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¿Qué se juega Podemos en Andalucía?

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Olivia Carballar | Sevilla

“La historia electoral española muestra que es muy difícil, por no decir imposible, que un partido gane la elecciones generales sin tener un porcentaje de voto muy alto en Andalucía y eso, sin perjuicio de admitir que suele haber diferencias en el voto de las elecciones autonómicas y las generales”, reflexiona el catedrático Juan Torres, autor junto con Vicenç Navarro del documento económico elaborado para Podemos.

Las encuestas realizadas hasta el momento en la comunidad sitúan al partido liderado por Pablo Iglesias como tercera fuerza política, por detrás de PSOE y PP, con entre el 13,5% y el 17,4% de los votos. “Posiblemente sea cierto que un pinchazo en Andalucía, y esos porcentajes efectivamente lo son para una fuerza que se plantea llegar a la Moncloa, podrían desinflar en buena medida sus expectativas en toda España”, añade Torres.

Atendiendo a los ánimos, el hartazgo de los ciudadanos y las encuestas, puede que nada venga mejor a Podemos que un adelanto electoral para sus aspiraciones de gobierno un adelanto electoral . Las entre 100.000 (según la Policía) y las 300.000 (según los convocantes) que acudieron este sábado a la Marcha por el Cambio en Madrid lo confirman. Sin embargo, puede que nada haya podido venir peor a Podemos que al final ese adelanto se haya dado en Andalucía.

Las reacciones públicas en el nuevo partido a la decisión de la presidenta de la Junta no muestran una excesiva preocupación, pero tampoco una excesiva tranquilidad. De todas, Andalucía no es la mejor plaza para medir por primera vez en las urnas, tras las europeas, el efecto real de un fenómeno que ha roto los esquemas de los hasta ahora dos partidos mayoritarios. Primero, porque no disponen aún ni de estructura ni de una candidatura sólidauna candidatura sólida que pueda hacer frente al liderazgo de Susana Díaz, ganadora en todas las encuestas. Segundo, porque tendrán que demostrar con un programa solvente y propuestas concretas que del diagnóstico pasarán a aplicar recetas, una de las mayores críticas que les hacen sus adversarios. Y tercero, porque saben –y así lo reconocen– que esos dos partidos hasta ahora mayoritarios en nada se parecen de Despeñaperros para arriba y de Despeñaperros para abajo.

“En Andalucía es más complicado competir con el PSOE que con el PP, eso está claro”, admiten desde Podemos, que no eligió por casualidad Sevilla para celebrar su primer aniversario, hace dos semanas. En este contexto, ¿qué se juega Podemos en Andalucía? ¿Dependerá de lo que salga de las urnas el próximo 22 de marzo la evolución de su ola de entusiasmo? ¿Crecerá su efecto, se mantendrá o comenzará a desinflarse?

Los precedentes

Ningún partido ha ganado unas elecciones generales con el porcentaje ahora mismo atribuido a Podemos en Andalucía, confirma Manuel Pérez Yruela, profesor de Investigación de Sociología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA): “El PSOE obtuvo su peor resultado en 1994, legislatura en la que se produjo la complicidad entre PP e IU conocida como la pinza. En las elecciones de ese año, el PSOE obtuvo 45 diputados; el PP, 41; IU, 20, y el Partido Andalucista, 3. Ninguno obtuvo mayoría absoluta. En las cinco ocasiones en las que el PSOE ha conseguido mayoría absoluta de las nueve legislaturas habidas desde 1982, la ha obtenido en todos los casos con una proporción de votos válidos en urna superior al 47%”.

El PP obtuvo un porcentaje bajo de votos en las tres primeras legislaturas (1982, 1986 y 1990), con resultados del 17%, 22,2% y 22,4%, respectivamente. Fue a partir de la cuarta legislatura, en 1994, cuando pasó a tener más del 30%. Y en 1996, con ese porcentaje superior al 30% en Andalucía, ganó las generales. "Los resultados electorales en Andalucía tienen más influencia a nivel nacional", explica López Yruela. Por eso considera, "aunque es difícil de saber", que Podemos se juega más en esta comunidad que, por ejemplo, en Cataluña.

Para el profesor del IESA, sin embargo, el punto de partida de Podemos no debe situarse en las encuestas, sino en las elecciones europeas, las primeras a las que se presentaron: “No se puede desinflar lo que todavía no se ha inflado. Es decir, Podemos no se ha presentado aún a ninguna elección autonómica y no se puede valorar si se desinfla o no”. En las europeas, Podemos obtuvo el 7,11% de los votos en Andalucía, algo por debajo del 7,98% alcanzado en España.

“El porcentaje que se le atribuye para las autonómicas es significativamente mayor que el resultado de las europeas. Sí puede conjeturarse que este adelanto electoral deja poco tiempo para preparar toda la logística organizativa y de comunicación que unas elecciones conllevan. No obstante, está por ver si eso lo pueden compensar con el uso de las redes sociales y de la comunicación instantánea que puede hacerse a través de ellas y que tan bien manejan”, añade Pérez Yruela, quien señala que es conveniente esperar a alguna encuesta preelectoral más, como la del CIS, para comprobar si esa intención de voto entre el 13,5% y el 17,4% se mantiene o varía al alza o a la baja. “En los últimos días han sucedido cosas que pueden influir para ello: el propio adelanto electoral, el resultado de las elecciones en Grecia y los primeros pasos del nuevo Gobierno, los problemas que se está conociendo de algunos miembros significados de Podemos…”, advierte el profesor.

Andalucía no está en el camino a La Moncloa

La eurodiputada Teresa Rodríguez, posible candidata de Podemos a presidir la Junta, resta importancia a las encuestas e insiste en que su camino en Andalucía va por otro lado: “Las generales son las generales y las autonómicas, las autonómicas. Nosotros vemos en Andalucía la primera etapa para echar del Gobierno a la derecha. Pero no nos planteamos ganar en Andalucía como un paso intermedio para llegar a la Moncloa. Claro que nos jugamos cosas, pero en términos de cambiar la realidad de Andalucía, de dar una alternativa a la comunidad con más paro donde lleva gobernando el PSOE 35 años y huele a viejo”, explica a infoLibre. Asegura que en Andalucía son ya más de 50.000 las personas inscritas en Podemos frente a los aproximadamente 46.000 militantes del PSOE andaluz.

Joaquín Urías, que perdió su batalla por la Secretaría General de Sevilla frente a la lista oficialista de Begoña Gutiérrez, incide en la línea de la eurodiputada: “El éxito ciudadano de Podemos no está relacionado con convocatorias electorales, sino con una situación de hartazgo popular. La gente está deseando votar a Podemos en las generales y ese ansia no varía por la convocatoria autonómica. En Andalucía, a mi modo de ver, Podemos se juega menos. A pesar de las políticas de recortes del gobierno PSOE-IU, que han dañado gravemente el Estado del bienestar andaluz, aún hay andaluces que ven al PSOE o a IU como partidos de izquierda. Seguramente, debido a que el PP gobierna en el Estado y a la falsa imagen de confrontación con él. Por eso, Podemos aquí no debe tener grandes expectativas ni se juega nada. Es un partido nuevo que se enfrenta a una coyuntura política compleja. Cualquier resultado que nos haga decisivos para gobernar será un éxito. Y estoy convencido de que será mejor que ese 18%”.

Teresa Rodríguez atribuye la fortaleza del PSOE andaluz a la resistencia que existe en esta comunidad a una derecha vinculada a la oligarquía terrateniente y a la decisión de los andaluces de votar “el mal menor”, por lo que confía en que Podemos se convierta ahora en el vehículo del cambio con dos ejes: la lucha contra el desempleo y la lucha contra la corrupción con un mensaje especialmente dirigido a los jóvenes: “Para que no tengan que coger, como hicieron sus abuelos, las maletas e irse para Alemania”.

Lejos de la realidad andaluza

Algunos militantes y personas cercanas al partido sitúan, sin embargo, el mayor obstáculo de Podemos en Andalucía en el propio Podemos. “Nuestro principal problema es la falta de transparencia y participación en el diseño de las listas electorales. Prácticamente se van a imponer desde Madrid, primando la lealtad al aparato sobre la preparación. Nuestros diputados no serán los mejores, sino los más fieles a Pablo Iglesias y eso traerá muchos problemas a medio plazo. Por otro lado, la incorporación de personalidades muy conocidas vinculadas al SAT y a la CUT nos alejará de la centralidad del tablero”, sostiene un destacado militante que prefiere no decir su nombre.

Juan Torres, aunque valora las reivindicaciones históricas del sindicato liderado por Diego Cañamero, admite también esa dificultad: “Es una evidencia que la organización de Cañamero [el SAT]  refleja a una parte muy reducida, aunque es cierto que requiere una gran atención, de la sociedad andaluza y de sus problemas. No creo que sea por casualidad que después de tantos años la CUT [la formación encabezada por Juan Manuel Sánchez Gordillo] se haya limitado a ser una parte muy pequeña de la militancia de IU y, además, muy concentrada espacialmente”.

No obstante, lo que Torres cree que complica el camino a Podemos es la forma de enfrentarse a la propia realidad de Andalucía: “Creo que los dirigentes de Podemos en Andalucía están haciendo un discurso bastante alejado de la realidad y de los sentimientos mayoritarios de los andaluces. Se está manifestando claramente en las declaraciones recientes de algunos de ellos y en el mitin que organizaron hace poco en Sevilla, donde predominaron los estereotipos y una forma vieja de hacer política que a mí no me gusta, a base de chistes fáciles e insultos personales".

“La historia electoral española muestra que es muy difícil, por no decir imposible, que un partido gane la elecciones generales sin tener un porcentaje de voto muy alto en Andalucía y eso, sin perjuicio de admitir que suele haber diferencias en el voto de las elecciones autonómicas y las generales”, reflexiona el catedrático Juan Torres, autor junto con Vicenç Navarro del documento económico elaborado para Podemos.

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