El número dos de Interior del PP 'salva' de momento a Rajoy, Cospedal y Fernández Díaz y responsabiliza a la Policía de 'Kitchen'

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Francisco Martínez, quien fuera secretario de Estado de Seguridad con el Gobierno del PP, se ha defendido de las sospechas de su posible implicación en la operación Kitchen, el operativo policial y sin control judicial dirigido a sustraer documentación que el extesorero del partido Luis Bárcenas se habría llevado tras su despido. Ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, ha negado cualquier responsabilidad en la puesta en marcha o control de los seguimientos y ha derivado la responsabilidad hacia la Policía. Pero no sólo eso: de su declaración en calidad de investigado se revela que el que ex número dos del Ministerio del Interior no ha querido apuntar de momento hacia arriba, ni a su jefe en el departamento ni a los dirigentes del partido.

Así, no ha mencionado ni al expresidente del Gobierno Mariano Rajoy ni a la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal, y sobre el que su superior en Interior, Jorge Fernández Díaz, ha dicho que éste fue el que le pidió que se enterase sobre la investigación a Luis Bárcenas porque algo le había llegado y no tenía más información. Es decir, Martínez apunta que Fernández Díaz conocía que había un operativo, pero no va más allá y no le implica en su puesta en marcha o control ni sugiere que el exministro supiera que era ilegal, según fuentes jurídicas presentes en el interrogatorio consultadas por infoLibre. Eso sí, tampoco ha dicho si su jefe se enteró después de todo.

Mucho se ha hecho de rogar Martínez para hablar en la Audiencia Nacional, donde había sido citado en dos ocasiones con anterioridad desde que fuera imputado el pasado enero en la pieza 7 del caso Villarejo. La primera vez, alegó que no comparecería por el secreto de la causa, mientras que la segunda vez, el verano pasado, se echó atrás en el último momento. Desde que se levantó el velo sobre las actuaciones, la expectación por lo que podría decir en sede judicial había ido en aumento, sobre todo cuando salieron a la luz los mensajes de texto que se cruzó con el exministro y con amigos y compañeros –y que llevó ante notario– que sugieren que Fernández Díaz estaba al tanto de los pormenores de la operación Kitchen. 

Se esperaba que el ex número dos de Interior tirara de la manta y se ha quedado a medias. El interés por su declaración también creció cuando en unas notas encontradas en el teléfono móvil que Asuntos Internos le incautó el pasado marzo los investigadores pudieron leer lo "dolido" que estaba por haber sido "leal" a Rajoy, Cospedal y Fernández Díaz, a los que calificaba de "miserables". Ante el juez, no ha sido así.

Martínez no niega ahora esos mensajes, sino que ha explicado que el que era su jefe entre 2012 y 2016 estaba al tanto del operativo porque le preguntó a él directamente para que se enterase, primero, si era cierto y, segundo, para que le reportase si le llegaba alguna información relevante. En todo caso, ha manifestado que en todo momento dio por hecho de que se trataba de una operación legal por las informaciones que habían aparecido sobre Bárcenas y sus posibles cuentas y testaferros en el extranjero.

El ex número 2 de Interior, que sólo ha contestado al juez y a su defensa, ha explicado que a mediados de 2013 recibió una llamada de Fernández Díaz en la que éste le comunicó que le había llegado una información que apuntaba a que el chófer de Bárcenas, Sergio Ríos, había sido captado como confidente policial para suministrar datos sobre el extesorero y su mujer, así como de las cuentas bancarias de que disponían, los movimientos de las mismas y los testaferros que podrían estar empleando. Por eso, le pidió que se "enterase" y le reportara después.

Siempre según la versión de Martínez, éste contactó con el que entonces era director adjunto operativo (DAO) de la Policía Nacional, Eugenio Pino, para corroborar los datos que le había dado el ministro y una vez se lo confirmó, Fernández Díaz le pidió que le hiciera informes periódicos, aunque ha subrayado que él no estaba en el día a día del operativo –por ejemplo, niega haber sabido que entraron en el estudio de la mujer de Bárcenas– y que sólo dio a su jefe datos concretos sobre la fortuna de Bárcenas en las Antillas que le había pasado el comisario Enrique García Castaño. En este punto, las declaraciones de este policía y Martínez coinciden.

El ministro tenía muchas fuentes de información

Según las fuentes consultadas, lo que no ha concretado es cómo había sabido el ministro la implicación del chófer. Martínez ha asegurado que no lo sabe, pero que Fernández Díaz tenía más información que él porque disponía de muchas "fuentes de información" y porque, además, cree que comisarios de la Policía Nacional se habían reunido con él sobre este mismo asunto. En todo caso, ha negado ser el responsable del operativo y ha afirmado que siempre creyó que se trataba de una operación legal sobre posibles delitos cometidos por el extesorero del PP. 

Esta es la explicación que da a su enfado con el exministro cuando éste dijo hace poco más de un año en una entrevista en Vozpópuli que se estaba enterando en ese momento de la existencia de la operación Kitchen, razón por la cual se fue al notario a dar cuenta de los mensajes. Martínez insiste en que fue Fernández Díaz el que le pidió que se enterara y le reportara información sobre la misma, por lo que, según su versión, el exministro mintió en esa entrevista y también en su escrito al juzgado pidiendo su desimputación.

Pero eso sí, el ex secretario de Estado no ha señalado en ningún momento que su jefe fuese el ideólogo o el responsable del operativo. Fernández Díaz tendrá oportunidad de dar su versión este viernes, cuando está citado a declarar.

El instructor ha preguntado a Martínez varias veces por qué no puso todo este plan en conocimiento del juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, responsable entonces de la investigación del caso Gürtel y los papeles de Bárcenas, a lo que ha contestado que dio por supuesto que los policías encargados de la operación estarían informando de los datos relevantes que encontraran.

En un momento dado, también ha dicho que le pareció que el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) también estaba implicado en el operativo porque se habían detectado coches con matrícula reservada, pero ha manifestado que no le pareció extraño por la importancia del objetivo de la operación.

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El descontrol de los fondos reservados

Como responsable del Ministerio del Interior de los fondos reservados, con los que se sufragó este operativo, Martínez se ha limitado a admitir que el funcionamiento de este dinero es mejorable cuando se le ha recordado que ningún registro queda en el departamento de una operación sobre seguimientos a Bárcenas. No se apuntaron los pormenores, el día a día y una justificación de cada gasto, pero ha subrayado que la gestión queda en manos de los mandos policiales que supervisan operativos que usan este tipo de recursos.

Ninguna pregunta ha dirigido el magistrado sobre un posible conocimiento o implicación de otros dirigentes del PP de 2013, más en concreto sobre Mariano Rajoy o María Dolores de Cospedal, han indicado fuentes jurídicas. Sobre esta última, los fiscales del caso, Ignacio Stampa y Miguel Serrano, solicitaron su imputación, pero García Castellón la rechazó de momento y prefirió escuchar primero a los exresponsables de Interior.

Francisco Martínez, quien fuera secretario de Estado de Seguridad con el Gobierno del PP, se ha defendido de las sospechas de su posible implicación en la operación Kitchen, el operativo policial y sin control judicial dirigido a sustraer documentación que el extesorero del partido Luis Bárcenas se habría llevado tras su despido. Ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, ha negado cualquier responsabilidad en la puesta en marcha o control de los seguimientos y ha derivado la responsabilidad hacia la Policía. Pero no sólo eso: de su declaración en calidad de investigado se revela que el que ex número dos del Ministerio del Interior no ha querido apuntar de momento hacia arriba, ni a su jefe en el departamento ni a los dirigentes del partido.

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