El Palacio Real de Madrid acogió este jueves la tradicional ceremonia de la Pascua Militar, un año más con las mascarillas como principal floritura y la distancia social como norma fundamental para los presentes. El discurso del rey Felipe VI giró en torno al elogio a las Fuerzas Armadas, su labor social, las lecciones de Afganistán y el recuerdo de las víctimas de ETA. Silencio absoluto, una vez más, sobre las actividades de su padre.
Aunque el rey recordó en su discurso de Nochebuena la urgencia de "respetar y cumplir las leyes y ser ejemplo de integridad pública y moral", su intervención este jueves en la Pascua Militar quedó desierta en lo que respecta a las referencias al rey emérito. Ninguna mención, directa o indirecta, a Juan Carlos I y sus actividades, que van desde el fraude fiscal a la ocultación de fondos en fundaciones de las que también fue beneficiario Felipe de Borbón.
Felipe VI aprovechó la ocasión para dignificar la labor de los militares españoles en la misión de evacuación en el aeropuerto de Kabul tras la retirada de las tropas internacionales de Afganistán, cuyos "resultados finales" cree necesario estudiar. Es fundamental "extraer las necesarias lecciones y enseñanzas", defendió. El rey puso en valor el regreso, en junio del pasado año, del último contingente de Afganistán, poniendo fin a dos décadas de una misión que "ha contribuido a la lucha contra el terrorismo y la insurgencia".
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Asimismo, Felipe VI recordó que el objetivo de esta operación no era otro que la "pacificación y reconstrucción del país". Los militares ejercieron, en ese contexto, su labor "en condiciones muy difíciles", completó el rey. En ese sentido, dedicó parte de su discurso al "drama humanitario" tras la toma de poder de los talibanes. Entonces, recordó, España respondió de manera inmediata y "con liderazgo".
Durante su intervención, el monarca también dignificó la memoria de las víctimas de la banda terrorista ETA , coincidiendo con el décimo aniversario del cese de "la brutal violencia" de la organización. El rey envió un mensaje de "ánimo y admiración" a todos los familiares, algunos miembros de las Fuerzas Armadas y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: "Su fortaleza y altura moral nos sirve de guía a todos los españoles", reconoció.
Ante la mirada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Defensa, Margarita Robles, y otros miembros del Ejecutivo, el rey destacó además la labor social de los militares y expresó la necesidad de prestarles "la atención que requieren" como muestra de gratitud ante su "sacrificio por el bien común de todos los españoles". El jefe de Estado puso el broche a su discurso subrayando la importancia de "los hombres y mujeres que, día a día, demuestran ser lo más valioso que tenemos". El esfuerzo de los profesionales, zanjó, ha quedado patente en "la respuesta rápida y eficaz demostrada ante situaciones tan exigentes como las que hemos vivido" y cuyo abordaje no habría sido posible "sin su excelente preparación y sin la dotación de los medios necesarios".
El Palacio Real de Madrid acogió este jueves la tradicional ceremonia de la Pascua Militar, un año más con las mascarillas como principal floritura y la distancia social como norma fundamental para los presentes. El discurso del rey Felipe VI giró en torno al elogio a las Fuerzas Armadas, su labor social, las lecciones de Afganistán y el recuerdo de las víctimas de ETA. Silencio absoluto, una vez más, sobre las actividades de su padre.