La ecuación postelectoral valenciana lleva camino de requerir el lápiz de un premio Nobel en matemática aplicada. Podemos (13 diputados) reniega de un Gobierno con el PSPV-PSOE salvo si Mònica Oltra, de Compromís (19 diputados), es la presidenta de la Generalitat. Algo que para Ximo Puig, del PSPV-PSOE (23 diputados) es, de momento, innegociable.
De hecho, Puig se ha reunido con Carolina Punset, de Ciudadanos (13 diputados) para tantear la posibilidad de un pacto que el PP ya ha manifestado que ve con buenos ojos. Mientras, Pablo Iglesias, comió este miércoles con Oltra en Madrid y ya ha avisado a Pedro Sánchez de que la quiere de presidenta en Valencia.
Sobre esta marea de guarismos y futuribles, Mònica Oltra (Neuss, Alemania, 1969) parece flotar sin demasiadas angustias ni desvelos.
PREGUNTA: ¿Habrá gobierno de izquierdas en la Generalitat Valenciana?
RESPUESTA: Sí, estoy convencida. Es lo que la gente quiere. Hay 55 diputados que representan ese cambio. Son los 32 de Compromís y Podemos y los 23 del PSOE.
P.: Lo presenta como una alianza de Compromís y Podemos frente al PSOE.
R.: Si se leen los programas electorales es muy evidente, ya que son muy parecidos. Hay una sintonía política que conforma un espacio de 32 diputados en un marco político muy parecido. Y después hay otro espacio de 23 diputados que tienen otro marco y con los que nos queremos entender.
P.: Pero Podemos se muestra reticente a entrar en Gobiernos. ¿Es posible un pacto de Compromís sólo con el PSOE?
R.: Estamos trabajando para un Gobierno de tres. Hace falta toda la inteligencia colectiva, ya que llegamos a una Generalitat con muchas dificultades, con una situación social alarmante y una corrupción descontrolada. Necesitamos que la gente arrime el hombro.
P.: Podemos entraría en un hipotético Gobierno si usted fuera la presidenta. Y en el PSPV-PSOE dicen que eso no es posible y además innegociable.eso no es posible y además innegociable
R.: Que el PSOE vea eso innegociable es una imagen de testosterona. Hace falta una política de gran angular, que es lo que tenemos las mujeres para ver más posibilidades y escenarios. Los hombres son más de teleobjetivo. Por eso nos complementamos bien.
P.: Todos los negociadores del PSOE son, además de hombres, cargos públicos desde los ochenta. No parece que sea la mejor estampa de la renovación.
R.: El jefe socialista de la negociación es [Ciprià] Ciscar. Me ha sorprendido, ya que, durante la última legislatura, el grupo socialista ha tenido magníficos representantes jóvenes, trabajadores y valientes. Que ahora venga alguien que estaba en el Gobierno hace 30 años...
P.: Y la imagen diaria en los medios del pulso entre usted y Ximo Puig, ¿le preocupa?
R.: Eso se acaba cuando el Gobierno empieza a gobernar y acierta. Es verdad que la gente está muy angustiada, vivimos en una sociedad muy frenética donde las noticias son tan intensas como efímeras. Y tras las elecciones parecía que debíamos tener la foto del Gobierno en 24 horas.
P.: 23 diputados del PSOE frente a 19 de Compromís...
R.: Y 13 de Podemos.
P.: Para los socialistas esa matemática no parece que sume.
R.: Aquí estamos haciendo política y no aritmética. Por esa regla de tres el que tiene 31 [el PP] tiene más que 23. Al de 31 le decimos que estamos haciendo política y que el 70% es más que el 30%. Dentro de nosotros es la misma lógica. Si hay un conjunto de 32 diputados con una visión similar de cómo debe ser el nuevo Gobierno y existe otro conjunto de 23 diputados... Es la misma lógica por la cual no aceptamos el argumento del PP de que son la lista más votada.
P.: ¿Y qué dicen los negociadores del PSOE?
R.: Este argumento no lo hemos puesto aún encima de la mesa.
P.: Pero está en el debate público.
R.: Sí, pero lo hemos evitado en las reuniones. Si empezamos a hablar de lo que no estamos de acuerdo el pronóstico es peor.
P.: Se ha planteado la posibilidad de una Presidencia de la Generalitat rotativa. Dos años cada uno.
R.: No he hecho esa propuesta. Además no me entusiasma. Una periodista me preguntó si podía ser una posibilidad. Dije que se había puesto encima de la mesa, pero de los medios, no de la negociación. Si alguien lo propone como solución, estoy dispuesta a hablarla, pero me tendrían que convencer.
P.: ¿Y una especie de referéndum entre Puig y Oltra en forma de segunda vuelta en la izquierda?
R.: Si alguien lo pone encima de la mesa estoy dispuesta a hablar. Hay muchas maneras de decidir. Esta podía ser una.
P.: El miércoles se reunió con Pablo Iglesias en Madrid. ¿De qué hablaron?se reunió con Pablo Iglesias en Madrid
R.: Hablamos muy en general, del camino nuevo que se abre y de lo que podía suponer para las próximas generales. Y, en concreto, que estaría bien que hubiera Gobiernos autonómicos que no estuvieran en manos del bipartidismo tradicional, ya que eso haría perder el miedo a la gente de votar distinto al PP y al PSOE.
P.: En ocasiones ha criticado a Podemos por falta de definición política. ¿Les encuentra ahora más definidos?
R.: Los ha definido la gente en este bloque de izquierdas que se ha conformado. La gente quiere un cambio de políticas porque está harta que la crisis haya impactado de forma tan cruel sobre la mayoría. Eso ha tenido una respuesta electoral con un mensaje muy claro al PP, al bipartidismo tradicional, y ha dejado claro el eje izquierda y derecha.
P.: También se ha encontrado con Carolina Punset, líder de Ciudadanos en Valencia, quien un día le acusa de “pancatalanista” y al siguiente le elogia por las coincidencias en transparencia y lucha contra la corrupción.
R.: El diálogo es muy importante. También entre líderes que no coinciden en todo. Hay que limar reticencias y asperezas. Tenemos grandes coincidencias y cosas que no las vemos igual. Por eso se llama democracia.
P.: ¿La reunión fue en castellano o en valenciano?
R.: En castellano. Sé hablar castellano también.
P.: ¿Hablaron de la cuestión nacional?
R.: La cuestión nacional es un término que no... (hace un gesto de rechazo). Hablamos de la nueva política que se abre, del pluripartidismo. El valencianismo lo abordé más desde el punto de vista de la financiación. Para mí el valencianismo es el bienestar y la dignidad de la gente. También coincidimos en que las lenguas dan una cosmovisión y que es importante mimarlas.
P.: ¿De quién fue la iniciativa de verse?
Ver másOltra se muestra partidaria de una alianza de Compromís con Podemos para las generales
R.: Un poco de las dos. Quedamos por wasap. Es más relajado entre mujeres. No tienes que ir midiendo lo larga que tienes la testosterona. Fue muy agradable.
P.: ¿Qué medidas deberían ser las más urgentes para el nuevo Gobierno?
Emergencia social. Un gobierno que rescate al tercio de la población que ha quedado excluida. Eso debe ser la prioridad en acción y dinero. Por ejemplo la renta garantizada de ciudadanía, los comedores escolares, la educación infantil de 0 a 3 años y poner en valor los servicios sociales municipales. Y la emergencia democrática. Aquí la corrupción es un escándalo. Hay que limpiar y es un escollo en la negociación porque no vemos bien lo de pasar página. Que el PSOE haya retirado en la Diputación de Valencia la reprobación a [Alfonso] Rus porque las elecciones lo han cambiado todo, dicen, pues no. Queremos que el dinero desviado se cuantifique y se haga un esfuerzo por recuperarlo. No se debe olvidar lo que ha ocurrido porque si no alguien puede tener la tentación de volverlo a repetir.
La ecuación postelectoral valenciana lleva camino de requerir el lápiz de un premio Nobel en matemática aplicada. Podemos (13 diputados) reniega de un Gobierno con el PSPV-PSOE salvo si Mònica Oltra, de Compromís (19 diputados), es la presidenta de la Generalitat. Algo que para Ximo Puig, del PSPV-PSOE (23 diputados) es, de momento, innegociable.