Los datos publicados el pasado 30 de enero por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social respecto a los permisos parentales dejan un sabor agridulce. Si bien el número de bajas por paternidad aumentaron en 2017 respecto al año anterior, las excedencias siguen evidenciando que son las mujeres quienes se encargan de los cuidados, no sólo de los recién nacidos, sino también de las personas mayores o dependientes. El número de prestaciones por maternidad solicitadas experimentó un descenso del 3,6% el año pasado, con un total de 268.328, mientras que en el caso de prestaciones por paternidad la tendencia se invirtió, siendo esta vez un 8,2% más numerosas que el año anterior, con un total de 264.632. Las conclusiones en materia de igualdad pasan, no obstante, necesariamente por observar el número de excedencias solicitadas para el cuidado. El 90,6% de estas excedencias fueron solicitadas por ellas. Los cuidados, por tanto, continúan teniendo rostro de mujer.
A principios del presente año el sindicato CCOO ya explicaba, en su balance anual, que en nueve de cada diez casos las excedencias por cuidado familiar son tomadas por mujeres, una proporción que se mantiene inalterable en el tiempo: en 2016 el 90,92% de las excedencias por esta causa fueron tomadas por mujeres, mientras que en 2015 la cifra fue del 91,52% y en 2014 del 92,08%.
El Foro de la Familia ha celebrado a través de un comunicado el aumento de las prestaciones por paternidad, crecimiento que ha valorado como un "gran paso hacia la corresponsabilidad doméstica". La organización, sin embargo, ha reparado en lo negativo de que menos del 10% de los hombres hayan solicitado excedencias por cuidado familiar. "Esto indica que es la mujer la que sigue cargando con el peso familiar y la que sufrirá profesionalmente y de cara a la pensión futura este periodo de cuidado a niños o mayores", indicó Ignacio García, presidente de la plataforma, quien además reclamó que los periodos de excedencia dedicados a la familia computen como de cotización a la Seguridad Social a efectos de devengo de pensión de jubilación.
Ellas, cuidadoras
El Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que, de promedio, las mujeres dedican casi dos horas más que los hombres al trabajo relacionado con el hogar y la familia. El 91,9% de las mujeres realizan tareas domésticas y se ocupan del cuidado de niños, ancianos y personas dependientes durante una media de cuatro horas y 29 minutos diarios, expone el organismo. El 74,7% de los hombres, por contra, dedican una media de dos horas y 32 minutos.
CCOO recalca que "es superior la dedicación media diaria de las mujeres en todos los tipos de hogar, pero especialmente en el caso de hogar formado por pareja con hijos, en los que la dedicación diaria de las mujeres duplica la de los hombres". Elena Blasco, secretaria del área de Igualdad del sindicato, explica en conversación con infoLibre que si ponemos la mirada en las excedencias la discriminación se hace evidente. Las mujeres, al fin y al cabo, siguen teniendo "mayor carga de trabajo doméstico". Esto se traduce en una "ausencia de corresponsabilidad porque son ellas quienes asumen ese peso en el ámbito familiar". Continúa produciéndose, por tanto, "una gran penalización femenina que es la doble jornada de trabajo".
María Pazos, coportavoz de la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPiiNA), interpreta que el motivo por el que las excedencias siguen siendo disfrutadas mayoritariamente por mujeres es que "no están pagadas". A su juicio, todo lo que está "pagado al 100% y es intransferible, se lo toman los hombres, pero todo lo demás no se lo van a tomar". Lo transferible, explica, va a parar a "las madres siempre".
Pazos tacha de "injusticia" que existan excedencias no pagadas y reclama que todos los permisos estén retribuidos al 100%. El hecho de "darle una excedencia a las madres para dejarlas sin ingresos es condenarlas a la pobreza y a la dependencia económica", denuncia.
Elena Blasco añade a su crítica el "nulo desarrollo de la Ley de Dependencia, que debería venir ya participada". El Gobierno, explica, "debería prever todas las infraestructuras de cuidados necesarias, contemplando todos los servicios, todos los centros públicos de atención a menores, y ofrecer respuestas de servicios públicos y atención a personas dependientes". Algo que sólo se puede hacer, estima la sindicalista, a través de "recursos suficientes y con personal especializado". Es necesario, remata, poner en marcha "un desarrollo totalmente pleno de las leyes".
Pensiones más bajas
El problema para las mujeres se expresa a largo plazo en la evidente brecha que experimentan las pensiones de jubilación. Según el último informe de igualdad de género elaborado por la Comisión Europea, la brecha de género respecto a las pensiones de jubilación durante el año 2015 ascendió en España a un 33,8% en el caso de las personas mayores de 65 años.
Según los últimos datos que ofrece el Ministerio de Empleo, a diciembre de 2017 un total de 2.739.483 hombres recibieron pensión de jubilación, frente a 1.405.318 mujeres. La cuantía media de ellos fue de 1.355 euros, frente a los 942 euros de ellas. Es decir, la brecha registrada fue entonces del 30,49%.
UGT denuncia que sobre las mujeres "siguen recayendo los cuidados del hogar y la familia, lo que origina una brecha en las pensiones que las aboca a sufrir un mayor riesgo de pobreza en la vejez".
La falta de corresponsabilidad, relata Elena Blasco, queda reflejada en las solicitudes de excedencia, pero además "casi una de cada cuatro mujeres tiene un contrato a tiempo parcial", lo cual "incide en la brecha salarial, pero más allá de su momento activo laboralmente, incide también en las prestaciones por jubilación: a más tiempo parcial, menor prestación de jubilación". Tal y como indica la Encuesta de Población Activa (EPA) en su análisis correspondiente al tercer trimestre de 2017, el 73,5% de los contratos a tiempo parcial van a parar a manos de mujeres.
Blasco recuerda que el hecho de que las mujeres sean quienes mayoritariamente cuentan con contratos a tiempo parcial no es algo voluntario. Según el sindicato, el 53,3% de las mujeres alega como principal razón para trabajar a tiempo parcial la ausencia o el alto coste de los servicios adecuados para el cuidado de los hijos. "Principalmente no tienen otro tipo de contrato, pero también optan a él para ceder ese tiempo a los cuidados de la familia", explica. En muchos casos, agrega, "deciden quedarse en casa porque tienen un empleo más inestable que la otra persona de la unidad familiar o perciben menos cuantía". Se produce, por tanto, no sólo "una discriminación en materia de conciliación, sino además en el ámbito salarial y por tanto en las pensiones".
Permisos iguales e intransferibles
Respecto a los datos ofrecidos el martes por el Ministerio de Empleo, Elena Blasco recuerda la necesidad de un análisis cauto. "Aporta una visión insuficiente para poder hablar de avance o conquista de la conciliación" debido a la ausencia de información pormenorizada. "Desconocemos qué porcentaje de las madres que han solicitado permisos están solas en la unidad familiar, cuántas están en paro y por tanto no tienen derecho a pedirlos o qué número de hombres con derecho a prestación no la solicitan", matiza. Para hablar de avance, por tanto, "tendría que existir un análisis con muchísimo más detalle".
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En todo caso, admite Blasco, "siempre es positivo que aumenten los permisos de paternidad que asumen los hombres". Este hecho, valora María Pazos, confirma "la regla de oro: los padres se cogen los permisos si son intransferibles y pagados al 100%".
Hasta el año 2017 el permiso con el que contaban los padres era de dos semanas, periodo que aumentó a cuatro a principios del pasado año y que prevé quedar ampliado a cinco cuando se aprueben los Presupuestos Generales del Estado de 2018. "Antes cogían las dos semanas y ahora cogen las cuatro. Si aumentan a 16 –tiempo con el que cuentan las madres– también se las cogerán", razona Pazos, quien siguiendo esta lógica reivindica la equiparación del permiso de maternidad con el de paternidad.
Ellos hacen uso de dichos permisos, continúa, "cuando están bien equiparados y son intransferibles". De hecho, los hombres pueden optar a usar hasta diez semanas del permiso de maternidad, que son transferibles, pero sólo 4.930 padres "se han tomado algo de las diez semanas del permiso que puede transferir la madre", según los últimos datos. Es decir, de las 268.328 prestaciones por maternidad gestionadas en 2017, 4.930 fueron solicitados por el padre tras cederle la madre el derecho.
Los datos publicados el pasado 30 de enero por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social respecto a los permisos parentales dejan un sabor agridulce. Si bien el número de bajas por paternidad aumentaron en 2017 respecto al año anterior, las excedencias siguen evidenciando que son las mujeres quienes se encargan de los cuidados, no sólo de los recién nacidos, sino también de las personas mayores o dependientes. El número de prestaciones por maternidad solicitadas experimentó un descenso del 3,6% el año pasado, con un total de 268.328, mientras que en el caso de prestaciones por paternidad la tendencia se invirtió, siendo esta vez un 8,2% más numerosas que el año anterior, con un total de 264.632. Las conclusiones en materia de igualdad pasan, no obstante, necesariamente por observar el número de excedencias solicitadas para el cuidado. El 90,6% de estas excedencias fueron solicitadas por ellas. Los cuidados, por tanto, continúan teniendo rostro de mujer.