Una joven de 20 años se encuentra en coma inducido en el hospital San Jorge de Huesca (Aragón) desde hace varios días y su estado clínico requiere una transfusión de sangre para intentar salvarle la vida. Sin embargo, la chica realizó su testamento vital hace tan sólo unos meses y rechazó este tratamiento por motivos religiosos, es testigo de Jehová, y los sanitarios deben respetarlo.
Los médicos están obligados a consultar los registros voluntarios anticipados de los pacientes y al estar en coma, no pueden preguntarle si ahora estaría dispuesta a someterse a transfusión de sangre.
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Según el periódico Heraldo, incluso la familia ha interpuesto una demanda para intentar que los médicos puedan hacer su trabajo, pero el juzgado de guardia de Huesca ha dictado que no se ha cometido ningún delito porque la Ley de Autonomía del Paciente "reconoce el derecho del enfermo a que se respete su testamento vital y su negativa a someterse a determinados procedimientos médicos". La Fiscalía ha dado el visto bueno a la resolución y no la ha recurrido.
Una joven de 20 años se encuentra en coma inducido en el hospital San Jorge de Huesca (Aragón) desde hace varios días y su estado clínico requiere una transfusión de sangre para intentar salvarle la vida. Sin embargo, la chica realizó su testamento vital hace tan sólo unos meses y rechazó este tratamiento por motivos religiosos, es testigo de Jehová, y los sanitarios deben respetarlo.