El 27 de noviembre es la fecha límite para la investidura. El pacto está encarrilado. Pero no se termina de cerrar. La pieza clave es Junts. Y este lunes por la tarde se dio un paso muy importante para llegar a buen puerto con la fotografía del número tres del PSOE, Santos Cerdán, junto al expresident Carles Puigdemont en Bruselas.
El PSOE tiene prisa por cerrar el acuerdo y ha estado presionando a los de Carles Puigdemont en los últimos días para poder poner fecha a la investidura, según fuentes independentistas. En Ferraz el deseo es que se pueda sacar adelante la votación antes del 10 y el 11 de noviembre, cuando se producirá la cumbre de Málaga de los socialistas europeos (que dará el pistoletazo de salida para la larga batalla por las elecciones europeas de junio del año que viene).
Junts llevaba tiempo reclamando también un gesto del PSOE con Puigdemont que significara el reconocimiento de interlocutor directo después de años de ostracismo en el Parlamento Europeo. Y las dependencias de los posconvergentes en Bruselas fueron el escenario de la foto en la que aparecieron Cerdán y el expresident de Cataluña, acompañados por el secretario general de Junts, Jordi Turull, la presidenta del Grupo del PSOE en el Europarlamento, Iratxe García, y el jefe de la delegación socialista en el Parlamento, Javier Moreno. Las dos partes, en sendos comunicados, destacaron “el buen ambiente del encuentro”: “Han constatado que dichas negociaciones avanzan en la buena dirección. Por ello, se han emplazado a seguir hablando en los próximos días”, lanzó Ferraz.
El acuerdo que quiere atar Junts
Las conversaciones con Junts se han desarrollado de manera muy discreta y han tenido altibajos, pero los de Carles Puigdemont siguen en su intención de lograr un pacto. Fuentes independentistas comentan: “Se avanza, no está cerrado todavía. Pero es un gesto importante”. ¿Pero qué buscan los posconvergentes para dar su sí? Fuentes de Junts afirman que están negociando, y lo mantienen tras la reunión, “un acuerdo global”, que pasa por: amnistía, mediador y el reconocimiento de que el conflicto “sólo se soluciona votando”.
Junts, según fuentes del partido de Puigdemont, acepta que, de sus condiciones, sólo la amnistía tenga rango de ley. Los socialistas están en esa línea y, de hecho, Pedro Sánchez dio un paso importantísimo el pasado sábado en la reunión del Comité Federal del PSOE donde verbalizó por primera vez su posición: “En el nombre de España y por el interés de España, defiendo hoy la amnistía”. El jefe del Ejecutivo en funciones pidió el apoyo de su partido para esta medida de gracia y reflexionó ante los suyos de que el tiempo les dará la razón.
Por lo tanto, los otros puntos de ese acuerdo global que exige Junts no tendrían que ser plasmados en una ley. De hecho, su cabida puede pasar por una especie de acuerdo político entre las formaciones, aunque la figura del mediador que busca Puigdemont es el principal escollo. Las negociaciones las llevan directamente el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, la titular de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, y Cerdán. Este último fue el encargado de trasladarse a Bruselas, como hombre fuerte de Sánchez pero también al no ser miembro del Gobierno, algo que hubiera supuesto fuertes críticas de la oposición como pasó con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz.
El propio Sánchez se reunió en el Congreso de los Diputados, durante su primera ronda de contactos, con la portavoz de Junts en la Cámara Baja, Míriam Nogueras, dando el resultado de una foto inédita, ya que el socialista no mantuvo con este partido reuniones durante la negociación tras las elecciones generales de 2019.
El PSOE quiere cerrar pronto el acuerdo
En la dirección del PSOE entienden que el camino abierto de negociación de Junts supone una vuelta de este partido a participar en la política española después de años intentando bloquearla. El propio Sánchez también señaló el sábado que los que ahora critican la negociación, como el PP, terminarán beneficiándose de esa vía a posteriori para lograr la gobernabilidad. El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha reconocido que ha mantenido contactos indirectos con los posconvergentes y ha mostrado su “respeto” hacia el expresidente catalán.
El PSOE y Sumar cerraron la semana pasada el acuerdo de coalición días antes de los previsto (se habían dado todo el mes de octubre) y esperaban que sirviera para acelerar el resto de negociaciones y que los pactos llegaran en “cascada”. Por ahora no se ha sellado ninguno oficialmente con Esquerra, PNV, Bildu, Junts o BNG. Pero los socialistas han intensificado esos contactos y esperan lograr la cuadratura del círculo en estas dos semanas.
Las principales dificultades están en los partidos catalanes. ERC escenificó la semana pasada que la negociación había encallado y miraba directamente a María Jesús Montero. Así se lo trasladó el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en un encuentro privado con Bolaños en Barcelona. Esquerra está centrando mucho sus esfuerzos en la variante económica y está presionando para lograr un traspaso completo de Rodalies (una reivindicación histórica) y un acuerdo de financiación.
Con el calendario en la mano
Ver másSánchez: "En el nombre de España y por el interés de España, defiendo hoy la amnistía"
Los partidos se preparan ya para la recta final de la negociación y despejan sus calendarios. Este martes se celebra el juramento de la princesa Leonor en el Congreso, al que no asistirán los socios del Gobierno de coalición, y todos miran a la reunión que tiene el viernes la Mesa del Congreso, en la que podría comunicar la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, la fecha para la investidura.
La semana siguiente tiene un día festivo en Madrid capital, el jueves 9 por la celebración de la Virgen de la Almudena, pero no es impedimento legal para que haya una sesión plenaria. También en el calendario está marcado el viaje de los reyes a Dinamarca, los días 6, 7 y 8. El resultado de la votación debe ser informado por Armengol a Felipe VI, pero también se podría efectuar con una llamada o que la votación se produjese con el monarca ya en Madrid. Según estipula la Constitución, se produce una primera ronda de investidura en la que es necesaria mayoría absoluta (como mínimo 176 diputados) y de no lograrse, se va a una segunda 48 horas después, en la que vale una mayoría simple (más síes que noes). No obstante, Junts ya ha avisado de que votará sí o no, por lo que será determinante y no servirá buscar la vía de Coalición Canaria.
Mientras se producen las conversaciones, el PSOE está celebrando durante toda esta semana de manera telemática una consulta entre sus militantes para que aprueben o no su acuerdo con Sumar y las negociaciones con otros partidos para lograr la investidura. Además, los afiliados podrán votar presencialmente el sábado y se conocerá el resultado el domingo. Sánchez envió este lunes una carta a todos ellos defendiendo que la amnistía es el “camino correcto” para garantizar la convivencia en Cataluña y solicitando que se decida “con altura de miras”.
El 27 de noviembre es la fecha límite para la investidura. El pacto está encarrilado. Pero no se termina de cerrar. La pieza clave es Junts. Y este lunes por la tarde se dio un paso muy importante para llegar a buen puerto con la fotografía del número tres del PSOE, Santos Cerdán, junto al expresident Carles Puigdemont en Bruselas.