Una de las cuestiones complicadas en una noche electoral con tantas urnas es saber quién gana y quién pierde. ¿El resultado de las europeas es relevante para ese veredicto? ¿Alguien se fija en la cifra global de votos y concejales electos en las municipales? ¿Algún cambio (o no) de gobierno autonómico es munición suficiente para armar un discurso victorioso?
De las 17 comunidades autónomas, 12 renovarán este domingo sus asambleas legislativas. Las únicas donde no hay elecciones son Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana, Euskadi y Galicia. La batalla de Madrid es quizá la más trascendente. No sólo por la sobrerrepresentación mediática de casi todo lo que ocurre en Madrid, sino porque en esta ocasión concurren tres elementos objetivamente relevantes: el PP podría perder el Gobierno autonómico después de 24 años y ello supondría otro enorme revés para Pablo Casado, los modelos políticos de Pablo Iglesías e Iñigo Errejón se enfrentan por primera vez en las urnas (bien es cierto que uno de ellos es candidato y el otro no) y todo apunta a que la extrema derecha de Vox entrará en la Asamblea regional.
infoLibre analiza a continuación algunos datos clave de los 12 comicios autonómicos.
1. ¿Cuántos escaños hay en juego?
El Estatuto de cada comunidad autónoma determina la composición de su Asamblea legislativa.
El mayor número de escaños se eligen en Madrid, 132, tres más que en las autonómicas de hace cuatro años debido al aumento de población. Las Cortes de Castilla y León tendrán 81 diputados, tres menos que en 2015, en este caso por la despoblación que sufre la región. El Parlamento de Canarias contará con 70 asientos, diez más que en la anterior legislatura, en este caso como consecuencia de una amplia reforma electoral que modificó entre otras cosas el número de escaños.
A continuación, por tamaño, se sitúan las asambleas de Aragón (67 diputados), Extremadura (65), Illes Balears (59), Navarra (50), Asturias (45), Murcia (45), Cantabria (35), Castilla-La Mancha (33) y La Rioja (33).
En total, habrá en juego 715 escaños, diez más que en los anteriores comicios autonómicos.
Hay que destacar que tres de estos Palamentos (Madrid, Canarias y Navarra) tendrán un número par de diputados, por lo que en teoría podría producirse un empate que bloquease la elección de presidente. Por supuesto, al mismo resultado puede llegarse en las demás Asambleas si se producen abstenciones. Todas las comunidades prevén la repetición de elecciones si ningún candidato logra al menos una mayoría simple en la segunda votación de investidura, salvo Castilla-La Mancha, cuyo Estatuto prevé que sea nombrado presidente "el candidato del partido que tenga mayor número de escaños"; no obstante, no aclara qué ocurrirá si se produce un empate a escaños.
2. ¿Qué fuerza tienen los partidos en cada comunidad?
PP, PSOE y Podemos lograron hace cuatro años representación en las 12 Asambleas de las legislatura que ahora termina. El PP sumaba 250 escaños, el PSOE contaba con 204 y Podemos tenía 105. El partido liderado por Iglesias estaba entonces en su momento electoral más dulce, cuando sólo tenía año y medio de vida.
El Partido Popular era la fuerza con más escaños en 8 de los 12 Parlamentos: todos menos Asturias y Extremadura, donde se impuso el PSOE; Navarra, donde ganó UPN, y Canarias, donde Coalición Canaria logró ser el principal grupo.
Los socialistas se mantuvieron por delante de Podemos en todas las comunidades autónomas, salvo en Navarra, donde se produjo sorpasso en votos, aunque no en escaños. Ambas formaciones lograron siete diputados, aunque los morados consiguieron 1.043 votos más (46.207 frente a 45.164).
En cuarto lugar se situó Ciudadanos, que consiguió representación en 9 de las 12 Asambleas: todas menos Canarias, Castilla-La Mancha y Navarra. Sin embargo, quedó muy lejos de Podemos, ya que en total sólo consiguió 43 escaños autonómicos; y, de ellos, 17 estaban en Madrid. En todas las comunidades, Podemos consiguió más votos que Ciudadanos. Y en todas, menos en La Rioja, también disfrutó de más escaños (en la Cámara riojana ambas fuerzas obtuvieron cuatro actas).
Izquierda Unida, que en aquellos comicios se presentó en todos los territorios por separado de Podemos, sólo consiguió entrar en cuatro Asambleas y sumar nueve escaños: cinco en Asturias, dos en Navarra, uno en Aragón y uno en Castilla y León.
De los 705 escaños que se eligieron en esos comicios, 611 fueron para las cinco fuerzas estatales, mientras que partidos nacionalistas o regionalistas obtuvieron 94. En concreto, fueron los siguientes:
— En Aragón, el Partido Aragonés (PAR) consiguió 6 diputados y la Chunta Aragonesista obtuvo 2.
— En Asturias, el Foro logró 3 actas.
— En Canarias, Coalición Canaria sumó 18 escaños, Nueva Canarias obtuvo 5 y la Agrupación Socialista Gomera logró 3.
— En Cantabria, el Partido Regionalista de Cantabria consiguió 12 actas.
— En Castilla y León, la Unión del Pueblo Leonés (UPL) obtuvo 1 diputado.
— En Illes Balears, Més logró 9 diputados y el PI-Proposta per les Illes consiguió 3.
— En Navarra, la Unión del Pueblo Navarro (UPN) sumó 15 escaños, Geroa Bai 9 y EH Bildu 8.
En Castilla-La Mancha, Extremadura, La Rioja, Madrid y Murcia sólo obtuvieron representación fuerzas de ámbito estatal.
En 2015, el bipartidismo estaba en retroceso y ello se notó lógicamente en las Asambleas. Ningún partido logró superar la barrera del 40% de los votos, con la única excepción del PSOE en Extremadura, donde alcanzó el 41,5%.
La fuerza de cada partido también oscilaba mucho según el territorio. El PP superó el 38% de los votos en La Rioja y el 37% en las dos Castillas, Murcia y Extremadura, mientras que se quedó por debajo del 4% en Navarra y no alcanzó el 20% en Canarias.
En el caso de los socialistas, además de en Extremadura, sólo consiguió superar el 30% de papeletas en Castilla-La Mancha (36,1%). Y se quedó por debajo del 20% de apoyos en Illes Balears (19,7%), Canarias (19,5%), Cantabria (14,1%) y Navarra (13,3%).
Podemos consiguió su mejor resultado en Aragón, con un 20,5%, y se acercó a esa cifra en Asturias (19,4%) y Madrid (18,6%). Los peores registros los obtuvo en Castilla-La Mancha (9,7%), Cantabria (8,9%) y Extremadura (8,0%).
Ciudadanos superó la barrera del 10% en cuatro comunidades: Murcia (12,5%), Madrid (12,1%), La Rioja (10,5%) y Castilla y León (10,2%). En cambio, en Navarra se quedó por debajo del 3% y en Extremadura no llegó al 5%.
Izquierda Unida obtuvo su mejor resultado con diferencia en Asturias, donde alcanzó el 12,1% de votos. En ninguna otra comunidad llegó al 5% de apoyo.
3. ¿Quién controla los Gobiernos?
En ninguno de los doce Parlamentos se produjo una mayoría absoluta, así que fueron necesarios los pactos para la formación de Gobierno.
A pesar de que el PP fue el partido con más escaños en ocho Asambleas, sólo logró controlar el Gobierno en cuatro: Castilla y León, Madrid, Murcia y La Rioja. En todos los casos gracias al apoyo (Madrid, Murcia) o la abstención (Castilla y León, La Rioja) de Ciudadanos. El partido de Albert Rivera no quiso entrar en ningún Gobierno, pero sí firmó con el PP pactos de legislatura en Madrid y Murcia.
Juan Vicente Herrera fue presidente castellano-leonés durante toda la legislatura, al igual que el riojano José Ignacio Ceniceros. En Madrid y Murcia, en cambio, estos cuatro fueron mucho más movidos: Cristina Cifuentes dimitió tras el escándalo de su máster y Pedro Antonio Sánchez también se vio forzado a dejar el cargo tras verse implicado en varios escándalos de corrupción.
Los socialistas se hicieron con cinco Gobiernos autonómicos. En Asturias y Extremadura lo hicieron como fuerza más votada, mientras que en Aragón, Castilla-La Mancha e Illes Balears fueron segundos tras el PP pero sumaron mayorías de izquierda suficientes para ganar la investidura.
Esos pactos fueron diversos en cada territorio. Javier Fernández logró la Presidencia asturiana gracias al apoyo de los 5 diputados de Izquierda Unida, mientras que Podemos se abstuvo. Guillermo Ferández Vara se hizo con el poder gracias al voto favorable de Podemos, al igual que Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha. Javier Lambán, además del respaldo de Podemos, necesitó los votos de la Chunta Aragonesista y de Izquierda Unida. Y Francina Armengol recibió en Illes Balears el respaldo de Mes y de Podemos.
En resumen, salvo en Asturias, Podemos respaldo a los candidatos socialistas en las otras cuatro comunidades. Pero sólo entró en el Gobierno en Castilla-La Mancha, en agosto de 2017, mediada la legislatura.
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En las otras tres comunidades gobiernan fuerzas nacionalistas o regionalistas. En Canarias, Fernando Clavijo se convirtió en presidente gracias a los votos de su partido (Coalición Canaria) y del PSOE, que firmaron un pacto de gobierno que duró año y medio, hasta diciembre de 2016. Desde entonces gobierna en minoría.
En Cantabria, Miguel Ángel Revilla se convirtió en presidente con el apoyo del PSOE y la abstención de Podemos. Los socialistas entraron en el Gobierno liderado por el Partido Regionalista de Cantabria.
En Navarra, Uxue Barkos (Geroa Bai) accedió a la Presidencia gracias al apoyo de EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezquerra (donde estaba integrada IU).
Una de las cuestiones complicadas en una noche electoral con tantas urnas es saber quién gana y quién pierde. ¿El resultado de las europeas es relevante para ese veredicto? ¿Alguien se fija en la cifra global de votos y concejales electos en las municipales? ¿Algún cambio (o no) de gobierno autonómico es munición suficiente para armar un discurso victorioso?