LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Que no coincidan la gripe (para la que sí hay vacuna) y una segunda ola del covid-19, clave para evitar el colapso sanitario en otoño

3

La primera relación entre el SARS-Cov2 y los virus que causan la influenza que se estableció de manera masiva fue, a todas luces, equivocada. “El coronavirus es como la gripe”, dijeron muchos. Y erraron. Tras la primera oleada de la pandemia de covid-19 sabemos que pese a que hay semejanzas –transmisión parecida, parecidos síntomas-, el agente patógeno que ahora nos ocupa es más letal, contagioso y capaz de poner a las sociedades contra las cuerdas. Pero hay una segunda relación que no deja margen de duda: luchar contra la gripe que vuelva en otoño ayudará a abordar una posible segunda ola del covid-19. Una buena campaña de vacunación, defienden los expertos, liberaría parte del sistema sanitario y ayudaría a no confundir entre ambas enfermedades, facilitando la pelea que se libra en cada hospital y centro de salud.

Una diferencia esencial entre la gripe y el covid-19 es que el virus que desencadena la primera se esfuma en verano y, a vista de lo que estamos viviendo en Europa (con rebrotes preocupantes) y en el resto del Hemisferio Norte (con Estados Unidos siendo incapaz de aplanar la curva), el SARS-Cov2 no funciona igual. “Son cuestiones ambientales”, explica la catedrática de Microbiología de la Universidad Miguel Hernández (UMH) Francisca Colom. “En la medida en que podemos explicarlo”, claro, porque aún nos queda mucho por saber del nuevo coronavirus. Los virus de la gripe, con una humedad un poco alta, empiezan a diseminarse mal. Los coronavirus, sin embargo, tienen una apetencia por unos porcentajes de humedad más altos”, como los que se registran en la costa durante el periodo estival, por ejemplo. Es lo que explica, entre otros factores, el alto número de brotes en los mataderos.

Así, durante el verano, en España y en todos los países del mundo, la gripe desaparece. Pero siempre vuelve cuando empieza el frío: es lo que se conoce como un virus estacional, que ya convive con nosotros, puesto que no tenemos una vacuna universal que elimine todas las cepas. Los agentes patógenos que causan la influenza mutan muy rápido, por lo que todos los años los investigadores se afanan en detectar qué mutación viene con fuerza cada año y, por lo tanto, preparar la vacuna que genere inmunidad ante el bicho.

Por lo tanto, teniendo la certeza de que la gripe volverá, el sistema sanitario debe prepararse para que no coincidan picos de ambas enfermedades, lo que volvería a complicar la situación en las UCIs. Eso sí: contra una de las afecciones sí tenemos vacuna. Y sí podemos generar una inmunidad de grupo que descienda su incidencia y libere recursos contra el covid-19. “Hay que disponer de las vacunas suficientes para poder hacer una campaña mantenida hacia todos los grupos diana”, explica el doctor Luis Ignacio Martínez Alcorta, de la Sociedad Española de Vacunología. Aunque hay un obstáculo a salvar: los vacunados de la gripe llevan más de una década descendiendo año a año. También entre el personal sanitario, al que se le recomienda especialmente inmunizarse por su exposición continua, y entre grupos de riesgo como personas mayores, que pueden sufrir complicaciones al igual que con el covid-19.

La gripe A nos hizo desconfiar

¿Por qué? Martínez opina que le perdimos el miedo a una enfermedad que afecta levemente a la mayoría, pero que puede llevar a la muerte a una minoría numerosa. Y que la pandemia que no fue para tanto, la de la gripe A, hizo descender la confianza de la población en el sistema de vacunación. Desde 2009/2010 las cifras no dejan de bajar. “Se prestó especial importancia a la necesidad de vacunar y al riesgo para las personas vulnerables. Y luego no fue tan virulenta. La vacuna llegó cuando la pandemia fue mitigándose y llegó tarde (…) Se vio seriamente comprometida la credibilidad del sistema”, opina el médico.

Rusia registra la primera vacuna contra el coronavirus

Ver más

Colom cree, sin embargo, que en esta ocasión “vamos a estar mucho más alerta” y sí que cumpliremos las recomendaciones de Sanidad. El Ministerio comprará 5 millones de vacunas para complementar las existencias de las comunidades autónomas, y según confirmó el líder de la respuesta ante el coronavirus, Fernando Simón, el Gobierno se plantea adelantar el inicio de la campaña para que estemos preparados ante una posible segunda ola de covid-19. Los expertos tienen serias dudas. “Puedes quedarte corto”, explica la microbióloga. Dado el alto nivel de mutación de los virus de la influenza, la inmunidad dura solo unos meses. Si, por ejemplo, se empieza a vacunar a finales de verano y en primavera la gripe aún está viva, muchos de los inmunizados podrían haber perdido para entonces su protección.

Coincide Martínez: “No tiene sentido empezar a finales de verano”, pero, con los cálculos correctos, quizá sí se puede adelantar a septiembre, estima. El aumento de la producción tiene una dificultad añadida: las vacunas más efectivas tardan unos meses en quedar listas para su distribución, y hacen falta contratos con meses de antelación entre las administraciones y los laboratorios. Si no hay vacunas disponibles para toda la población que generen una inmunidad de grupo, deberían priorizarse los grupos de riesgo, los sanitarios y las personas que convivan con estos grupos (cuidadores de ancianos, por ejemplo).

Lo ideal, y lo que llevan años intentando los investigadores, es hallar una vacuna universal de la gripe que sirva para todas las cepas y mutaciones de este tipo de virus. La inmunidad duraría más y una vez descubierta la fórmula, su producción sería masiva. ¿Lo lograremos? “Es tremendamente complicado, pero yo creo que llegará”, afirma el portavoz de la Sociedad Española de Vacunología. Son virus que “parecen sencillos” pero que están “ampliamente distribuidos en la naturaleza”, y se está invirtiendo dinero y esfuerzo en combatirlos. Aunque el covid-19 sea el enemigo principal, la gripe es una aliada poderosa. Debilitándola, debilitamos también la pandemia.

La primera relación entre el SARS-Cov2 y los virus que causan la influenza que se estableció de manera masiva fue, a todas luces, equivocada. “El coronavirus es como la gripe”, dijeron muchos. Y erraron. Tras la primera oleada de la pandemia de covid-19 sabemos que pese a que hay semejanzas –transmisión parecida, parecidos síntomas-, el agente patógeno que ahora nos ocupa es más letal, contagioso y capaz de poner a las sociedades contra las cuerdas. Pero hay una segunda relación que no deja margen de duda: luchar contra la gripe que vuelva en otoño ayudará a abordar una posible segunda ola del covid-19. Una buena campaña de vacunación, defienden los expertos, liberaría parte del sistema sanitario y ayudaría a no confundir entre ambas enfermedades, facilitando la pelea que se libra en cada hospital y centro de salud.

La salud es lo primero. Por ese motivo, en infoLibre decidimos abrir todos nuestros contenidos sobre el coronavirus para que cualquier ciudadano pueda leerlos gratis. Ese esfuerzo no habría sido posible sin socias y socios que creen en un periodismo comprometido y que ponga en cuarentena a las 'fake news'. Si eres uno de ellos, gracias. Sabes que puedes regalar una suscripción haciendo click

aquí. Si no lo eres y quieres comprometerte, este es el enlace. La información de calidad es la mejor vacuna contra cualquier virus.

Más sobre este tema
>