El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, ha aclarado que ante el "complejo panorama político y social", la posición de la Iglesia "no es la de un contrincante político" pero piden a los cristianos "coherencia" a la hora de votar.
"Su papel [de la Iglesia] no es de orden partidista, sino de orden pastoral, de iluminar conforme al Evangelio la conciencia de sus fieles para que su actuación, con personal responsabilidad, sea coherente con su fe", ha subrayado Blázquez en su discurso inaugural de la CV Asamblea Plenaria que reúne a todos los obispos españoles desde este lunes en Madrid.
Sin embargo, ha asegurado que "desde el laicismo muchos no entienden que la legítima autonomía del orden temporal, querida también por los cristianos, no puede significar prescindir del recto orden moral".
Según ha precisado Blázquez, es ahí donde es "posible y necesaria la colaboración de los católicos con otras propuestas que tengan el mismo objetivo de la defensa de los valores de la dignidad humana y la realización del bien común".
En este sentido, ha apuntado que la Iglesia "siempre" trabajará por los "valores innegociables" como "el derecho a la vida desde la concepción hasta su fin natural, el verdadero matrimonio y la armonía y estabilidad familiar, y el derecho de los padres a la educación de sus hijos conforme a sus convicciones".
Así, el presidente de la CEE ha destacado la necesidad de que los cristianos, especialmente los seglares, vivan "con coherencia responsable y alegre la fe, en la calle, en la vida social y política, en el ejercicio del voto o de la representación y actividad política, en la familia y con los amigos, en la cultura y en el arte".
"Innegables" signos de recuperación
Además, ha indicado que los obispos ven "con preocupación" el actual escenario social, concretamente, las "persistentes consecuencias de la crisis económica" que aún afecta "muy profundamente a los más desfavorecidos, desempleados y a los jóvenes", aunque ha asegurado que se observan "innegables signos de recuperación".
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En todo caso, considera que la crisis social y económica "arrastra en el fondo una crisis antropológica, ética y religiosa" en la que ha incidido, a su juicio, "en no pequeña medida el secularismo y el materialismo economicista" y ha puesto como ejemplo "los casos de corrupción, que tanto dañan la confianza de la población".
Sobre la economía, ha precisado que existe una "verdadera idolatría" en la que "se rinde culto al dinero" con "una ideología que defiende la autonomía absoluta de los mercados y de la actividad financiera" e "instaura una tiranía invisible que impone de forma unilateral sus reglas".
"Incluso la actividad política –ha destacado– se convierte en una tecnocracia o pura gestión y no en una empresa de ideas y valores". Ante esta situación, los obispos proponen "una economía de rostro humano, que ponga a la persona en el centro". Así lo indicarán en el documento Iglesia, servidora de los pobres que traen a la Asamblea Plenaria para su estudio y aprobación.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, ha aclarado que ante el "complejo panorama político y social", la posición de la Iglesia "no es la de un contrincante político" pero piden a los cristianos "coherencia" a la hora de votar.