En una olimpiada, la competencia es feroz, pero solo tres suben al podio. La tercera plaza ofrece una medalla y una gran visibilidad, mientras que el que llega cuarto se queda fuera, en un segundo plano. A veces, la distancia entre ambos es mínima, pero la foto queda para la Historia. Esa batalla por la tercera posición, precisamente, puede ser decisiva en los próximos comicios generales para decantar la balanza entre un Gobierno progresista y uno conservador.
Actualmente es Vox quien ostenta ese bronce, pero a tenor de las encuestas, Sumar (el proyecto de la vicepresidenta Yolanda Díaz) promete plantar cara. Ante este escenario, la formación que logre asentarse circunscripciones pequeñas, aquellas que reparten cinco o menos escaños y que representan más de la mitad del país, podría decidir el futuro del país impulsada por el funcionamiento del sistema electoral.
Estas 28 provincias reparten un total de 102 de los 350 diputados del Congreso. Pero eso no quiere decir que aquellos que viven en Soria, Teruel, Ávila o Cuenca tengan menos peso a la hora de elegir a sus representantes, todo lo contrario. El sistema electoral español (que se rige por la fórmula D’Hondt) prima a las circunscripciones menos pobladas en detrimento de las que más lo están, ya que el número de electores con los que se conforma un escaño es hasta cuatro veces menor en Teruel –cada uno de los tres que reparte es votado por 34.994 ciudadanos– que en Madrid, donde se elige un parlamentario por cada 129.117 electores.
"Son provincias tradicionalmente partidistas, donde las terceras fuerzas siempre lo han tenido más difícil", resume José Pablo Ferrándiz, director de Opinión Pública y Estudios Políticos de Ipsos. "La situación cambió con la llegada del multipartidismo, aunque tanto Podemos como Ciudadanos encontraron en el año 2015 una barrera para que sus votos se tradujeran en escaños", analiza. Ferrándiz cree que en estas provincias podría decidirse el color del futuro gobierno de España en los próximos comicios generales, previstos para finales de 2023.
"Ahora mismo hay un empate técnico entre los bloques de la izquierda y de la derecha. No importa tanto el resultado del PP o del PSOE a nivel individual o quién quede por encima si les separan pocos votos, sino la suma de bloques, es decir, PP con Vox y PSOE con Sumar (donde, en principio, se integrará Unidas Podemos)", explica el politólogo. "Según los datos que manejamos, parece que el PP se está comiendo parte del voto de Vox y, aunque a priori puede ser positivo para ellos, no lo es tanto. La competencia por ese tercer escaño y por lograr el último diputado, es muy importante", analiza.
La politóloga y doctora por la Universidad de Zaragoza, Cristina Monge, coincide con Ferrándiz y asegura que la pelea por el tercer puesto va a ser "clave quién quede por encima de quién. "Esa fuerza, ya sea Sumar (Podemos) o Vox, es la que va a decantar si gobierna la derecha o la izquierda" en un escenario tan fragmentado como el que se prevé. "Son escaños que se juegan por un par de centenares de votos", ahonda.
También lo ve así Aida Vizcaíno, consultora en asuntos públicos y profesora de Ciencia Política asociada en la Universitat de València: "Ganar esa tercera plaza es muy importante", asegura, al tiempo que incide en la tendencia a la "concentración del voto en el principal partido de cada bloque": "Esto ha estado presente en la política española desde los tiempos de la segunda república", recuerda.
¿Hundimiento de Vox?
El próximo curso político amenaza con nubarrones para Vox, si el PP logra jugar la carta del voto útil. En las elecciones andaluzas, donde presentó como candidata a una de sus estrellas, Macarena Olona, decepcionó a propios y ajenos por su perdida de influencia. Tras el resultado, irrelevante para la gobernabilidad andaluza, el partido ha dado síntomas de confusión con súbitos cambios de rumbo. Y algo raro en Vox: se habla de problemas internos. Olona dimitió ante el silencio de buena parte de su grupo, donde hay una pugna soterrada.
"En esos comicios un tercio del votante de Vox fue al PP", señala Ferrándiz. "Pero si esas fugas siguen, el PP podría tener problemas. Feijóo sabe que necesita a Abascal, al igual que Pedro Sánchez a Yolanda Díaz", prosigue. El experto incide en el hecho de que estas formaciones compiten por el mismo espacio y, al tiempo, son aliadas. "Al PP y al PSOE no les interesa que sus potenciales aliados se hundan", zanja.
Sin embargo, la solidez de los anclajes de Vox hace ahora mismo poco verosímil una entrada en barrena como ha sucedido, por ejemplo, con Ciudadanos, dado que la conexión del partido con su electorado se basa en emociones fuertes como el nacionalismo y la antipolítica.
La alta barrera electoral en las provincias pequeñas
En las circunscripciones más grandes –las que reparten más de diez diputados–, el sistema es prácticamente proporcional: el porcentaje de votos obtenido se traduce con bastante fidelidad al número de escaños adjudicados, siempre que se supere el 3% de los votos. Pero eso no ocurre en las circunscripciones medianas y, especialmente, en las pequeñas, donde la combinación del sistema de reparto D'Hondt con la escasez de actas a repartir provoca que el sistema electoral tenga efectos mayoritarios y prime la concentración del voto en las fuerzas políticas más grandes.
No existe una cifra mágica a partir de la cual los partidos puedan sortear estos efectos perniciosos del sistema electoral que les impiden obtener representación en las provincias pequeñas y se lo dificulta en las medianas. Pero los expertos consultados coinciden en cifrar en torno al 14% o el 15%, como mínimo, el porcentaje de voto que es necesario para entrar en el reparto de escaños en la mayor parte de las circunscripciones de menos de diez diputados.
A veces, incluso obteniendo cerca del 20% de los votos un partido no logra representación. Todo depende de cómo se haya concentrado el voto en sus competidores. Ferrándiz recuerda que ha habido casos en que formaciones con un 30% de los votos no han obtenido escaño. "Las provincias grandes representan mejor la realidad política, a diferencia de lo que sucede con las pequeñas, cuyo resultado final se asemeja al que se da en países de corte más anglosajón", apunta Vicaízno.
Las irrupción de la España Vaciada
La España Vaciada quiere emular el éxito que ya obtuvo con Teruel Existe en 2019. Sus miradas se a los territorios de Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora (en Castilla y León), Huesca, Teruel y Zaragoza (en Aragón), Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara (en Castilla-La Mancha), Badajoz y Cáceres (en Extremadura) y Córdoba y Jaén (en Andalucía).
Monge cree que estas formaciones también pueden decantar la balanza ante un posible empate entre bloques. "Si todo va como indican las encuestas y seguimos con un Congreso fragmentado, unos pocos escaños decantarán el gobierno hacia un lado u otro. Las candidaturas de la España Vaciada, por ejemplo, pueden ser esos tres o cuatro escaños decisivos para la izquierda o para la derecha”, apunta la politóloga.
Ver másLa izquierda podría llegar a las municipales con más candidaturas que en 2019
Por su parte, Ferrándiz señala que "está por ver" a quién le perjudicaría a nivel electoral un buen resultado de la España Vaciada, si al PP o al PSOE. "Todavía no sabemos a ciencia cierta a quién le resta más votos, si a la derecha o a la izquierda. Yo creo que eso depende del territorio y las circunstancias de cada provincia", reflexiona.
La importancia de las elecciones municipales y autonómicas
Por lo general, los partidos que se han impuesto en las municipales han gobernado España después. Una norma que cuenta con alguna excepción, como sucedió en 2007, cuando el PP se impuso por la mínima al PSOE por algo más de 150.000 votos, y un año después fue José Luis Rodríguez Zapatero el vencedor de los comicios generales. Los tres expertos aseguran que esos comicios también serán decisivos para el futuro de la izquierda y de la derecha.
"Esa será la próxima gran cita, donde se reparte todo el poder. Ahí se confirmará si el mantra del cambio de ciclo es real o si realmente los ciudadanos están valorando la gestión de sus gobiernos", apunta Vizcaíno. " El resultado de las municipales y autonómicas puede influir mucho. Si hay un gran giro hacia la derecha, la izquierda también deberá plantearse su estrategia y viceversa", señala Monge. "Esas elecciones suelen arrastrar cierto tipo de comportamiento electoral, va a ser muy importante el resultado en las autonomías, pero también en pequeñas y grandes urbes", zanja Ferrándiz.
En una olimpiada, la competencia es feroz, pero solo tres suben al podio. La tercera plaza ofrece una medalla y una gran visibilidad, mientras que el que llega cuarto se queda fuera, en un segundo plano. A veces, la distancia entre ambos es mínima, pero la foto queda para la Historia. Esa batalla por la tercera posición, precisamente, puede ser decisiva en los próximos comicios generales para decantar la balanza entre un Gobierno progresista y uno conservador.