El divorcio exprés y el matrimonio homosexual provocan "el notable aumento de hijos con graves perturbaciones de su personalidad", así como "el desarrollo de un clima que termina con frecuencia en la violencia". Así lo ha expresado en su carta dominical de esta semana el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López, quien agrega que "si el matrimonio y la familia entran en crisis, la sociedad misma comienza a estar enferma".
El obispo sostiene que con la exclusión de "toda referencia a la diferencia entre el varón y la mujer, se da vía libre a las uniones entre personas del mismo sexo" y esto asienta las bases para "la destrucción del matrimonio y de la familia, negándoles su valor insustituible para la acogida, la formación y desarrollo de la persona humana y para la vertebración básica de la sociedad".
Pero, "¿son de verdad un progreso humano el divorcio exprés, las uniones de hecho, el número creciente de familias rotas o el sufrimiento de los hijos que lo padecen?", se pregunta el propio López. La andanada del prelado castellonense no es una excepción en el discurso del episcopado español, que ha hecho del matrimonio homosexual el objetivo predilecto de sus ataques.
El obispo de Alcalá, el más homófobo
Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares y presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española, afirmó el pasado 18 de diciembre que la familia es el progreso verdadero de una sociedad y aseguró (sin citarlo) que la ley del matrimonio homosexual es un "atropello jurídico" y que leyes de este tipo "maltratan" a la familia y a las uniones heterosexuales.
No es la primera vez que Reig Pla se refería a los homosexuales. El propio obispado de Alcalá publicó el año pasado testimonios de varias personas que "se habían curado" y salido de ese "infierno" que es la homosexualidad. "Que se conozca la mentira gay, que se sepa que es posible el cambio, que se sepa que hay esperanza para todas aquellas personas que no quieren esa vida de sufrimiento, ese infierno", decía un chico de 18 años "rehabilitado".
Reig Pla es también el autor del prólogo del libro Amar en la diferencia, de la editorial Biblioteca de Autores Cristianos, que considera la homosexualidad como una patología que debe ser erradicada. “Hasta hace unos años, eran sobre todo algunos adultos los que sufrían dolorosas heridas en esta materia; en la actualidad muchos jóvenes, adolescentes e incluso niños están siendo víctimas del desconcierto sembrado –de forma planificada y sistemática– en las familias”, firmaba de su puño y letra.
Matrimonio gay, medida de "gobiernos totalitarios"
El obispo de Ávila, Jesús García Burillo, se ha acordado también de la Ley del Aborto en su mensaje navideño de este año, al considerar que "el rechazo a la vida que va a nacer nos han arrastrado a esta noche oscura que dura ya demasiado tiempo". Pero no es la primera vez que García Burillo entra en polémica. En una carta firmada en la revista espiritual Ecclesia, referente para los creyentes, el obispo de Ávila sostiene en un artículo llamado "Dies amara valde" –que quiere decir "día de gran amargura"–, su rechazo al matrimonio homosexual.
"Esta expresión, recogida de la Misa exequial, puede ser aplicada al pasado seis de noviembre de 2012, fecha en que los magistrados del Tribunal Constitucional declararon legal el matrimonio homosexual. En ese día se asestó un golpe letal a la institución familiar en España y se puso en peligro la educación afectiva de nuestros jóvenes", escribió.
"Homosexualidad ha habido siempre", afirmó el obispo, y su tratamiento ha sido diferenciado según las culturas, pero "no ha existido ninguna en la cual se equipare la relación entre personas del mismo sexo con el matrimonio. Con la sentencia del Tribunal Constitucional, el Estado español se ha proclamado competente para decidir sobre todas las dimensiones de la vida de los ciudadanos, lo cual supone que el Estado se otorga un papel totalitario"
"Todo esto es fuente de hondo sufrimiento. Pero más grave aún, y lo que hiere el alma de los educadores de jóvenes, es que con esta medida la homosexualidad se presenta como una opción tan legítima como la heterosexual", concluyó el obispo de Ávila.
Rouco Varela marca el camino
Ver másCondenado a dos años de cárcel un ‘skin’ por agredir a dos homosexuales
El propio presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, instó al Gobierno a "restituir a todos los españoles el derecho a ser reconocidos por ley como esposo y esposa" y reconocer a los niños el "derecho a tener una relación de filiación con un padre y una madre".
Durante la conferencia inaugural de la CII reunión de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española celebrada en noviembre manifestó su disconformidad con "unas leyes injustas que afectan al matrimonio y la familia". Rouco añadió que los obispos insistirán "con todo respeto e incansable insistencia" a los políticos "un giro positivo de la legislación y de la política sobre el matrimonio y la familia".
Todos estos ataques de los obispos españoles a la comunidad homosexual contrastan con las declaraciones del propio papa Francisco, máxima autoridad de la Iglesia, el pasado verano: "¿Quién soy yo para juzgar a un gay?". La revista estadounidense de temática LGTB The Advocate ha nombrado al pontífice persona del año, porque sus palabras ya han causado "reflexión y consternación" en la Iglesia, y porque podría ser un "agente en la lucha contra la discriminación" en todo el mundo.
El divorcio exprés y el matrimonio homosexual provocan "el notable aumento de hijos con graves perturbaciones de su personalidad", así como "el desarrollo de un clima que termina con frecuencia en la violencia". Así lo ha expresado en su carta dominical de esta semana el obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López, quien agrega que "si el matrimonio y la familia entran en crisis, la sociedad misma comienza a estar enferma".