Después de la comparecencia que hizo Carles Puigdemont la semana pasada en Bruselas y su encuentro con Yolanda Díaz, no habrá muchas alharacas en Junts. El partido independentista planea una negociación con total "discreción" de cara a la futura investidura de Pedro Sánchez, aunque dirigentes del partido quieren gestos públicos del PSOE si hay un acuerdo.
Así lo trasladan diversas fuentes del partido de Carles Puigdemont de cara a las próximas semanas y con la vista puesta ya en la negociación que se tendrá que acelerar una vez se produzca la investidura fallida del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (prevista para los días 26 y 27 de septiembre).
Puigdemont marcó su hoja de ruta en aquella comparecencia ante la prensa en la capital belga, poniendo sobre la mesa la necesidad de una ley de amnistía. Pero también dio mucha importancia al “reconocimiento y respeto a la legitimidad democrática del independentismo”. Y este es uno de los flancos que más importan también dentro del partido después de años en los que se han sentido repudiados en las instituciones por parte del resto de formaciones.
A la altura de las otras formaciones
En Junts le dan mucha importancia al simbolismo y entre sus altos dirigentes, como señalan fuentes del partido, quieren que el PSOE tenga algún gesto público en torno al acuerdo, si se alcanza, al nivel de los que se hagan con el resto de formaciones para lograr una mayoría. La visita de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz, fue bien recibida por parte del independentismo, pero no vale sólo con Sumar.
El partido independentista aspira además a algún tipo de escenificación con los socialistas en caso de que dieran el ‘sí’ a Pedro Sánchez. En la cúpula no quieren verse como apartados mientras que aparecen fotos de miembros del Gobierno o de Ferraz con representantes de ERC, el PNV o EH Bildu. Tanto en Junts como en el PSOE reconocen que la verdadera negociación se dará entre estos dos interlocutores y no de manera interpuesta por Sumar.
En lo que sí coincide Junts con el PSOE, según fuentes de la cúpula soberanista, es que estas semanas deben estar marcadas por la “discreción”. Puigdemont no tiene intención de dar más pistas por dónde puede pasar el acuerdo o detalles de lo que se hable próximamente con los socialistas. Ahora mismo está abierto al pacto, pero no tiene reparos en ir a elecciones, según traslada su círculo. Este viernes se vio en Waterloo con Andoni Ortuzar (PNV) para analizar la compleja situación.
"Se va a negociar como la Mesa del Congreso"
“Se va a negociar como se hizo con la Mesa del Congreso, con discreción”, subrayan fuentes de Junts. Pero eso no significa que se desemboque en la opacidad: “Si hay acuerdos, tienen que ser públicos antes de la votación”. Desde el partido de Carles Puigdemont se invoca a que es posible cerrar un pacto si Pedro Sánchez tiene “voluntad política”.
Los socialistas también quieren apartar el foco durante estos días sobre la futura negociación y buscan que la atención esté en Alberto Núñez Feijóo, que sólo tiene el apoyo de Vox, UPN y CC para su votación de investidura, sin visos de lograr los cuatro diputados más para cuadrar la cuenta. Génova 13 ha convocado para el domingo 24, 48 horas antes del Pleno, un gran acto en la avenida Felipe II de Madrid para protestar ante una posible ley de amnistía, con la presencia de José María Aznar, Mariano Rajoy y los principales barones de la formación conservadora.
En el PSOE la vieja guardia lleva días presionando contra esa posible ley, que en ningún momento ha confirmado ni desmentido la actual dirección socialista. Se han alzado voces como las de Felipe González, Alfonso Guerra, Ramón Jáuregui y Elena Valenciano. Y también ha desembocado en la expulsión del veterano Nicolás Redondo por sus reiteradas faltas de respeto y su comportamiento inadecuado.
En la dirección socialista no están preocupados por el acto del PP el próximo día 24 y dicen que la gente lo que está viendo es el “sainete” de un partido sin un liderazgo claro. De hecho, en Ferraz interpretan que las palabras de José María Aznar están debilitando al candidato del PP sin haber ido siquiera a la investidura.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, volvió a la actividad pública este viernes tras haber pasado nuevamente el coronavirus. El mensaje que trasladó, ante la cúpula de la CEOE en un acto, es que se dedicará “en cuerpo y alma” a la investidura tras la “descomunal” y “caprichosa” pérdida de tiempo que ha supuesto, en su opinión, el intento del Partido Popular.
“Me dedicaré a dialogar con el resto de fuerzas políticas, lógicamente también hablar con la sociedad civil para tejer alianzas y poner en marcha un proyecto político en positivo, de progreso y de convivencia que garantice la estabilidad del país y que sea plenamente coherente con la letra y el espíritu de nuestra Constitución", indicó Sánchez en una semana en la que el PSOE ha enfriado ese intento del independentismo de que haya una ley de amnistía aprobada antes de que llegue la votación de Sánchez.
El PSOE espera el acuerdo, pero consciente de la complejidad
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En el PSOE son conscientes de que la negociación será muy complicada y que tienen que llegar a buen puerto muchos itinerarios, pero confían en lograrlo y creen que su opción es la única viable. Además, se sienten respaldados ante las reuniones con los independentistas por el resultado del 23 de julio, cuando el PSC obtuvo más diputados que todos los soberanistas. Asimismo, esta lectura social se ha hecho con la pasada manifestación de la Diada, que congregó a 115.000 personas (en 2014 hubo 1,8 millones de asistentes).
El independentismo va separado a esta negociación con el PSOE para la investidura. Desde Esquerra Republicana se está insistiendo, como reiteró el viernes su portavoz, Marta Vilalta, en “intensificar la coordinación” con Junts. Pero los de Puigdemont prefieren ir a su aire, como ya sucedió con la Mesa del Congreso. En aquellas negociaciones el puente entre el PSOE y los de Carles Puigdemont fueron el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, y la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras. Asimismo, los republicanos esperan fotos con dirigentes nacionales con Oriol Junqueras o Marta Rovira, que actualmente reside en Ginebra (Suiza).
Otra de las claves de la negociación es la pugna dentro del independentismo cuando apenas falta un año y medio para las próximas elecciones autonómicas. Más la pieza del PSC, que es necesario para Pere Aragonès para sacar los próximos presupuestos en el Parlament. Y como dice un miembro de Esquerra ante la complicada ecuación para sacar adelante la investidura: “Lo importante es que ninguna de las partes se sienta humillada”.
Después de la comparecencia que hizo Carles Puigdemont la semana pasada en Bruselas y su encuentro con Yolanda Díaz, no habrá muchas alharacas en Junts. El partido independentista planea una negociación con total "discreción" de cara a la futura investidura de Pedro Sánchez, aunque dirigentes del partido quieren gestos públicos del PSOE si hay un acuerdo.