El abogado de Luis Bárcenas, Javier Gómez de Liaño, abrió ayer la caja de pandora sobre las garantías aplicadas en el caso al comunicar al juez sus sospechas de que sus conversaciones con su cliente “no son tan secretas como deberían”. En el escrito, sobre cuyo contenido informó él mismo durante una entrevista en Te Vas a Enterar, el magacín vespertino de Cuatro, Liaño explica qué sustenta sus temores: el viernes, cuando estaba a punto de entregar a Bárcenas en la prisión madrileña de Soto del Real un sobre cerrado “con documentación procesal”, los funcionarios le comunicaron que debían proceder previamente a su apertura.
El letrado relató que tras la reclamación de los funcionarios decidió llevarse el sobre de vuelta. La confidencialidad de sus comunicaciones personales con Bárcenas “no se está respetando”, recalcó.
Liaño aportó durante la entrevista más detalles: “Me dijeron que habían recibido de la superioridad orden de abrir el sobre y hojear con hache y ojear sin hache su contenido”. Un abogado que defiende a presos comunes sin vínculos con casos de corrupción aseguró anoche a infoLibre que la práctica de revisar la documentación "no es excepcional" y que, cuando se lleva a efecto, obedece a "razones de seguridad".
El abogado ya envió una queja al juez hace dos meses después de un diario publicase la ficha policial de Bárcenas, que obra en poder de Interior. Las cárceles dependen de ese mismo ministerio, lo que sugiere que Liaño cree que es el departamento de Jorge Fernández el que estaría vulnerando su derecho al secreto de las comunicaciones, aunque cuando se le preguntó quién entiende que está infringiendo las normas respondió con vaguedad: “No lo sé”. En otro momento, aunque de forma también difusa, convino sin embargo en que la responsabilidad puede atribuirse a Interior.
La denuncia de Liaño introduce un verdadero bucle histórico en esta rama del caso Gürtel donde se investiga si el PP se financió ilegalmente y compensó luego a sus donantes con adjudicaciones públicas. El temor del abogado de Bárcenas a que se esté vulnerando la confidencialidad de sus contactos con su defendido posee una intensidad menor pero de idéntica naturaleza a la que llevó al abogado de uno de los empresarios imputados en Gürtel a plantear la querella que condujo a la expulsión de Baltasar Garzón de la carrera judicial. ¿Estamos ante una repetición de aquellos hechos? Liaño sostiene que sus sospechas no tienen tanta “firmeza acusatoria” pero, en el fondo, la cuestión es la misma. Con la diferencia de que las escuchas a los imputados de Gürtel entonces presos se produjo previa orden judicial. En este caso, y salvo en la improbable hipótesis de que el juez Ruz haya abierto una pieza secreta, no existe tal orden.
El abogado ha pedido a Ruz que sus entrevistas con Bárcenas se celebren desde ahora en “departamento sin mampara de cristal u otra barrera física”.
No fue ese el único asunto punzante sobre el que ayer habló Liaño. El letrado, cuyo objetivo prioritario es obtener la excarcelación de su cliente, planteó una “reflexión” que en la práctica constituye un dardo envenenado al PP. “La reflexión es si acaso la prisión provisional que sufre Bárcenas [para evitar el riesgo de fuga y el de destrucción de pruebas] no está siendo aprovechada por algunos para ser ellos los que las destruyan. Y a algunos hechos recientes me remito”. A la pregunta de si estaba queriendo decir que el PP ha destruido deliberadamente los discos duros de su extesorero, reclamados inútilmente por el juez, Liaño respondió que no pero, a renglón seguido, abundó en la idea: “ Los hechos acaecidos en el último mes, donde no sé, no recuerdo, se destruyeron, las tiré, se borraron, eran inútiles… son demasiados aspectos negativos para un material que pudiera ser idóneo en la instrucción de esta causa”.
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El abogado deslizó la tesis de que su cliente quiere contar todo lo que sabe. Pero no en cualquier circunstancia. “El preso preventivo, a la hora de prestar declaración, puede que tenga algunas reticencias y, sobre todo, la prisión provisional no le da la confianza necesaria para despojarse de todas las ataduras y decir la verdad plena”. “Mi consejo –recalcó- es que diga toda la verdad y cuanto más pronto, mejor”.
¿Hay reticencias en Bárcenas?, preguntó la conductora del programa, la periodista Ana Rodríguez Martín. Y Liaño recogió el guante: “Cómo no van a existir si en estos momentos, desde que voy a visitar al señor Bárcenas tengo el temor, no caprichoso sino bastante fundado, de que la confidencialidad de las comunicaciones no se está respetando”.
Liaño lanzó un tercer ataque: su cliente renunció al acta de senador, cuya conservación le habría garantizado ser investigado solo por el Tribunal Supremo, “por presiones de algunos” que querían que perdiese el aforamiento. ¿Quiénes presionaron? “Algunos que acabamos de ver en las imágenes”, dijo en referencia un vídeo donde distintos altos dirigentes del PP cargaban contra Bárcenas “el delincuente”.
El abogado de Luis Bárcenas, Javier Gómez de Liaño, abrió ayer la caja de pandora sobre las garantías aplicadas en el caso al comunicar al juez sus sospechas de que sus conversaciones con su cliente “no son tan secretas como deberían”. En el escrito, sobre cuyo contenido informó él mismo durante una entrevista en Te Vas a Enterar, el magacín vespertino de Cuatro, Liaño explica qué sustenta sus temores: el viernes, cuando estaba a punto de entregar a Bárcenas en la prisión madrileña de Soto del Real un sobre cerrado “con documentación procesal”, los funcionarios le comunicaron que debían proceder previamente a su apertura.