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La libertad de Ayuso: un reto para Feijóo más que para Sánchez

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Moviendo enérgicamente los brazos desde el balcón, Javier Milei arengó a las masas que se concentraban en la Puerta del Sol al grito de “libertad”. Vacía de significado, esta palabra es la gran bandera política de Isabel Díaz Ayuso. Para ella, Madrid es la ciudad “en la que te dejan vivir en paz”. Pero también el lugar donde se puede ignorar con “libertad” a la dirección de tu partido y elevar la confrontación con el Gobierno central a la máxima potencia. 

Díaz Ayuso entregó el viernes la Medalla Internacional de la Comunidad de Madrid al mandatario, en plena crisis diplomática entre España y Argentina y después de que, en las últimas semanas, el presidente ultra hubiese insultado sistemáticamente a Pedro Sánchez. Detrás de esta decisión, hay una estrategia de comunicación política muy medida.  Más que pensada para perjudicar a Sánchez, parece dirigida a dejar fuera de foco a Alberto Núñez Feijóo, relegándolo, de nuevo, a un segundo plano.

La líder de la oposición 

La visita del presidente argentino ha culminado esta estrategia cultivada durante los últimos años por ella y por su jefe de Gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. El choque abierto entre Sánchez y Milei ha sido la excusa perfecta para convertirse de nuevo en la cara visible de la oposición a Sánchez y dibujarlo como un enemigo común, dentro y fuera de nuestras fronteras. Esta vez, además, Ayuso ha dado un paso más al entrevistarse con un presidente que, sin embargo, no se reúne ni con el jefe del Ejecutivo ni con el jefe del Estado.

Ayuso no es una presidenta de comunidad autónoma más. Su proyección mediática siempre ha sido mayor que la de sus homólogos en otras regiones. Su estilo polémico y punzante la han convertido en la líder más popular de su partido, por encima primero de Casado y ahora de Feijóo. Durante la pandemia, Madrid se convirtió en la región más permisiva con las normas del confinamiento, al contrario de lo que recomendaba el Gobierno central. Y en la campaña electoral de las autonómicas de 2023, confrontó directamente con Sánchez, ignorando a sus rivales en Madrid y evitando hablar de su gestión. 

La líder del Partido Popular 

Como representante del ala más dura del PP, al Gobierno y a Sánchez les viene bien confrontar con ella. Además, el “abrazo” con Milei radicaliza su postura política y la acerca aún más a los postulados de la extrema derecha. Sin embargo, el gran perjudicado de esta estrategia es el líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo. No fue invitado al acto ni se reunió con Milei, dejando patente que la decisión no provenía de la dirección del PP nacional.

Parece que en su equipo eran conscientes de los efectos que podía tener su ausencia y contraprogramaron un acto de Acción por la Música en su agenda, cerrado el día anterior. Ayuso controla los tiempos y lleva la iniciativa de un Partido Popular que es incapaz de enfrentarse a ella. Desde que estalló la crisis diplomática, la estrategia de Feijóo fue buscar la equidistancia con Milei y rechazar su extremismo, pero la sintonía política escenificada entre Ayuso y el presidente argentino le ha vuelto a dejar fuera de juego.

Sin embargo, desde el PP de Madrid han intentado que, al menos públicamente, no resulte tan claro que el desafío de Ayuso invitando a Milei a la Puerta del Sol iba dirigido a Feijóo, sino a Sánchez. 

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El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, dijo el viernes, en un intento de disimular un conflicto interno por lo sucedido, que “el presidente del Gobierno no se reúne con Milei porque rompió relaciones diplomáticas para tapar la corrupción de su casa, de su partido y su Gobierno. Y eso es lo verdaderamente grave, no que Ayuso se reúna con Milei”.

El viernes, la escenografía del acto fue muy peculiar, más propia de una cumbre bilateral entre iguales, como si ambos fueran mandatarios internacionales. “Presidente, que Argentina y España nunca rompan unos vínculos históricos que están por encima de todo”, le dijo en un momento de su discurso, enfundada en un vestido color celeste como guiño a la bandera Argentina. 

Ayuso, que ya había apoyado a Milei en la campaña de las elecciones argentinas, elogió su “firmeza” y su “coraje” y le acompañó al balcón para saludar a los seguidores que comparten. Ha visto en la figura política del populista argentino la oportunidad de volver a retar tanto a Sánchez como Feijóo y de erigirse definitivamente como la gran líder de la derecha española, situándose, a los ojos de todos, como una potencial aspirante a encabezar el PP en el futuro.

Moviendo enérgicamente los brazos desde el balcón, Javier Milei arengó a las masas que se concentraban en la Puerta del Sol al grito de “libertad”. Vacía de significado, esta palabra es la gran bandera política de Isabel Díaz Ayuso. Para ella, Madrid es la ciudad “en la que te dejan vivir en paz”. Pero también el lugar donde se puede ignorar con “libertad” a la dirección de tu partido y elevar la confrontación con el Gobierno central a la máxima potencia. 

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