“Es horrible”. Así se expresa un miembro del Consejo de Ministros mientras digiere durante estas horas el resultado electoral de Estados Unidos. Donald Trump vuelve a la Casa Blanca tras una potente victoria frente a Kamala Harris. El político norteamericano representa todo lo contrario a la coalición que gobierna España y cambia por completo el ya de por sí trémulo escenario internacional.
Muchos miembros de La Moncloa, ministros y dirigentes de la izquierda apenas han pegado ojo. Estuvieron devorando los especiales informativos durante toda la madrugada. España se jugaba mucho. Y el conteo que aparecía en la CNN y en la portada digital de The New York Times se convirtió en un infierno. Todo un mazazo psicológico para la izquierda.
Pero la orden de La Moncloa ha sido clara y rápida: no confrontar por ahora con la futura administración estadounidense. Toda una declaración de intenciones hecha por el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que felicitó a primera hora del miércoles al futuro líder en Washington. Con un texto en inglés trasladó a Trump: “Felicidades por tu victoria y por tu elección como 47 presidente de los Estados Unidos. Trabajaremos en nuestra estratégica relación bilateral y en nuestra fuerte colaboración transatlántica”.
En el Palacio de La Moncloa son conscientes de que pierden a grandes aliados internacionales con la marcha de los demócratas. Joe Biden siempre mostró sintonía con Sánchez, con quien acordó la renovación de la Declaración Conjunta entre los dos países durante una reunión bilateral en Madrid coincidiendo con la celebración de la cumbre de la OTAN en 2022. Además, había sintonía con Washington en temas ideológicos como la lucha contra el cambio climático, la defensa de los derechos LGTBi y la importancia de los órganos multilaterales.
España y la UE, a la espera de las primeras medidas de Trump
El escenario a partir de enero será diferente con la toma de posesión de Trump. El futuro presidente tiene la idea de volver a aumentar los aranceles y poner en práctica una política económica de corte proteccionista, un mensaje que ha lanzado durante la campaña ante millones de americanos preocupados por la inflación. Además, sobre la mesa está la continua reivindicación del republicano de que los socios de la OTAN inviertan más para que Washington no tenga que hacer una excesiva financiación. En definitiva, Europa se tiene que preparar también con el bolsillo para el desembarco de la nueva administración.
Por eso, en el Gobierno español se ha optado, a pesar del fuerte disgusto, por el pragmatismo. Ni una palabra agria contra Trump. El encargado de poner voz fue el titular de Exteriores, José Manuel Albares, en una comparecencia en la sede de su departamento, donde reivindicó que EEUU y Europa son “aliados naturales”. La prudencia es máxima y el dirigente dijo que no hay que hacer “política ficción”.
"Juntos somos capaces de hacer frente a crisis muy difíciles para todos nosotros, es una alianza estratégica (...) la nueva administración arrancará a partir del 20 de enero del próximo año y hasta ese momento sigue la administración Biden, y no vamos a adelantar acontecimientos", remarcó ante la duda de cómo será la relación entre los dos gobiernos. Con esta idea al hilo: "España tiene a Estados Unidos como primer destino de sus inversiones, es el primer inversor en España fuera de la Unión Europea y tenemos una intensa relación como aliados de la OTAN".
La apelación a la UE es muy importante por parte del Gobierno. Las relaciones comerciales están marcadas principalmente por los acuerdos entre Bruselas y Washington, por lo tanto será una partida que se jugará en muchos casos con los 27 a la vez. El titular de Economía, Carlos Cuerpo, explicó: “Desde el punto de vista económico, nuestra relación bilateral es importantísima, es nuestro primer destino de inversión y es nuestro primer inversor después de la UE. Tenemos que seguir reforzándola hacia adelante Y también la relación transatlántica entre la UE y EEUU tiene que seguir siendo un eje fundamental. Vamos a poner todo sobre la mesa para que siga siendo así y lo que necesite la administración norteamericana para profundizar en la relación. En cualquier caso también somos muy conscientes en el ámbito europeo de que tenemos que hacer nuestros deberes”.
"Cada uno tiene su contexto"
En este aspecto coinciden fuentes gubernamentales: Europa no puede quedarse parada en estos momentos. España lleva tiempo insistiendo, especialmente durante la Presidencia rotatoria en el segundo semestre del año pasado, en la necesidad de la autonomía estratégica. Además, en el Gobierno subrayan que existe ya una hoja de ruta y hay que desplegar el informe Draghi. Se da especial importancia al arranque de la nueva Comisión, en el que jugará un papel clave la española Teresa Ribera al frente de la cartera de Competencia.
¿Y hasta qué punto puede interferir en la dinámica de la política interna? Fuentes de La Moncloa subrayan: “Estados Unidos es Estados Unidos. Y Europa es Europa. Cada uno tiene su contexto”. No hay una opinión generalizada dentro del Gobierno y de los partidos de las izquierdas si, en cambio, la victoria de Trump puede servir de revulsivo para frenar una ola ultra similar con Vox.
En el PSOE no se quieren pronunciar oficialmente de manera diferente a la línea marcada por Sánchez y Albares, pero el sentimiento de sus dirigentes, según fuentes consultadas, es de desolación. Y también de resistencia frente al proyecto que representa Trump de “autoritarismo”. Altos cargos del partido insisten en la importancia que tiene la unidad europea y de los partidos progresistas en el ámbito comunitario para frenar algunas intenciones internacionales del norteamericano.
En Sumar también el desasosiego se adueñó de buena parte de sus miembros, como reconocen miembros del espacio de Yolanda Díaz. Ponen el foco en el gran problema de los bulos, la desinformación y el uso de la red social X dominada por Elon Musk. Pero en la dirección de Movimiento Sumar, asimismo, se hace el análisis de que la defensa de la democracia no es un argumento que decante unas elecciones frente a las inquietudes económicas. Por eso subrayan la importancia de que el Gobierno apruebe medidas que afecten en el día a día de los ciudadanos.
La responsable de Comunicación de Sumar, Elizabeth Duval, reflexionó de esta manera tras la victoria del candidato republicano: “En muchos de quienes hoy le han dado la mayoría a Trump no hay un deseo del fascismo y de la destrucción, sólo pulsión de muerte: hay dolores profundos, miedos, temores, personas heridas. Es trasladable a nuestro contexto. Y la mejor manera de evitar un mañana tan desolador como en Estados Unidos es hacernos cargo de ese dolor y de esas heridas”.
En Podemos extraen una principal conclusión tras la victoria de Trump: se tiene que hacer frente a la ultraderecha a través de medidas valientes y de izquierdas. Los morados trasladan durante estas horas que no funciona el progresismo del “mal menor”, porque supone poner una alfombra roja al PP y a Vox.
“Es horrible”. Así se expresa un miembro del Consejo de Ministros mientras digiere durante estas horas el resultado electoral de Estados Unidos. Donald Trump vuelve a la Casa Blanca tras una potente victoria frente a Kamala Harris. El político norteamericano representa todo lo contrario a la coalición que gobierna España y cambia por completo el ya de por sí trémulo escenario internacional.