Entre Sevilla y Cafayate, una localidad de la provincia argentina de Salta, al noroeste del país, hay casi 10.000 kilómetros de distancia. Es un viaje largo, pero ocho trabajadores andaluces decidieron emprenderlo. En Cafayate les esperaba un contrato de trabajo con Autorpartner SAS, la socia latinoamericana de la española AVS Solar. Durante diez meses instalarían placas solares para la empresa contratante de estas: la española Elmya. Lo harían por un sueldo mínimo de 2.400 euros mensuales, dependiendo de la categoría del trabajador. Además, se les facilitaría el alojamiento. Así que llegaron en marzo, trabajaron hasta mayo y, entonces, fueron despedidos. Se quedaron en la calle, sin alojamiento y sin haber percibido dos mensualidades del salario. Y así llevan desde entonces.
"Aquí hay compañeros que lo están pasando muy mal", resume uno de los afectados. "Ahora estamos viviendo de la caridad porque no podemos volver", lamenta. Todo comenzó el pasado 5 de marzo. Llegaron a Cafayate para realizar parte del parque fotovoltaico de la localidad. Les contrató la empresa latinoamericana Autopartner, asociada con la española AVS Solar, ambas contratadas por la también española Elmya. Según publicó la prensa argentina, los contratantes se retiraron de la obra y, por eso, despidieron a medio centenar de trabajadores, ocho de los cuales eran españoles. Pero el problema no es sólo el despido, sino que nunca llegaron a percibir el salario correspondiente a los meses de abril y mayo. Las empresas únicamente les pagaron por el trabajo de marzo. En ese momento comenzaron una serie de movilizaciones para reclamar lo que se les debía.
Y quien debe pagarlo, según explica el abogado Gabriel Meisner en conversación con infoLibre, es Elmya. Aunque no sea la implicada directa en los despidos, las leyes argentinas establecen que la compañía contratante "es responsable solidaria de las obligaciones contraídas por sus subcontratistas", asegura. "Ella es la empresa responsable de hacerse cargo de los empleados", añade. Fuentes de la propia compañía confirman a este diario que están actuando como tal después de que AVS Solar y Autopartner SAS incumplieran sus obligaciones con los empleados. Las dos empresas fueron expulsadas del proyecto, indican las mismas fuentes, porque Elmya observó que el trato con los trabajadores no estaba siendo el adecuado porque estos ni siquiera estaban cobrando, indican.
Tal y como explican el extrabajador y su abogado, los ocho sevillanos se trasladaron a Argentina con la promesa verbal de que cobrarían, como mínimo, 2.400 euros mensuales. Pero su contrato no indicaba eso. Lo que aparecía en el documento era que los empleados percibirían el salario en moneda argentina. Y ese salario sería, concretamente, de 40.000 pesos, una cifra muy inferior a la acordada en España. "Son, aproximadamente, 600 euros al mes", recuerda el extrabajador. "Todos sabemos que por ese sueldo nadie se iría a trabajar de España a Argentina", lamenta. Y eso es lo que ahora les pagará Elmya. Los atrasos, en pesos argentinos.
Un "acuerdo perjudicial" firmado de forma "coaccionada"
El pasado viernes 14 de junio, según afirma Meisner, los trabajadores firmaron un acuerdo con la compañía por el que esta les abonará los dos meses impagados, es decir, poco más de 1.000 euros. "Con ese dinero sólo podrán pagarse el billete de vuelta", critica el abogado. No obstante, según las fuentes consultadas, todavía ninguno ha percibido nada de lo prometido. Y ya han pasado cinco días. Pero las fuentes de Elmya justifican esta decisión porque, según explican, la empresa no puede abonar a los trabajadores unos impagos que no están justificados en ningún contrato o en ningún otro documento. "Pagamos lo que efectivamente se les debe y podemos demostrar", añaden las fuentes.
Meisner lo ve de forma muy diferente. Según él, el viernes los trabajadores "firmaron un acuerdo perjudicial para sus intereses, pero lo hicieron coaccionados por el estado de ánimo que tienen". Y es que desde que fueron despedidos fueron también desalojados de la vivienda que hasta entonces habían tenido. "Estamos viviendo de la caridad de la Embajada española", dice el exempleado, que asegura que por el momento él y sus siete compañeros comparten una vivienda financiada por la institución, que también les ayuda con los gastos relacionados con la alimentación. infoLibre se puso en contacto con la Embajada española en Argentina, que confirmó esta información. "Efectivamente, un grupo de trabajadores contratados para trabajar en Argentina ha sido atendido por el Consulado de España en Córdoba", aseguraron fuentes de la institución.
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"Hay compañeros que firmaron el acuerdo de forma coaccionada porque lo están pasando muy mal, así que accedieron a que nos pagaran los dos meses y ya está", resume el extrabajador. Sin embargo, lo que tendrían que percibir no es solo eso, sino también el despido y el incumplimiento de contrato, además de los perjuicios ocasionados, defiende. Como mínimo, por tanto, tendrían que percibir el salario correspondiente a los diez meses de contrato que firmaron los trabajadores.
Según denuncia Meisner, todo este proceso "ha sido una gran bola de mentiras y manipulaciones para perjudicar a los trabajadores". "Estamos hablando de una empresa española que ni siquiera respeta a sus propios ciudadanos", lamenta. "La que sí ha ayudado a los trabajadores ha sido la Embajada, que ha intentado negociar en nombre de los empleados", matiza. "Ha hecho todo lo posible por asistirles, pero los empresarios siempre se mueven por criterios económicos. Aunque Elmya no sea la responsable, la legislación argentina obliga a esta compañía a responder", añade. Y el problema es que lo ha hecho hasta donde ellos entienden que deben hacerlo, "no hasta donde deberían".
Desde la compañía afirman entender la situación pero insisten en que devolverán lo que se les obliga por escrito. Añaden, además, que una muy buena parte de los trabajadores argentinos ya llegaron a un acuerdo con ellos. Porque la otra forma de solucionar el conflicto, indican las fuentes de la compañía, es por la vía judicial, lo que podría alargar el problema hasta dos o tres años.
Entre Sevilla y Cafayate, una localidad de la provincia argentina de Salta, al noroeste del país, hay casi 10.000 kilómetros de distancia. Es un viaje largo, pero ocho trabajadores andaluces decidieron emprenderlo. En Cafayate les esperaba un contrato de trabajo con Autorpartner SAS, la socia latinoamericana de la española AVS Solar. Durante diez meses instalarían placas solares para la empresa contratante de estas: la española Elmya. Lo harían por un sueldo mínimo de 2.400 euros mensuales, dependiendo de la categoría del trabajador. Además, se les facilitaría el alojamiento. Así que llegaron en marzo, trabajaron hasta mayo y, entonces, fueron despedidos. Se quedaron en la calle, sin alojamiento y sin haber percibido dos mensualidades del salario. Y así llevan desde entonces.