26M | 'Superdomingo' electoral
Marea Granate denuncia la "misión imposible" que supone rogar el voto para el 26M
"Entre opacidad y desinformación". Son las palabras escogidas por Marea Granate para describir la odisea que una vez más supuso para los electores en el extranjero votar durante los comicios generales del 28 de abril. Así lo advierten ahora, a menos de tres semanas para las elecciones autonómicas, municipales y europeas que se celebrarán el 26 de mayo. No quieren que votar desde el extranjero sea de nuevo "una misión imposible". "El sistema sigue fallando, por lo que la participación electoral exterior queda diezmada", denuncian.
El pasado 27 de abril terminó el plazo para solicitar el voto por correo desde el exterior, una operación conocida bajo el sintomático término de rogar el voto. Desde el lunes y hasta el próximo 14 de mayo, está abierto el plazo para el envío de papeletas. A partir de entonces los electores podrán votar, hasta el 21 de mayo para el caso de los electores CERA –Censo Electoral de los Residentes Ausentes– y hasta el 22 para los ERTA –Electores españoles residentes en España que se encuentren temporalmente en el extranjero–. En el caso de los primeros, tendrán además la posibilidad de depositar su papeleta en la urna que habilite cada consulado entre el 22 y el 24 de mayo.
Los residentes en el extranjero únicamente podrán participar en las elecciones autonómicas, mientras que aquellos electores que se encuentran temporalmente fuera de las fronteras estatales tendrán la opción de votar en ambas.
Hace ahora cuatro años, los electores decidían los representantes al frente de sus ayuntamientos y gobiernos autonómicos. Lo hacían el 24 de mayo de 2015. Aquel domingo, los residentes en el extranjero se preparaban para votar. Los votos CERA presentados, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) fueron 50.256. De todos ellos, 46.543 fueron aceptados y 3.713 denegados. Pero no todos lograron superar los filtros impuestos en el camino hacia las urnas. Los votos entregados a las Juntas Electorales Provinciales fueron 27.336, es decir, el 58,73% de los solicitados y tan sólo el 2,97% de los electores. Respecto a los votos ERTA, que sí participaron en ambos comicios, el INE únicamente dispone de las solicitudes aceptadas, pero no de aquellas papeletas que completaron el proceso. Fueron, en el caso de los residentes temporalmente en el extranjero, un total de 7.058.
Las cifras no han dejado de empeorar cita tras cita. En las autonómicas y municipales de 2011, año de entrada en vigor del sufragio rogado, el electorado CERA emitió 69.234 solicitudes de voto, de las que fueron aceptadas 58.097. Finalmente, sólo 26.030 electores ejercieron su derecho a voto, el 3,69% del total. En cuanto al voto ERTA, sólo fueron aceptadas 2.560 papeletas.
Evitar la debacle de las elecciones generales
El grupo de electores que se concentra en torno a Marea Granate cree que ya es hora de terminar con un sistema que "arrebata" el derecho a voto de una abrumadora mayoría. En las elecciones del pasado 28 de abril, sólo un 6,16% de los residentes en el extranjero pudo ejercerlo. De los 2,1 millones de residentes ausentes (votantes CERA) que hay inscritos, sólo lograron rogar el voto 182.545 personas. Y de ellas votaron un total de 129.271, según el Ministerio de Asuntos Exteriores.
"Hay al menos 53.274 residentes CERA que rogaron el voto y no consiguieron superar el resto de trabas burocráticas necesarias para que su voto fuera efectivo", denuncia Marea Granate a través de un comunicado emitido este martes. Por su parte, tan sólo 18.124 de los residentes temporales (votantes ERTA) lograron tan siquiera rogar el voto. "No podemos saber ni cuántos residentes temporales hay registrados, ni cuántos de esos votos llegaron a tiempo y fueron contabilizados", explica Marea Granate.
María Almena, portavoz de la plataforma, comenta en conversación con infoLibre que las quejas "son recurrentes". Viejas conocidas desde que en el año 2011 se dio el pistoletazo de salida al sistema de voto rogado. "Tenemos como siempre cartas fuera de tiempo, papeletas incompletas, falta de información y distintas irregularidades en cada caso", lamenta.
Uno de los principales escollos que detectan los electores residentes en el extranjero tiene que ver con la dificultad de cumplir los plazos marcados. El ejemplo más reciente da buena cuenta de ello. Aunque las elecciones generales se convocaron en febrero de 2019, el censo electoral se cerró el 30 de diciembre del año anterior, lo que significa que toda persona que cambiara su residencia a partir de esa fecha "ya estaba, automáticamente, fuera del censo exterior". El remedio, no obstante, no puso solución al problema. Aunque se habilitó una semana de subsanación, Marea Granate denuncia el "caos informativo y las largas filas de espera en los consulados". "Un caso extremo fue el del Consulado español en Londres, donde sólo se atendía para inscripción consular con cita previa, pero se daba cita previa para abril, es decir, fuera del plazo habilitado para subsanar errores", relata la plataforma.
La incompatibilidad de horarios consulares y laborales es otra de las grandes trabas que sufren los electores en el extranjero. "Además del tiempo y los gastos que suponen estos viajes, en algunos casos ni siquiera es dentro del mismo territorio ni del mismo país", señala Marea Granate. En cuanto a los electores que pueden rogar su voto por correo postal, por fax o vía telemática (CERA), las dificultades no son tampoco escasas: la necesidad de un certificado electrónico, los errores en las páginas web, el colapso de los faxes… Marea Granate denuncia un sistema "ineficaz" que se cimenta sobre "plazos limitados, medios obsoletos y falta de información constante".
Una vez rogado el voto, denuncia la plataforma, "hay que esperar a que lleguen las papeletas a nuestros hogares en el extranjero y, de nuevo, el sistema falló y nos quedamos con las ganas de votar". A los errores que brotan por el camino se une la "incapacidad de la Junta Electoral Central para paliar las dificultades".
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Los electores residentes en el extranjero reiteran su petición de derogar el sistema de voto rogado. "Este año aún nos quedan otras elecciones, autonómicas y municipales, sin que nada haya cambiado, por lo que nuestro derecho a votar sigue estando vulnerado y limitado", censuran. Fuentes del Ministerio del Interior aclaran a infoLibre que "no hay posibilidad de hacer cambios en el sistema de voto rogado para el 26M". El margen de actuación es mínimo, por tratarse de un sistema "muy pautado" cuya única posibilidad de alteración sería mediante una "reforma" de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG).
María Almena reconoce que las instituciones están "relativamente atadas por la Ley Electoral", pero recuerda que muchas de sus peticiones son cuestión de "voluntad política", especialmente por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores. Marea Granate se conformaría con algunos cambios paulatinos hasta el fin definitivo del voto rogado. Apela, por ejemplo, a una mayor agilización de los trámites de inscripción consular y subsanación de errores, de manera que se puedan realizar en los consulados honorarios o a distancia. Para la recepción y el envío de papeletas demanda una ampliación de plazos, además de una circunscripción electoral única que represente a los más de dos millones de votantes en el exterior.
Pide igualmente un recuento "público y transparente" de los votos. Todo ello, agrega Almena, acompañado de una mayor "dotación de medios" que impida la "contratación de personal en condiciones precarias". Aunque el objetivo final apunta a la derogación del voto rogado, la portavoz de la plataforma rechaza la dinámica de "echar balones fuera" y subraya que algunos de estos pequeños cambios "mejorarían muchísimo el sistema".