Iglesias pide a Sánchez que rectifique y deje de “obedecer a los oligarcas”

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"Le vuelvo a tender la mano para que tras este fracaso negocie con nosotros un programa y un Gobierno de cambio real". Esa fue la idea sobre la que giró el durísimo discurso que líder de Podemos, Pablo Iglesias, realizó en la segunda sesión de la votación de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. En su intervención, Iglesias insistió en que el pacto de PSOE y Ciudadanos no permitirá a Sánchez alcanzar el poder, y le reclamó que deje de "escuchar la voz de los poderosos" y de los "oligarcas".

En una mañana en la que Sánchez se enfrenta a la opinión de todos los grupos políticos sobre su investidura, Iglesias intervino en segundo lugar, tras el cruce de declaraciones que mantuvieron durante más de una hora Sánchez y el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. El líder de Podemos, lejos de mostrarse conciliador con el PSOE –al que volvió a proponer un Gobierno conjunto–, enhebró un discurso muy duro contra Sánchez, a quien acusó de haber presentado "un pacto a la medida de las oligarquías" al acordar con Ciudadanos un programa que supone una "capitulación frente a la naranja mecánica", como definió Iglesias al partido liderado por Albert Rivera.

"Ha elegido un socio muy hábil que no dudará en entregarle al PP en cuanto pueda", alertó Iglesias a Sánchez, a quien también advirtió de que Ciudadanos –como ellos mismos han anunciado– busca incluir al PP en el acuerdo. "Y en esta segunda entrega, el plan no es que esté usted al frente", aseguró el líder de Podemos, que sin embargo pidió a Sánchez que "deje de escuchar los cantos de sirena que le llevan al naufragio" y busque un pacto de izquierdas, ya que ha tenido la "fortuna" de ser candidato a la Presidencia del Gobierno a pesar de tener los peores resultados del PSOE desde la reinstauración de la democracia.

"Los números dan, y usted lo sabe", aseguró Iglesias en referencia a uno de los argumentos esgrimidos por el candidato socialista: que no existe una mayoría posible entre los partidos de izquierdas en el Congreso. "No vete usted las abstenciones", pidió el líder de Podemos a Sánchez, que se ha negado a ser investido con los votos de ERC y DiL. Y le lanzó un órdago: "No vuelva a tratar de engañarnos: si rectifica y gobernamos juntos, nuestra acción nos generara enemigos, pero no debe importarnos".

Las manos manchadas "de cal viva"

"Si tan preocupadas están las oligarquías en tener el Gobierno en manos de sus títeres, será porque sí que es importante", razonó Iglesias. Las palabras duras no sólo fueron para los "poderes fácticos" que, a su juicio, han ordenado a Sánchez que no pacte con Podemos; también las hubo para el PSOE y su historia. "Tengo un gran respeto por las siglas que representa, que eran las de mi abuelo cuando ser socialista llevaba a la cárcel y al pelotón de fusilamiento en lugar de a los consejos de administración", denunció Iglesias, que aseguró que el PSOE ha dado "la espalda a los trabajadores españoles".

"Por eso, para gobernar con ustedes, les pedimos garantías: para que no se repitan los errores del pasado", explicó el líder de Podemos, que incluyó entre estos puntos negros de la historia de los socialistas el "crimen de Estado". "Desconfíe de los consejos de quienes tienen manchado su pasado de cal viva", lanzó Iglesias a Sánchez en referencia al expresidente del Gobierno Felipe González, al que en la réplica mencionó expresamente, para indignación de la bancada socialista, que exigió al líder de Podemos que se marchase de la tribuna.

Esta declaración de Iglesias en su réplica y la reacción de los diputados del PSOE obligaron al presidente del Congreso, Patxi López, a intervenir para atajar la tensión creciente, que incluyó varias interrupciones airadas de la bancada socialista, así como gritos por partes de algunos dirigentes de Podemos y a Iglesias pidiendo silencio muy irritado a los diputados del PSOE desde el estrado.

López aseguró sin mencionar a ninguna de las partes enfrentadas que "no se puede admitir de ninguna de las maneras el insulto, la descalificación o el grito por el grito, y cada uno sabrá cuándo sobrepasa esa línea". "Desde luego, los tiempos son para el que tiene la palabra, y la mejor educación es guardar silencio: no hagamos nada que pueda demostrar que no somos educados y respetuosos", pidió López.

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A nivel programático, pocas novedades en el discurso de Iglesias, que utilizó buena parte de su discurso para destacar los profundos desacuerdos que tiene Podemos con el documento pactado por PSOE y Ciudadanos especialmente a nivel de políticas sociales y económicas. "No me sorprende el conformismo neoliberal de Ciudadanos, pero esperaba otra cosa de un socialista", lamentó Iglesias, que enumeró varias de las críticas que ya había desgranado los días anteriores: ni se "deroga la Lomce" o el "copago sanitario", ni se aumenta la financiación de la Sanidad, ni se "prohíben los desalojos forzosos sin alternativa habitacional".

"Han dejado la puerta abierta al abaratamiento del despido", continuó Iglesias, que denunció que el acuerdo "mantiene las indemnizaciones por despido que incluye la reforma laboral de 2012". "No se extrañe si algún dia los trabajadores le piden que entregue la S y la O" de las siglas del PSOE, zanjó en este sentido Iglesias, que también criticó la posición de los socialistas en temas como el TTIP, la reforma de las pensiones o la reforma fiscal.

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Tras la cortante intervención de Iglesias, le llegó el turno a Sánchez para la réplica. Y el candidato abrió su discurso con un dardo lanzado directamente contra el líder de Podemos: "No hace falta que usted reparta carnés de buen socialista, tan sólo basta con que no vote usted con el PP". "Que Rajoy deje de ser presidente hoy mismo depende del voto a favor de su grupo parlamentario", insistió Sánchez, que hizo girar toda su intervención en torno a esta idea.

"A mí nada más me gustaría que que hubiera un Gobierno de izquierdas, pero no engañemos a la gente, señor Iglesias: no hay una mayoría" de los partidos progresistas, señaló en varias ocasiones el candidato del PSOE, que también admitió que la derecha "no suma" y pidió a Podemos "poner en marcha las 150 medidas [del acuerdo con Ciudadanos] en las que podamos estar de acuerdo". Entre ellas, contra lo que dijo Iglesias, Sánchez aseguró que se encuentran "frenar los desahucios", "paralizar la Lomce" o "establecer un ingreso mínimo vital".

"Le tiendo la mano para todo aquello en lo que estemos de aceurdo y no esté incluido en el acuerdo con Ciudadanos, pero si votan lo mismo que el señor Rajoy se habrán convertido en lo mismo que habían venido a eliminar", concluyó Sánchez, que al inicio de su intervención criticó que Iglesias se hubiera alegrado del excarcelamiento del dirigente abertzale Arnaldo Otegi. "Ustedes dicen que los presos de ETA son presos políticos", denunció Sánchez, a lo que Iglesias respondió en su réplica que la actitud del candidato socialista al "utilizar la memoria de las víctimas del terrorismo" había sido "miserable" e "impropia".

"Le vuelvo a tender la mano para que tras este fracaso negocie con nosotros un programa y un Gobierno de cambio real". Esa fue la idea sobre la que giró el durísimo discurso que líder de Podemos, Pablo Iglesias, realizó en la segunda sesión de la votación de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. En su intervención, Iglesias insistió en que el pacto de PSOE y Ciudadanos no permitirá a Sánchez alcanzar el poder, y le reclamó que deje de "escuchar la voz de los poderosos" y de los "oligarcas".

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