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Podemos y la monarquía: de la ambigüedad calculada y los elogios al rey a cargar contra Felipe VI

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El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, sorprendió esta semana con sus duras críticas hacia el rey, de quien aseguró que ya no cumple "ninguna función histórica", informa Europa Press. Estas palabras contrastan con los elogios que le dedicó en más de una ocasión o con la ambigüedad calculada que ha mantenido el partido morado respecto al debate sobre monarquía o república prácticamente desde sus inicios.

Podemos saltó a la arena política en enero de 2014 y, con sólo pocos meses de experiencia, se encontró con su primer gran reto político: gestionar su postura ante la abdicación del ahora rey emérito Juan Carlos I el 2 de junio de ese año, pocos días después de conseguir cinco eurodiputados en las Europeas, su primera cita ante las urnas.

Junio 2014: Iglesias pide un referéndum

En aquel momento, un Pablo Iglesias que todavía era líder de facto de una emergente formación que no contaba con estructuras de partido aseguró desde Bruselas que la monarquía estaba "vinculada al pasado" y pidió la convocatoria de un referéndum sobre la forma de Estado.

Este claro discurso a favor de un referéndum pronto desapareció y el partido, que aspiraba a convertirse en una fuerza "transversal" y a no quedar "arrinconada en la izquierda", comenzó a mostrarse ambiguo al respecto.

Marzo 2015: el debate no interesa a la sociedad

"Es un debate que no está abierto y está por darse", aseguró en marzo de 2015 el ya exsecretario de Organización, Sergio Pascual, al ser preguntado sobre la postura de Podemos en el debate monarquía-república. De hecho, fue más allá y aseguró que se trataba de una cuestión que no interesaba "en absoluto" a la sociedad española.

Por aquel entonces, la simpatía con la que los españoles veían al nuevo monarca, Felipe VI, aumentaba progresivamente, como iban poniendo de manifiesto diferentes encuestas. Si en abril de 2014 el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) situó el grado de confianza en la monarquía en el 3,72 –en un momento en el que la Corona pasada por uno de los momentos más delicado–, un año después esta cifra subió al 4,34 y el 57,4% de los encuestados valoraba "muy positivamente" la labor de Felipe VI.

De ahí que el plan del entonces principal estratega del partido, ahora exnúmero dos de Iglesias, Íñigo Errejón, pasara por mantener a Podemos fuera de este debate; una postura que se complementaba con los gestos de simpatía del líder morado hacia Felipe VI.

Abril 2015: regalo de Iglesias al rey en su primer encuentro

De hecho, fue entonces cuando el ya secretario general de Podemos y todavía eurodiputado conoció al rey en persona en un acto en Bruselas, que tuvo lugar el 15 de abril, precisamente un día después del aniversario de la proclamación de la II República.

De aquel día quedó la anécdota que protagonizó Iglesias cuando le regaló al monarca la serie Juego de Tronos en DVD, y también las ampollas que despertó su presencia en ese acto entre la corriente más a la izquierda de Podemos, los Anticapitalistas, y entre sus socios de grupo parlamentario en Europa de Izquierda Unida.

La cosa no quedó ahí, ya que en verano Iglesias no dudó en elogiar a Felipe VI y, en una tertulia de su programa Fort Apache, alabó los "gestos astutos" del rey al haber conseguido mejorar la imagen de la monarquía y la "capacidad de lectura política" de la corona en la Transición.

En varias ocasiones el líder del partido morado también señaló, al ser preguntado sobre si apostaría por impulsar un referéndum sobre la forma de Estado, que el propio Felipe VI tendría muchas posibilidades de ganar unas elecciones para decidir la jefatura del Estado.

Noviembre 2015: reconocen el interés táctico de mantenerse a un lado

No obstante, la ambigüedad calculada de Podemos ante el debate monarquía-república, no pasó desapercibida y, en noviembre de 2015, un mes antes de las elecciones generales del 20 de diciembre –las primeras de este tipo a las que concurrían– fue un estudiante quien le planteó a Iglesias el por qué de esa postura durante una charla del dirigente en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

"Es el escenario que más le gustaría a los monárquicos. En política, a veces defender lo mismo que defendieron nuestros abuelos o padres no implica defenderlos con los mismos significantes. Creo que a los monárquicos les encantaría un escenario que dividiera a España entre republicanos y no republicanos, porque en ese escenario sin duda ganarían y estarían encantados en mantener a los republicanos en un porcentaje de población muy pequeño", explicó entonces.

Eso sí, un mes antes Iglesias ya había declinado la invitación de la Casa Real para participar en la recepción en el Palacio Real con motivo del 12 de octubre. De esta forma, el partido morado comenzaba a virar poco a poco su postura, pero manteniendo todavía en un segundo plano la necesidad de un referéndum y evitando las críticas directas a Felipe VI.

El viraje no fue mucho más allá en los meses siguientes ya que tras aliarse con Izquierda Unida para las elecciones del 26 de junio, la coalición de izquierdas se vió obligada a renunciar a una de sus principales señas de identidad en el programa de mínimos que pactaron: en ese documento no figuraba nada sobre la petición histórica de IU de caminar hacia la III República mediante la celebración de un referéndum.

Sin embargo, el debate interno que monopolizó prácticamente toda la actividad interna de Podemos a partir del verano de 2016, y que culminó en febrero de 2017 con la Asamblea de Vistalegre II, facilitó que Iglesias manifestara públicamente su defensa de los valores republicanos que en su fuero interno nunca había abandonado, sin miedo a quedar encasillado en la izquierda.

Noviembre 2016: no aplauden al rey en el Congreso

Esta postura se visibilizó el 17 de noviembre de 2016, en la Apertura Solemne de la XII Legislatura en el Congreso, cuando los diputados de Unidos Podemos, con Iglesias a la cabeza, decidieron no sólo no aplaudir al rey tras su discurso sino también permanecer sentados durante la ovación que le dedicó casi todo el Hemiciclo.

"Nosotros no estamos aquí por ser hijos de nadie ni por tener sangre azul. Estamos en el Parlamento porque nos han votado los españoles, algunos son jefes de Estado porque son hijos, nietos o bisnietos de una dinastía. Con todo el respeto, nosotros tenemos mucha más legitimidad porque a nosotros nos vota la gente", defendió entonces Iglesias, cuestionando públicamente la legitimidad del rey para ejercer la Jefatura del Estado.

El viraje hacia posiciones más propias de la izquierda tradicional fue precisamente una de las cuestiones que le separaban estratégicamente de su entonces secretario Político, Íñigo Errejón, firme defensor de la llamada "transversalidad" y quién, ante eso, decidió plantarle cara en Vistalegre II presentando sus propios documentos estratégicos.

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Ahora, cuatro meses después de ese congreso, Iglesias no sólo enfatizó su posición crítica hacia la monarquía y su defensa de los valores republicanos, sino que además cargó directamente contra Felipe VI.

Ya comenzó el pasado miércoles tras el acto de homenaje a los diputados de las cortes constituyentes de las elecciones del 77, cuando acusó al monarca de haber mantenido una actitud "equidistante" entre los que se jugaron la vida luchando por la democracia y los herederos de la dictadura franquista, en lo que se refiere a su papel en la Transición.

Horas antes, en los Desayunos Informativos de Europa Press, Iglesias ya avisó de que "España no es sólo Estado español y monarquía". "La pregunta a día de hoy es: ¿Cuál es la función histórica que cumple el nuevo Jefe de Estado si es incapaz de decir nada ante los tres grandes desafíos que hay en nuestro país?", se preguntó este viernes.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, sorprendió esta semana con sus duras críticas hacia el rey, de quien aseguró que ya no cumple "ninguna función histórica", informa Europa Press. Estas palabras contrastan con los elogios que le dedicó en más de una ocasión o con la ambigüedad calculada que ha mantenido el partido morado respecto al debate sobre monarquía o república prácticamente desde sus inicios.

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