Triple advertencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Uno: la riqueza jamás había estado tan mal repartida en el mundo, el 0,5% de la población posee un tercio de la riqueza. Dos: una recuperación macroeconómica sin recuperación del empleo y con salarios en precario es un riesgo real. Y tres: desde 2008, el colapso financiero ha erosionado de conquistas sociales que se daban por seguras.
Esta semana, la agencia de las Naciones Unidas ha lanzado la campaña #SinDesigualdad para denunciar los desafíos pendientes y destacar los avances que se han producido hasta ahora en materias como el trabajo infantil, el paro juvenil, los derechos de los indígenas, la protección social, la administración laboral y el diálogo social. Seis áreas que se definen como "ejes críticos", "retos acuciantes" para los próximos años, asegura la institución.
En lo que se refiere a España, la organización subraya que el reparto entre rentas del capital y rentas del trabajo es cada vez más desigual y desfavorable a los trabajadores, un fenómeno que también se observa en otras 15 economías desarrolladas. "Había una margen para aumentar la calidad de los empleos creados y para reducir la desigualdad de ingresos que no se dio", asegura en un informe.
Tampoco son favorables las perspectivas de futuro. De acuerdo con los datos y cálculos de la OIT, en 2012 había 197 millones de personas desempleadas, ahora son 202 –entre ellos, 74 millones de jóvenes– y en 2018, "según la tendencia actual", serán 221 millones. El diagnóstico que se dibuja es claro. "Las desigualdades se agudizan". Al tiempo, más de la mitad de la población mundial no tiene ninguna clase de protección social y sólo el 20% tiene coberturas "adecuadas".
Niños explotados y jóvenes en precario
La campaña de la agencia dedica un apartado específico al trabajo infantil, una práctica en la que están "atrapados" 168 millones de niñas y niños, más de la mitad –85 millones según datos de la organización– en trabajos peligrosos, como minas, campos y talleres, con el consiguiente deterioro de su salud y peligro para la vida. De hecho, uno de cada nueve menores del planeta está sometido al trabajo infantil.
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Por contra, la organización destaca como positiva la reducción de este fenómeno en la última década, pues en 2000 eran 246 millones los menores sometidos a esta práctica. "Esta reducción demuestra que erradicar la explotación laboral infantil es posible", señala la OIT, que se marca como objetivo una "eliminación efectiva" a todos los niveles.
En el extremo opuesto de la balanza sitúa a los jóvenes, que se enfrentan según el diagnóstico de la agencia al riesgo de formar "una generación marcada por una mezcla peligrosa": alto desempleo, creciente inactividad y trabajo precario en los países desarrollados, y un aumento de trabajadores pobres en el mundo en desarrollo. África del Norte, Oriente Medio y la UE son las tres áreas con peores perspectivas en este capítulo.
La campaña se completa con un total de seis vídeos en los que se explica el trabajo de la organización y se reivindica la Cooperación Internacional como una herramienta clave en la lucha contra la desigualdad.
Triple advertencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Uno: la riqueza jamás había estado tan mal repartida en el mundo, el 0,5% de la población posee un tercio de la riqueza. Dos: una recuperación macroeconómica sin recuperación del empleo y con salarios en precario es un riesgo real. Y tres: desde 2008, el colapso financiero ha erosionado de conquistas sociales que se daban por seguras.