El independentismo se refuerza, Aragonès gana a Borràs y reclama la presidencia

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El independentismo amplía su fuerza en Cataluña con ERC como nuevo partido más votado del bloque, que refuerza su mayoría para formar gobierno. Es un hito histórico del republicanismo catalán, que por primera vez derrota a la principal candidatura de la derecha nacionalista en unas autonómicas. Pero lo hace por tan escaso margen que los resultados mantienen viva la pugna por la cabecera del independentismo. Pere Aragonès, de ERC, se erige como el único candidato con llave para cualquier fórmula de gobierno y anuncia ya que se presentará a la investidura. Le gana en las urnas, aunque por menos de 1,5 puntos, a Laura Borràs, del mismo modo que, en segunda línea, Oriol Junqueras se impone a Carles Puigdemont. De momento, JxCat ha evitado garantizarle su apoyo. 

Los números permiten un nuevo gobierno del independentismo, bloque liderado ahora por ERC. De 70 diputados en las últimas elecciones, el independentismo pasa a 74 [ver aquí los resultados]. El separatismo repite así su exitoso resultado de 2012, también con 74 escaños. Aunque el partido más votado es el PSC de Salvador Illa, que obtiene 33, ERC es el nuevo líder del independentismo, también con 33, uno más que en 2017. Queda sólo uno por delante de JxCat (Laura Borràs), que con 32 obtiene 2 menos que los que obtuvo en 2017 la misma marca. El resultado es que JxCat pierde su posición dominante en el campo nacionalista.

El partido independentista que más sube es la CUP (Dolors Sabater), que pasa de 4 a 9. Es decir, más del doble. La izquierda anticapitalista se refuerza mientras irrumpe la ultraderecha nacionalista española.

Las fuerzas independentistas superan el 50% incluyendo al PDeCAT (Àngels Chacón), que no ha obtenido escaño. Las cuatro fuerzas (ERC, JxCat, CUP y PDeCAT) alcanzan el 50,7% del voto. En el Parlament, las fuerzas defensoras de la independencia totalizarán algo más del 48% del voto. La frontera del 50% es frecuentemente citada en círculos independentistas como fuente de legitimidad para acelerar el camino a la secesión.

A pesar de la indiscutible victoria de ERC sobre JxCat, al que gana en votos y escaños, hay un dato que considerar: la derecha nacionalista ha acudido a las urnas fragmentada en JxCat y PDeCAT, que suman el 22,7% del voto, más que los republicanos, con el 21,3%).

Apoyo estable

En un contexto político marcado por la volatilidad, el apoyo a las fuerzas independentistas en Cataluña se mantiene estable. Tomando como referencia las elecciones de 2012, las primeras convocadas –en este caso, por Artur Mas– con un enfoque nítidamente independentista, que marcaron el arranque del procés, las fuerzas partidarias de la separación de Cataluña han sumado siempre más del 47%. Las oscilaciones han sido mínimas: sólo tres décimas entre 2012 y 2017, con la apuesta independentista ya encima de la mesa.

En 2017, tras el referéndum ilegal del 1 de octubre, el independentismo obtuvo 2.079.340 votos, el 47,5% del voto y 70 escaños, repartidos así: JxC 34, ERC 32, CUP 4. Ahora el reparto queda así: ERC 33, JxCat 32, CUP 9.

El recorrido de ERC

Las elecciones celebradas este domingo suponen una clara mejora de los resultados del bloque independentista, que además cambia de líder. ERC se convierte por primera vez en el partido más votado y con más escaños del bloque independentista en unas autonómicas. Los herederos del espacio convergente, el de la derecha nacionalista catalana, el de Jordi Pujol y Artur Mas, ahora encabezado por Laura Borràs en la papeleta aunque con Carles Puigdemont como gran referente, ceden la primera posición del independentismo ante el republicanismo de izquierdas, el espacio de Josep Lluís Carod Rovira, más tarde liderado de Oriol Junqueras, ahora encabezado electoralmente por Pere Aragonès, que a priori tiene las mejores cartas para erigirse en presidente de la Generalitat, cargo al que llegó tras la inhabilitación de Quim Torra. Junqueras, condenado por sedición y malversación por el procés, sale reforzado frente a Puigdemont, que no llegó a comparecer ante la justicia española.

ERC culmina una década de ascenso electoral en las autonómicas. En 2010 cosechó un 7,21% del voto y 10 escaños. Desde entonces, la evolución ha sido favorable. En 2012 sacó el 13,7% y 21 escaños. En 2015 concurrió junto a CiU en Junts x Sí, con Mas como candidato. En 2017, cuando ya aspiraba a liderar el bloque y numerosas encuestas apuntaban a que lo conseguiría, ERC se quedó a las puertas, con un 21,38% del voto y 32 escaños, frente a los 34 de Junts.

Ahora, al fin, ERC supera a Junts, después de que el espacio nacionalista de derechas se haya roto, ya que había una segunda papeleta, la del PDeCat, que no ha conseguido representación parlamentaria. ERC fue además el partido más votado de Cataluña en las elecciones generales (22,57% en noviembre de 2019) y municipales (23,53% en mayo de 2019), aunque no lo fue en las europeas, cuando quedaron por delante Junts y PSOE.

ERC, aunque continúa defendiendo la legitimidad de los resultados del referéndum del 1 de octubre de 2017, mantiene una posición más abierta a la negociación con el Gobierno central que Junts. Mientras Borràs y los suyos son partidarios de acortar los tiempos hacia la independencia, sin descartar en ningún caso la vía unilateral, los republicanos se muestran partidarios de mantener la apuesta por la separación de Cataluña, pero con un proyecto de acumulación de fuerzas más pausado.

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Pere Aragonès, el último en salir a valorar los resultados, anunció que se presentará a la investidura. Sin ambages, el candidato de ERC reclamó la presidencia de "un Govern de vía amplia", reforzado por el porcentaje superior al 50% de los votos independentistas. No sólo la reclamó. Dio por hecha la presidencia, al igual que hizo antes que él Oriol Junqueras. Viene, afirmó, "una nueva etapa liderada por el independentismo de izquierdas y el catalanismo popular de ERC, el partido que más se parece a Cataluña", proclamó Aragonès, que lanzó un discurso centrado en la "amnistía y la autodeterminación", reivindicando la "inmensa fuerza" del independentismo para "conseguir el referéndum" y la "república catalana". En castellano, se dirigió a Pedro Sánchez, al que llamó a "sentarse" para "resolver el conflicto", algo que pasa por "votar en un referéndum sin represión". Y también se dirigió en inglés a la comunidad internacional, a la que pidió que se implique. El "objetivo irrenunciable" es "construir la república catalana", afirmó, invitando –sin citarlos expresamente– a los comunes a participar en la búsqueda de la amnistía y el derecho de autodeterminación. Junqueras había delimitado el terreno: ERC liderará un Govern que pretende impulsar "un gran consenso" para "construir la república".

El mensaje de ERC, inequívocamente centrado en la independencia mediante referéndum de autodeterminación, achica espacio a la presión de JxCat, que durante toda la campaña se ha presentado como la fuerza verdaderamente comprometida con llevar el propósito secesionista hasta el final. En su valoración de los resultados, ni Marta Borràs ni Carles Puigdemont dieron por hecho el apoyo a Aragonès como presidente. No lo mencionaron. Piugdemont destacó el "extraordinario resultado" del independentismo, obviando que JxCat había perdido el liderazgo del mismo. Y lamentó que se han "perdido miles de votos", un toque al PDeCAT. Le dedicó a Borràs un mensaje de apoyo, al referirse al "liderazgo de Laura". La candidata consideró cumplido el objetivo de JxCat, conseguir una "mayoría independentista", y felicitó por igual a ERC y la CUP. Las urnas habían dejado un "mensaje de unidad", dijo. En ningún caso se refirió a un apoyo de su partido a ERC. Dolors Sabater, de la CUP, imprescindible para la mayoría independentista, destacó la fuerza otorgada por las urnas a los anticapitalistas, que ganan fuerza en el nuevo escenario. 

El independentismo amplía su fuerza en Cataluña con ERC como nuevo partido más votado del bloque, que refuerza su mayoría para formar gobierno. Es un hito histórico del republicanismo catalán, que por primera vez derrota a la principal candidatura de la derecha nacionalista en unas autonómicas. Pero lo hace por tan escaso margen que los resultados mantienen viva la pugna por la cabecera del independentismo. Pere Aragonès, de ERC, se erige como el único candidato con llave para cualquier fórmula de gobierno y anuncia ya que se presentará a la investidura. Le gana en las urnas, aunque por menos de 1,5 puntos, a Laura Borràs, del mismo modo que, en segunda línea, Oriol Junqueras se impone a Carles Puigdemont. De momento, JxCat ha evitado garantizarle su apoyo. 

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