vuelven a recoger que Trece TV ha recibido dinero del IRPF, 6,8 y 5,8 millones, salidos del superávit. En 2019 había un elemento de posible descargo para la CEE: la memoria, aunque se presentó con posterioridad al informe de fiscalización, era sobre el ejercicio de 2019, antes del informe del Tribunal de Cuentas. En la memoria sobre 2020 no se da esa circunstancia eximente.

El Tribunal de Cuentas no sólo hacía recomendaciones sobre el superávit y la entrega de dinero a Trece TV. Aunque la versión final de la fiscalización era más suave que la preliminar, después de que un sector del órgano fiscalizador se alinease con las posiciones de la Iglesia y lograse rebajar las conclusiones, el informe sí daba algunas alertas: falta de seguimiento de los poderes públicos sobre el contenido de la memoria, indefinición de las necesidades de la Iglesia para cuyo “adecuado sostenimiento” colabora el Estado –"esta inconcreción impide determinar con precisión la existencia de insuficiencias o excesos de financiación"–, insuficiencia de información para "evaluar el grado de autofinanciación de la Iglesia"...

¿Qué ha sido de estas recomendaciones?

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infoLibre preguntó a la Conferencia Episcopal por el grado de cumplimiento de las mismas, sin respuesta.

El Ministerio de Presidencia señaló que "en el último año" se ha cumplido con una de las recomendaciones, de un total de ocho. Se trata de la séptima, la que llama a modificar la regulación jurídica de las subvenciones de la Fundación Pluralismo y Convivencia, el ente público creado en 2005 para subvencionar a las religiones minoritarias [ver aquí y aquí]. Para atender dicha recomendación se publicó un real decreto en 2021 por el que se regula la concesión directa de subvenciones a las confesiones islámica, evangélica y judía. "Respecto del resto de recomendaciones del informe –añade Presidencia–, se continúa trabajando en la medida que, en general, requieren de un acuerdo con la Iglesia católica a través de los mecanismos de cooperación existentes, tal y como reconoce el propio informe del Tribunal".

Otra recomendación cumplida es la dirigida a la Agencia Tributaria para que actualice los datos de las entidades calificadas como confesiones religiosas, para conseguir una depuración similar a la de otros censos de obligados tributarios. "Esta identificación ya se realiza por parte de la Agencia Tributaria", según Hacienda.

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