La crisis y el agrietamiento lacerante de la democracia ha dejado pocas vacas sagradas en pie. Ni siquiera la más sagrada de todas ellas, la Corona. Nunca como hasta ahora se habló tanto del rey, de sus dineros. De la monarquía como régimen. Claro que los daños de la cacería del monarca en Botsuana y la imparable termita del caso Nóos, que asfixia a Iñaki Urdangarin y hace peligrar la situación de la infanta Cristina, han hecho lo suyo.
El constante desprestigio de la Jefatura del Estado ha removido al partido de raigambre republicana que en la Transición aceptó y apuntaló la monarquía, al PSOE. Los gestos públicos de las últimas semanas se acompañan de un cierto debate entre bambalinas que hunde sus raíces en la preocupación por la evolución de la causa contra Urdangarin y la gestión que de ella está haciendo la Zarzuela. Debate al que apremia con fuerza la organización juvenil, Juventudes Socialista de España (JSE).
El episodio que más rechinó en las costuras del partido fue, sin duda, la defensa que Pere Navarro, primer secretario del PSC, hizo de la abdicación del rey como paso necesario para "abrir una nueva era" en las instituciones. Proclama formalizada minutos antes, por cierto, de que Alfredo Pérez Rubalcaba mantuviera su careo con Mariano Rajoy en el debate del estado de la nación. La dirección federal entonces emitió un comunicado fulminante desautorizando al líder catalán.
Pero esta última semana, el pasado 25 de marzo, fue el número dos y portavoz de los socialistas valencianos, Francesc Romeu, quien reivindicó en su blog la república como la fórmula que mejor "puede canalizar las soluciones que la sociedad espera", más aún frente una Corona "ensombrecida por la corrupción y el descrédito". Dos días después, el pleno municipal de Mollet del Vallès –localidad barcelonesa de 52.000 habitantes– aprobó una moción en la que reclamaba la abdicación de Juan Carlos, al considerar "desgastado" el sistema monárquico. La iniciativa, presentada por ICV-EUiA, contó con el apoyo de todos los grupos, salvo el PP. Con el voto, por tanto, del PSC, partido que gobierna en la ciudad con CiU.
"El partido no puede mirar hacia otro lado"
Esos desmarques forman la antesala del diálogo monográfico sobre democracia que el PSOE celebrará el 18 de mayo en Asturias. Ese encuentro será el cuarto de los foros temáticos que el partido ha programado hasta el verano, debates de los que tiene que emerger un proyecto socialista renovado y que acabará de ser perfilado en la Conferencia Política Ganarse el futuro del próximo octubre en Madrid, que coordina Ramón Jáuregui. La dirección federal traslada un mensaje inequívoco: no se cuestionará, en ningún caso, la forma de gobierno. No se revisará la conveniencia de reemplazar la monarquía por la república, sólo abogará por profundizar en la "transparencia" de la institución. Pero ello no quita para el debate pueda surgir. Y quien, con seguridad, lo sacará a colación, es JSE, que desde 2012 dirige el asturiano Nino Torre. Una reivindicación nada extemporánea, toda vez que los estatutos de la organización juvenil han consagrado históricamente, congreso tras congreso, la defensa de un Estado "republicano".
"El debate es insoslayable en estos momentos", asegura con rotundidad, en conversación con infoLibre, un dirigente federal de JSE que pide el anonimato. "Es verdad que los mayores del partido sienten querencia hacia el rey, pero para los que no vivimos la Transición no tiene ningún sentido. De modo que vamos a pedir, en el diálogo de mayo y en la conferencia de octubre vía enmiendas, que se defienda la república. Que se camine hacia la república, luego ya se verá el modelo. Tarde o temprano ese debate llegará. Y por nosotros va a salir". Este alto cargo argumenta que la discusión sobre la figura del monarca y los presuntos manejos de su yerno están en boca de todo el mundo y el PSOE "no puede mirar hacia otro lado". Ayer domingo ponía otro elemento más en la balanza: el descubrimiento de la fortuna de 1.100 millones de pesetas que el padre del monarca, Juan de Borbón, dejó en herencia a sus hijos. "No vamos a renunciar a dar esa batalla, aunque la perdamos. No vamos a renunciar a estos planteamientos. Y si llega el caso, nos separaremos del partido en este asunto", avisa.
Rubalcaba y Torre, en el cierre del 24º Congreso de JSE, en 2012.- PSOE
Si el partido retira el apoyo, la Corona "cae"
En JSE, pero también en el seno de la ejecutiva federal y en los territorios, se reconoce que la discusión monarquía-república tiene mucho de generacional, y que la capa de dirigentes "de 35 años y menos" ni entiende ni reivindica el mantenimiento de la monarquía. "La república goza de un alto valor histórico-simbólico para el partido", apunta uno de los cuadros más veteranos y en la órbita de Rubalcaba, quien a continuación rubrica que la tesis "oficial" del PSOE es aquella que pervive desde la Transición, la que consagra el pacto constitucional.
Dirigentes consultados por este periódico auguran, no obstante, que la controversia sobre la forma de gobierno no ocupará, ni mucho menos, un papel central en la Conferencia Política. Todo el PSOE es consciente del potencial explosivo que tendría remover a fondo este asunto. "El PSOE sostiene la monarquía. Si le retira su apoyo, la monarquía cae". El silogismo es moneda común en el partido. Lo hacen aflorar facultados responsables en cuanto se suscita la pregunta.
El terreno es, pues, enormemente pantanoso para los socialistas. De ahí el temor cerval a que pudiera desbordarse. Una dirigente de la ejecutiva federal señala la comparación inevitable con el laicismo: del mismo modo que el debate sobre la privación de privilegios a la Iglesia está más que amortizado y el miedo, disipado, tocar la piel de la Jefatura del Estado genera muchísimos recelos. "No creo que este asunto cope la Conferencia Política –añade una integrante de la cúpula de la federación andaluza, la más poderosa de todo el partido–. Eso tensionaría mucho, nos dividiría mucho, y hay ya demasiados temas abiertos, entre ellos la sucesión de Alfredo. Hasta hay gente que no acaba de ver lo de la propuesta de la reforma constitucional, precisamente por lo duro de la crisis y lo mal que lo están pasando los ciudadanos".
Esta dirigente hilvana en su argumentación una prevención que comparten otros compañeros de filas: no hay un "clamor" interno para abordar esta discusión en estos momentos, el ruido es aún "muy minoritario", "pero de aquí a la Conferencia Política puede pasar cualquier cosa" que desbarate los planes. Y por "cualquier cosa" ha de entenderse el agravamiento del caso Nóos o una eventual abdicación del rey. "No está el país para abrir cuestiones de estas. Pero que esto puede ir a más, es verdad", analiza un barón regional afín a Carme Chacón. Otro líder autonómico rubalcabista llama a la "cautela" en un tema "muy delicado". "Me sorprende que desde Madrid se saquen liebres para no hablar de lo fundamental en lo interno, que son las primarias", se queja otro secretario regional que no cree "relevante" hablar de un cambio en la Jefatura del Estado, aun admitiendo la importante "base republicana" en la formación. "En este momento tan jodido, nos generaría más divisiones", remacha. Desde JSE replican que "no es incompatible hablar de soluciones contra la crisis y defender la república, sobre todo cuando reivindicamos una reforma de la Constitución".
'Toques' informales de Ferraz a JSE
¿El debate emergerá sólo de la mano de JSE? La organización juvenil intentará buscar aliados, aunque es consciente de la dificultad. Desde el PSC recuerdan que fue Navarro quien pidió a Juan Carlos que se vaya, pero no es la tesis oficial del partido hermano, "aunque más gente se está sumando", ironizan. En las alturas del PSPV también dicen lo mismo, que la opinión de Romeu es suya y que entre las "prioridades" de la federación no está la defensa de la república. Sí, en cambio, la reforma de la Constitución que ha asumido Rubalcaba. Madrid, la federación más rebelde de todas, no ha colegiado una posición, pero advierte de que la discusión sobre la Corona "está en la calle y el PSOE debe ser un reflejo de lo que pasa en la calle".
"El debate monarquía-república debe surgir, y debe abordarse sin miedo. Este partido siempre ha sido valiente", sostiene uno de los dirigentes de más confianza de Tomás Gómez. Este y otro diputado autonómico señalan, en ese sentido, que el propio Gómez "se adelantó" el año pasado a la polémica cuando, tras trascender la cacería de lujo de Botsuana, exigió a Juan Carlos elegir entre sus "responsabilidades públicas" y la "abdicación". "No se trata de ser más valientes, sino de que las cosas se planteen cuando toca plantearlas", replica un colaborador de Rubalcaba.
En las filas socialistas se apuesta a que el debate apenas llegará a nacer en el diálogo y en la Conferencia Política porque en los días previos proliferarán los toques de la direccióntoques . Un alto cargo de JSE reconoce que, "a través de alguna conversación informal", la cúpula ha hecho llegar el mensaje de que "cuidado" con sacar el tema de la monarquía. "Pero creo que los avisos irán más hacia los delegados de las federaciones que tengan la tentación de apoyar esta batalla, porque Alfredo sabe que nuestra posición es clara en esto", intuye un responsable de Juventudes. El aparato andaluz anticipa esa hipótesis: que ante la hipótesis de que la controversia aflore, Ferraz lanzará sutiles advertencias.
Ley del heredero, uno de los tres pilares de la reforma oficial
"Consideramos que el debate sobre la pertinencia de la república no se puede hurtar a nadie, pero desde luego esa no es la posición oficial del partido ni el tema central sobre el que pivotará la Conferencia. El PSOE debe mantener la seriedad y el rigor y su estatus vertebral de la sociedad española", aclara un dirigente en la sala de máquinas de la convención de octubre.
Uno de los redactores de la ponencia sobre democracia que se discutirá en mayo confirma que la posibilidad de abrir el melón de la monarquía no figura en el documento. Las propuestas de la dirección federal, según subraya un cargo de la máxima confianza de Rubalcaba a este diario, giran en torno al "perfeccionamiento de la Jefatura del Estado sin alterar el modelo", sobre tres ejes:
- Igualdad de hombre y mujer en la sucesión al trono. El cambio, que requeriría referéndum –se trata de una reforma agravada de la Constitución–, es viejo: fue propuesto por José Luis Rodríguez Zapatero y no prosperó por la imposibilidad de pactar con el PP una cirugía más amplia de la Carta Magna.
- Regulación de la figura del heredero de la Corona. Fuentes oficiales del PSOE señalan que se trataría de desarrollar la previsión constitucional, de dotar de rango de ley las atribuciones del sucesor, pero descartan que esa norma incluya un estatuto de los demás miembros de la familia real, justo para impedir los negocios privados, un vacío legal que aprovechó Urdangarin.
- Mejora de la transparencia. El partido ya ha reclamado al Gobierno que cobije a la Casa del Rey bajo el control de la Ley de Transparencia, para que sea tratada como otra Administración pública. La institución ha desglosado, motu proprio, y presionada por el fuego del caso Nóos, la partida que reservan los Presupuestos del Estado y el sueldo de los miembros de la familia real, pero no ha revelado su patrimonio.
"El monarca ha jugado un papel fundamental"
"Queremos mantener un modelo de Estado razonable, equilibrado. El monarca ha jugado un papel fundamental en nuestra democracia, y sigue jugándolo, y sigue siendo un representante impagable fuera del país. No vamos a plantear una propuesta revisionista, ni a cuestionar la institución", zanja este hombre del círculo del secretario general.
Se insistirá en la transparencia "para vestir al muñeco" y eludir el debate, lamentaba un dirigente madrileño que, este domingo, se hacía eco con sarcasmo de la comidilla del día: "Ahora habrá que preguntar si también el rey regularizó sus cuentas en Suiza gracias a la amnistía fiscal". Porque a las tribulaciones incontables de la Zarzuela –Nóos, Corinna zu Sayn-Wittgenstein, enfermedad del rey, ¿imputación de Cristina?...– se sumaba ayer la losa de la gruesa herencia de Juan de Borbón.
Teniendo en cuenta las revoluciones a las que gira la política, pensar en la Conferencia Política de octubre es tal vez adelantarse demasiado. Más cuando "cualquier cosa" podría pasar.
La crisis y el agrietamiento lacerante de la democracia ha dejado pocas vacas sagradas en pie. Ni siquiera la más sagrada de todas ellas, la Corona. Nunca como hasta ahora se habló tanto del rey, de sus dineros. De la monarquía como régimen. Claro que los daños de la cacería del monarca en Botsuana y la imparable termita del caso Nóos, que asfixia a Iñaki Urdangarin y hace peligrar la situación de la infanta Cristina, han hecho lo suyo.