El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, acudió este viernes al Congreso de los Diputados para dar cuenta de la reunión que mantuvo el pasado 29 de julio con Rodrigo Rato, exvicepresidente del Gobierno imputado en tres causas por delitos de corrupción, a quien recibió en la sede oficial de su departamento. Tras las duras críticas de la oposición a lo largo de toda la semana, Fernández Díaz defendió en la Comisión de Interior su decisión de citarse con un presunto delincuente y de hacerlo en su despacho oficial.
Lo hizo, según su relato de los hechos, porque Rato lo solicitó por una cuestión "exclusivamente personal" que detalló en su cita en la Cámara baja: las amenazas que, "especialmente" a través de Twitter, habría recibido el expresidente de Bankia, y su preocupación ante una posible retirada de la escolta que lo protege y que depende de Interior. El ministro afirmó que se trata de una cuestión de su "competencia" que le llevó a considerar que el encuentro no podía ser objeto de reproche "legal" ni "ético", y a afirmar que rechazar esa petición habría sido "irresponsable".
La oposición no se dio por satisfecha. PSOE, Izquierda Plural, UPyD, Convergència, PNV y Amaiur exigieron la dimisión del ministro, a quien acusaron de obrar con opacidad al esconder la reunión de su agenda. Fernández Díaz defendió, en cambio, que su "deseo" era que la cita "no trascendiera" porque no conviene hablar en público de seguridad, pero que se celebró "con total transparencia", con "luz y taquígrafos". En realidad, la reunión se ocultó en su agenda oficial y nadie informó sobre ella hasta que El Mundo desveló su existencia. El ministro arguyó que una cosa es la "transparencia" y otra la "publicidad", y que hay una agenda "pública", otra "privada" –en la que encuadró el cara a cara con Rato– y una tercera "particular".
La narración de Fernández Díaz comienza en una fecha indeterminada entre el 15 y el 20 de julio, cuando afirmó haber recibido la primera llamada de Rato, y concluye este mismo viernes con su presencia en el Congreso. Y aunque a su salida de la Cámara afirmó tajante a preguntas de los medios de comunicación que "más transparencia no puede haber" en torno a esta cuestión, lo cierto es que su versión, lejos de despejar todas las dudas, plantea nuevos interrogantes.
1. ¿Hubo trato de favor?
Sobre los motivos que le llevaron a aceptar la reunión, Fernández Díaz reiteró la "fundada preocupación" de Rato por su seguridad y añadió que la cuestión tiene "evidentes implicaciones" en su "ámbito de responsabilidad". Razonó que lo recibio por la existencia de "graves amenazas y ofensas", porque el expresidente de Bankia se sentía "especialmente vulnerable" ante la posible retirada de su escolta. "Me resulte más o menos cómodo, más o menos oportuno políticamente, tengo responsabilidades que asumir", dijo.
A preguntas de la oposición, manifestó que "la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos es un síntoma de salud democrática" y que "haría lo mismo con cualquier otro cargo" si "existiera un riesgo objetivo que derivase de su notoridad". El cara a cara, subrayó, estuvo "absolutamente justificado", y ni siquiera se planteó "delegar" en sus subordinados la atención a Rato porque entendió que la responsabilidad de recibirlo era directamente suya.
Las organizaciones de jueces y fiscales tacharon de "sorprendente" esta explicación y recordaron que el ministro no recibe a todos los españoles con problemas de seguridad. "La explicación no es satisfactoria, es trato de favor", dijo el portavoz de la Asociación de Jueces y Magistrados Francisco de Vitoria, Marcelino Sexmero. Con esa tesis coincidieron representantes de Jueces para la Democracia, Foro Judicial Independiente y la Unión Porgresista de Fiscales. Sólo la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura se desmarcó y afirmó que la versión de Fernández Díaz es coherente.
La oposición parlamentaria tampoco aceptó esa explicación del ministro. "¿Va usted a recibir en su despacho oficial a todas las personas que sufran amenazas?", le preguntó el portavoz socialista Antonio Trevín. "En cualquier comisaría le hubieran resuelto el problema al señor Rato", añadió.
2. ¿A qué imputados y condenados 'respetables' ha recibido?
Tras conocerse su reunión con el imputado Rato, la oposición preguntó de forma insistente por la existencia de otros encuentros similares. Fernández Díaz afirmó en su primer turno de palabra que ha recibido a "decenas de personas de la vida pública" para tratar cuestiones "parecidas" a las invocadas por Rato. Ya en la segunda, fue un paso más allá: "¿Si me he reunido con otros imputados? No lo sé, pero no estaría seguro de que no sea así (...). He tenido numerosísimos encuentros de estas características. No voy a dar nombres, pero podría darlos y algunos se sorprenderían", dijo.
Pero los miembos de la Cámara, salvo los del PP, no se dieron por satisfechos. Especialmente incisivos fueron en este aspecto la portavoz de UPyD, Rosa Díez, y el socialista Trevín. Precisamente dirigiéndose a la bancada socialista, en su tercera y última intervención, el ministro añadió:"Hay personas imputadas por las que tengo mucho respeto y no son de mi partido (...). Han estado imputadas o han estado en la cárcel. Y sí: he hablado con imputados y con condenados, y tienen protección. No me hagan ir más allá: son personas que merecen todo mi respeto. Y no son ni han sido nunca del PP". No aportó ningún dato ni nombre concreto.
3. ¿qué ocurrió con la escolta de rato?
También llamó la atención el hecho de que fuera el propio ministro del Interior el encargado de discutir con Rodrigo Rato aspectos relativos a su escolta. Fernández Díaz dijo que era una cuestión que Rato "deseaba" tratar con él, y que optó por recibirlo para explicarle la "lógica" que se aplica en los dispotiviso de seguridad que dependen de su departamento. Precisó que "ha habido reducciones en las protecciones a cargo de Interior" y que se ha pasado de cubrir a 425 personas a proteger a 164, pero que "todos los exvicepresidentes tienen protección".
"Pese a la drástica reducción, la práctica totalidad de exvicepresidentes tienen protección", matizó después. No precisó, sin embargo, si en los planes previos al encuentro estaba retirar la escolta a Rato, o si tras la conversación se adoptó alguna decisión en una línea diferente. Es decir, no desveló si Rato había conseguido lo que pretendía al solicitar ese encuentro: que no le redujeran la escolta.
La oposición pidió aclaraciones pero no obtuvo respuesta. "¿Se da cuenta de que no tiene ningún sentido, verdad? Yo he sido concejal y no era el alcalde quien informaba de las medidas de seguridad, sino el jefe de Policía", inquirió el portavoz de Convergència, Feliu-Joan Guillaumes.
4. ¿Quién miente: Rodrigo Rato o Fernández Díaz?
Una de las grandes polémicas del encuentro celebrado en el Ministerio gira en torno a si Fernández Díaz reveló aspectos de la investigación a Rodrigo Rato. Interior defendió en un comunciado emitido el lunes que la cita se celebró "completamente al margen de la situación procesal" de Rato y que, como condición "previa", se "clarificó" que su imputación y las posibles derivadas no podían ponerse sobre la mesa. Apenas 24 horas después, el propio Rato contradijo esa versión: afirmó que hablaron de "todo" lo que le "está pasando".
Este viernes el ministro se ratificó en la primera versión y dijo que, si Rato había dicho literalmente "lo que está pasando", debía referirse "única y exclusivamente" a cuestiones del "ámbito de la seguridad". Sobre si hizo alguna gestión posterior en favor del imputado exvicepresidente de Aznar, calificó la mera duda de "falta de respeto" a su persona y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de las que dijo que "no están dispuestas a saltarse la ley" permitiendo algo semejante.
Rosa Díez (UPyD) fue quien más hincapié hizo en la existencia de una doble versión sobre la misma reunión. Lo hizo en su primer turno de palabra y, ante la falta de respuestas del ministro, en el segunda anunció que su partido pedirá un careo entre el ministro y Rato en la Audiencia Nacional, donde se investiga al segundo por el caso de las tarjetas black y la salida de Bankia a Bolsa. Todo, con el objetivo de que se "esclarezca la verdad judicial", en palabras de la propia Díez.
5. ¿Ocultó el encuentro a Rajoy? ¿Qué va a hacer el presidente ahora?
Cuestionado por todos los grupos, Fernández Díaz sostuvo que Rajoy no supo del encuentro hasta que trascendió a la prensa el pasado 8 de agosto. "Hablé por primera vez de la visita [de Rato] con el presidente del Gobierno cuando salió publicada", dijo el titular de Interior, que precisó a renglón seguido que no fue el líder del Ejecutivo quien le pidió explicaciones, sino que fue él quien le llamó por teléfono para "explicarle" lo ocurrido.
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Hasta ahora el líder del Ejecutivo únicamente se había referido a la polémica para señalar que no debía esperarse "nada particular" de la comparecencia de su ministro. Este viernes, rompió su silencio para valorar que Fernández Díaz había dado "las explicaciones pertinentes" y "de manera rápida e inmediata".
Desde la oposición se escucharon críticas al ministro y se exigieron responsabilidades a Rajoy. "Dimita ya o exigiremos al presidente que lo cese, y si no lo hace, tendremos que sospechar que no lo hace por ser inductor de la entrevista", indicó el socialista Trevín al ministro. El portavoz del PNV, Aitor Esteban, también dudó de que Fernández Díaz decidiera reunirse por iniciativa propia: "O ha errado al no avisar al presidente o, más grave aún, lo hizo tras avisarle. Y si Rajoy se enteró por la prensa, seguro que estará encantado", ironizó.
Y es que la versión oficial sostiene que el ministro toma una decisión tan trascendente como reunirse en sede ministerial con el exmilitante del PP imputado por corrupción más famoso de España –junto a Luis Bárcenas– y no se toma la molestia de comentárselo a Rajoy.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, acudió este viernes al Congreso de los Diputados para dar cuenta de la reunión que mantuvo el pasado 29 de julio con Rodrigo Rato, exvicepresidente del Gobierno imputado en tres causas por delitos de corrupción, a quien recibió en la sede oficial de su departamento. Tras las duras críticas de la oposición a lo largo de toda la semana, Fernández Díaz defendió en la Comisión de Interior su decisión de citarse con un presunto delincuente y de hacerlo en su despacho oficial.