Un Primero de Mayo atípico rendirá homenaje a trabajadores "invisibles" convertidos en "esenciales" contra el covid-19

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No habrá miles de personas en las calles. Este año, el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, será diferente, atípico y único en la historia. Estará marcado por el mismo hecho que marca la vida de los ciudadanos de casi todo el planeta desde hace semanas: la pandemia del coronavirus. El confinamiento y la restricción de movimientos impedirán las manifestaciones, pero solo las que se celebran en espacios públicos. Los sindicatos ya han mostrado su voluntad de que las reivindicaciones sigan tan presentes como siempre. O incluso más. La crisis sanitaria del covid-19 ha puesto de manifiesto que todos esos sectores que hasta ahora eran invisibles son fundamentales y esenciales para el funcionamiento de la vida. Por eso este Primero de Mayo, además de luchar por la dignidad de los trabajadores en sentido amplio, se les homenajeará a todos ellos. Y ellas. Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general de UGT, habla de "las empleadas de hogar, de las limpiadoras, de las cajeras, de las enfermeras...". Y lo hace en femenino, puesto que la mayoría de estos sectores, añade Fernando Lezcano, secretario de Organización de CCOO, están profundamente feminizados. 

"Lo que llevamos haciendo 130 años, que es salir a la calle, no va a poder ser", lamenta Antoñanzas. Pero eso no es motivo para no reivindicar. En las últimas seis semanas hemos visto cómo la vida de todos los ciudadanos tenía que adaptarse a las nuevas circunstancias. Y cómo las relaciones sociales más allá del domicilio se desarrollaban a través de un espacio que ahora se ha hecho imprescindible: el de internet. Por eso los sindicatos CCOO y UGT aprovecharán las nuevas tecnologías para convertirlas en el nuevo escenario de reivindicación. "Hemos decidido sacarles el mayor partido posible para, en lugar de salir a las calles, poder llegar a cada uno de los hogares y poder ver una movilización virtual", dice. "No habrá actos públicos y tampoco llamamos a salir a la calle", añade Lezcano. La reivindicación este año será, por tanto, como está siendo todo lo demás: telemática. "Va a ser, sin duda, una jornada de reivindicación muy extraña", dice Miguel García, secretario general de CNT, otro de los sindicatos que pondrá en marcha sus acciones a través de las redes sociales. 

No todo será tan diferente. Las reivindicaciones, en esencia, son las mismas. "Seguiremos reivindicando lo que venimos años pidiendo: queremos un nuevo modelo, otro contrato social donde las personas sean lo primero", dice Antoñanzas. "Hay dos ideas fundamentales: poner en valor el trabajo y reconsiderar el modelo económico y social para poner en el centro los derechos y el bienestar de las personas antes que los intereses económicos de unos pocos", coincide Lezcano. 

Pero a esto se añade algo. Este Primero de Mayo, más que a ningún otro sector, se intentará poner en valor a aquellos que esta crisis ha evidenciado como esenciales. "Pienso en el campo, en la recogida de basuras, en la limpieza… En sectores que tienen salarios y condiciones precarios pero que ahora se han demostrado como esenciales", dice Lezcano. "Tenemos que poner en valor todos esos servicios que en muchos casos tienen rostro de mujer y que son los que peor valorados están en nuestro país y los que peores salarios soportan. Hablamos, sobre todo, de lo relativo a los cuidados, de puestos que no se valoraban socialmente ni económicamente y que son los que nos están sacando adelante", continúa Antoñanzas. 

García también coincide en la necesidad de reivindicar "a quienes nos sacan las castañas del fuego". Por eso reclama que la salida de esta crisis no recaiga sobre ellos. Ni sobre la clase trabajadora, en sentido amplio. "Esta crisis nos está haciendo ver una vez más quiénes son los más perjudicados cuando las cosas salen mal: los trabajadores, en especial los más vulnerables", dice. "No concebimos salir de esta crisis con una gestión como la que se hizo con la crisis del 2008", añade Lezcano, en la misma línea. De entonces, critica Antoñanzas, "salimos con la reforma laboral y con recortes brutales a la protección social y a los servicios públicos". Y estos últimos se han mostrado, también, como fundamentales en la lucha contra la pandemia. Por eso no hay que dejar, dice García, que los sanitarios que hace años luchaban por su profesión desde las mareas blancas ahora tengan que enfrentarse al coronavirus sin el material de protección suficiente ni adecuado. 

Actos telemáticos, manifestaciones virtuales y un concierto desde casa

Las circunstancias impiden que la jornada reivindicativa del Primero de Mayo se desarrolle como siempre lo ha hecho. Así que ha habido que reinventarse. Tanto UGT como CCOO y como CNT asumen que la única solución será celebrar el Día Internacional de los Trabajadores a través de internet y las redes sociales. García, en este sentido, explica que su organización realizará un mitin virtual con su secretaria de Organización, Cristina Ruiz, a las 12.00 horas de la mañana. Además, las distintas delegaciones de cada ciudad harán los suyos propios. "Y también se ha propuesto que los afiliados se graben con alguna de las consignas que estamos preparando. Así, pretendemos inundar las redes de nuestros mensajes", explica. 

CCOO y UGT, por su parte, han planteado un programa conjunto. Tal y como explica Lezcano, la primera acción consistirá en un homenaje que tendrá lugar a las 12.00 horas y en el que intenvendrán los secretarios generales de ambas organizaciones, Unai Sordo y Pepe Álvarez, y representantes de esos sectores que ambas organizaciones consideran esenciales. "La mañana finalizará con una manfiestación virtual", explica. ¿Y cómo se hará? Según dice, quieren animar a todos sus afiliados o simpatizantes a que se graben un pequeño vídeo con un mensaje que especificarán en los próximos días. "Tendrán que colgarlo en redes y será una manera diferente de participar en una manifestación", indica. 

El día, no obstante, no acabará en ese momento. Tal y como dice Antoñanzas, por la tarde está prevista la celebración de un concierto en el que ambos sindicatos se coordinarán con otras organizaciones a nivel internacional. "Tendrá lugar entre las 18.00 y las 20.00 horas", dice Lezcano, y será entonces cuando, como hasta ahora, se celebre el ya tradicional aplauso al personal sanitario y a los trabajadores de todos los servicios fundamentales. "Cerraremos así", dice. 

"No tendrá la misma visibilidad que tienen las calles llenas de gente, pero no nos perjudica. Hay que seguir en el confinamiento, pero vamos a continuar reivindicando a todos estos trabajadores y trabajadoras", sentencia Antoñanzas.

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Un cambio de modelo y demandas concretas

A pesar de la excepcionalidad de la situación y de la necesidad de reivindicación de los sectores que más luchan contra el covid-19, ninguna de las organizaciones olvida sus demandas clásicas. "Queremos un nuevo modelo, otro contrato social", dice Antoñanzas. Lezcano, por su parte, va un poco más allá. "Destacamos la necesidad de reconsiderar el modelo laboral que se impuso con la pasada crisis económica, porque de ahí vienen grandes perjuicios para el mundo del trabajo. Y también reivindicamos una prestación urgente para la gente que no tiene ingresos, pasando también por la necesidad de políticas de reindustrialización que nos hagan menos dependientes del exterior y donde haya una verdadera apuesta por la investigación e innovación" que, como se ha puesto de manifiesto también ahora, es tan necesaria. "Reivindicamos, también, el papel de la mujer trabajadora, como siempre", añade.

García, por su parte, desgrana las 15 peticiones enviadas al Gobierno, entre las que se encuentra la necesidad de poner a disposición del sistema productivo aquellos recursos privados que sean necesarios, medidas específicas para las empleadas de hogar, un impuesto excepcional para que las grandes fortunas eleven su contribución a la salida de la crisis o la suspensión del pago de alquileres, hipotecas y servicios básicos. Además, solicita que si cualquier trabajador contagiado en el ámbito laboral desarrolla dolencias posteriores a la enfermedad del covid-19, estas sean consideradas como una enfermedad laboral

No habrá miles de personas en las calles. Este año, el Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, será diferente, atípico y único en la historia. Estará marcado por el mismo hecho que marca la vida de los ciudadanos de casi todo el planeta desde hace semanas: la pandemia del coronavirus. El confinamiento y la restricción de movimientos impedirán las manifestaciones, pero solo las que se celebran en espacios públicos. Los sindicatos ya han mostrado su voluntad de que las reivindicaciones sigan tan presentes como siempre. O incluso más. La crisis sanitaria del covid-19 ha puesto de manifiesto que todos esos sectores que hasta ahora eran invisibles son fundamentales y esenciales para el funcionamiento de la vida. Por eso este Primero de Mayo, además de luchar por la dignidad de los trabajadores en sentido amplio, se les homenajeará a todos ellos. Y ellas. Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general de UGT, habla de "las empleadas de hogar, de las limpiadoras, de las cajeras, de las enfermeras...". Y lo hace en femenino, puesto que la mayoría de estos sectores, añade Fernando Lezcano, secretario de Organización de CCOO, están profundamente feminizados. 

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