El presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal, el cardenal Juan José Omella, ha vuelto a pedir "perdón a todas las personas", especialmente a las víctimas y sus familias, que han sufrido abusos sexuales y ha recordado que, "desde hace ya tiempo", están "endureciendo y revisando" todos sus protocolos de seguridad y formación. Durante su discurso inaugural en la CXXIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que se celebra del 20 al 24 de noviembre en la sede de la CEE, Omella ha afirmado que el informe, elaborado por el Defensor del Pueblo, sobre casos de abusos a menores en el seno de la Iglesia que les "ha llenado de tristeza", según informa Europa Press.
"De ninguna manera, pretendemos buscar excusas o justificaciones para eludir cualquier responsabilidad que pueda correspondernos como Institución. Con franqueza y sin rodeos, manifestamos que entendemos y valoramos completamente el daño causado. Como en otras ocasiones, queremos expresar sin ambages la vergüenza y la pesadumbre que causa en nosotros esta realidad que traiciona el mensaje del Evangelio", ha manifestado, para nuevamente pedir "perdón a todas las personas que han sufrido debido a estas execrables acciones".
En este sentido, ha añadido que "no hay palabras suficientes" para expresar cuánto lamentan "su dolor, así como la traición cometida por parte de algunos miembros" de sus comunidades. No obstante, ha destacado que, "permanentemente, y desde hace ya tiempo", están "endureciendo y revisando todos" sus protocolos de seguridad y formación, así como "colaborando estrechamente con las autoridades civiles para garantizar que los responsables de esta clase de actos sean llevados ante la justicia". "Instamos a cualquier persona que haya sufrido abusos a que se acerque a los organismos correspondientes en cada diócesis", ha subrayado.
"Nos mostramos plenamente dispuestos a escuchar, apoyar, reparar y ofrecer la ayuda que necesiten para sanar las heridas. Observamos con mucha esperanza el camino que está haciendo la Iglesia para evitar que puedan producirse nuevos abusos sexuales en el futuro. Y, en el caso de que alguno se pudiera producir, sepamos reaccionar con rapidez y eficacia", ha dicho.
Al mismo tiempo, Omella ha manifestado "el dolor y el malestar" que han sufrido ante la "difamación publica causada por una intencionada y errónea extrapolación" de los datos de la encuesta llevada a cabo por GAD3 y publicada en el Informe del Defensor del Pueblo. "¿Qué finalidad hay detrás de este disparate? Es especialmente preocupante para nosotros que esto haya generado una imagen perjudicial de nuestra misión en general. Es injusto que se les atribuya el mal causado por una minoría. Dicha situación es inaceptable y exige una revisión exhaustiva e imparcial de los datos, para corregir cualquier sesgo que pueda haber sido extrapolado de manera maliciosa", considera.
Además, el presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal han asegurado que han revisado la información sobre la referida encuesta que aporta el Defensor del Pueblo en su informe y les "resulta imposible confiar en la veracidad y fiabilidad de tales resultados".
Omella ha destacado en su intervención que, para la elaboración del citado informe del Defensor del Pueblo, "la Iglesia ha colaborado aportando toda la información de la que disponía". "En la reunión extraordinaria de la Asamblea Plenaria del pasado 30 de octubre, los obispos valoramos de manera especial el doloroso testimonio recogido de las víctimas. También consideramos valiosas las recomendaciones propuestas", ha recordado.
Según ha indicado el presidente de la CEE, el "drama" de los abusos "afecta a uno de cada cinco niños en Europa" y "la mayoría de los abusadores son familiares o personas cercanas a la víctima", lo que provoca que "apenas se produzcan denuncias ante el miedo a que un pariente pueda acabar en la cárcel". "Nuestra lucha contra toda clase de abusos debe continuar sin cesar, pero al mismo tiempo afirmamos que permanecen intactas nuestra estima y confianza a los sacerdotes y religiosos de nuestra Iglesia", ha asegurado.
Crecen los problemas de disciplina
Respecto a la educación y formación, Omella ha explicado que "ya no es un lujo de unos pocos", pero observan "con tristeza que en el ámbito educativo hay todavía muchas sombras". "Crecen los problemas de disciplina ya en edades tempranas. Muchos educadores han perdido autoridad en el aula. El abandono escolar pone de relieve que una parte de la juventud se está quedando al margen. Pierde el ánimo por el futuro. Renuncia a la cultura del esfuerzo y sucumbe a un hedonismo que les va esclavizando", ha manifestado.
"Hoy nuestros niños, adolescentes y jóvenes viven en una sociedad hipersexualizada, enganchada a las redes y con brotes de violencia, bullying y abusos sexuales que responden a una apatía, desánimo y falta de sentido", ha expresado, al tiempo que ha añadido que pese a las "facilidades" para el estudio y el acceso a las nuevas tecnologías, "se detecta a menudo un descenso en el nivel de conocimientos de los alumnos". "¿Son las pantallas la panacea de la educación o, más bien, la están perjudicando?", ha planteado.
En su opinión, "algo falla" en el sistema educativo cuando el número de universitarios en paro (8,6%), es el doble de la media de la Unión Europea y hay "récord de licenciados y graduados empleados en puestos de baja cualificación (36%), y todo ello coronado por las tasas de paro juvenil más elevadas de la OCDE".
Modelo educativo en materia afectivo-sexual
En este escenario, el presidente de la Conferencia Episcopal considera que existe "un inmenso reto" con la educación afectiva y sexual de los niños adolescentes y jóvenes. "Ante el incremento de los embarazos no deseados, del número de conductas sexuales inapropiadas y agresiones entre menores en colegios e instituto, así como la adicción y el acceso a la pornografía cada vez a una edad más infantil, parece evidente que nuestro país no ha acertado en el modelo educativo en materia afectivo-sexual", ha señalado.
La Iglesia, según ha detallado, apuesta por una educación afectivo-sexual "que enseñe que la sexualidad es bella y no violenta, pero que necesita cumplir unas condiciones para que edifique a la persona y no la destruya". "Es necesario enseñar a vivir todo con responsabilidad, también la sexualidad", ha resaltado. "Es necesario educar a los jóvenes a actuar por amor y teniendo en cuenta si pueden o no asumir la responsabilidad de sus actos, esto es de si pueden o no acoger dignamente a un bebé", ha apuntado.
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Por otro lado, Omella ha expresado la "preocupación" de los obispos ante "el incremento de personas que llegan a las costas canarias procedentes de Senegal y otros países africanos" y ha criticado "las respuestas cortoplacistas de las administraciones públicas española y europea"; y se ofrece a colaborar con las autoridades políticas "en la resolución del drama de la inmigración irregular".
Según ha indicado el cardenal, la ruta atlántica y mediterránea por la que llegan muchos migrantes en situación irregular, es "una ruta trágica que acaba tantas veces en la muerte" y advierte de que "resulta un destino deplorable" cuando el país no es capaz de "ofrecer posibilidades humanamente aceptables de acogida y posterior integración".
Finalmente, respecto al derecho a migrar, el presidente de la CEE apunta que este pasa por "hacerlo de forma segura, salvaguardando la dignidad de las personas en movilidad, frenando la acción de las mafias". "Actualmente, este derecho no está garantizado y, en consecuencia, son muchas las vidas que se pierden y el sufrimiento que se genera a migrantes y refugiados", ha subrayado.
El presidente y el secretario general de la Conferencia Episcopal, el cardenal Juan José Omella, ha vuelto a pedir "perdón a todas las personas", especialmente a las víctimas y sus familias, que han sufrido abusos sexuales y ha recordado que, "desde hace ya tiempo", están "endureciendo y revisando" todos sus protocolos de seguridad y formación. Durante su discurso inaugural en la CXXIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE), que se celebra del 20 al 24 de noviembre en la sede de la CEE, Omella ha afirmado que el informe, elaborado por el Defensor del Pueblo, sobre casos de abusos a menores en el seno de la Iglesia que les "ha llenado de tristeza", según informa Europa Press.