La 'operación Lozano' provoca la mayor crisis interna en el PSOE desde la llegada de Sánchez

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Ibon Uría

El PSOE aprueba este sábado sus listas para las elecciones generales del 20 de diciembre, y lo hace en un Comité Federal que se celebra en medio de un profundo malestar por la inclusión de la exdiputada de UPyD Irene Lozano en la candidatura por Madrid en calidad de independiente. Las quejas también vienen motivadas por la forma en la que se ha gestado el fichaje. Desde que se conoció la noticia en la noche del jueves, algunas declaraciones en público y casi todas las palabras en privado de dirigentes socialistas no dejan lugar a la duda: la maniobra del secretario general Pedro Sánchez no ha sentado bien entre sus filas.

A lo largo de todo el viernes, diversos cargos o secretarios de Organización de las federaciones socialistas se presentaron uno a uno ante la Comisión Federal de Listas en Ferraz para dejar zanjada la cuestión de las candidaturas. Según informó el partido al final de esa serie de reuniones, las listas registran una tasa de renovación de 79,5% en el Congreso –o lo que es lo mismo, apenas repite uno de cada cinco nombres– y del 85,2% en el Senado. Sumados los cabezas de lista de todas las provincias y ambas Cámaras, en las posiciones de salida hay 57 hombres y 45 mujeres. Más del 70% son nuevos en el puesto.

Entre los movimientos de última hora destacan los que derivan de la llegada de Lozano, una operación que provocó un auténtico torbellino y que tuvo como principal damnificada a la secretaria de Empleo del partido, Luz Rodríguez. Rodríguez, estrecha colaboradora y persona de la máxima confianza de Sánchez, había sido anunciada como número cuatro por la capital. Ahora –tal como adelantó el viernes por la tarde infoLibre– queda relegada a encabezar la lista por Guadalajara. La protagonista aceptó esa opción con un considerable enfado. Fuentes de la dirección del PSOE interpretaron el movimiento como una "humillación" para ella.

De acuerdo con el relato oficial del partido, el puesto que ocupará Rodríguez quedó libre tras la renuncia voluntaria de Pablo Bellido, exalcalde de Azuqueda de Henares (Guadalajara) imputado por un presunto delito de estafa a raíz de una denuncia del PP, referida a hechos supuestamente ocurridos durante su etapa como regidor. Bellido había presentado un recurso contra su imputación y este mismo viernes se le comunicó que el juzgado no lo aceptaba a trámite. Apenas comenzada la tarde, dijo no a ser número uno por su provincia. El hueco para Luz Rodríguez estaba servido y Lozano lograba un puesto de salida en Madrid, la lista con más peso.

Pese al enfado de buena parte de los cargos del PSOE, hay otro hecho clave: no es momento de divisiones internas a apenas dos meses para las generales. Si el partido recupera el poder tras el 20-D, la tensiones se relajarán. En caso contrario, se abrirá una crisis de final imprevisible. Pero lo que ahora toca es la imagen de unidad en público. Este mismo domingo, los socialistas relanzarán la carrera hacia la Moncloa con un gran acto en Madrid, donde Sanchez presentará a sus candidatos. La dirección del partido no confirmó a preguntas de este diario si Lozano acudirá o si, por el contrario, será presentada ante su nuevo público más adelante, cuando los ánimos estén más relajados.

La Comisión Federal de Listas también apartó de las candidaturas a Laura Seara, ex secretaria de Estado que fue propuesta por la agrupación de Ourense como número uno al Congreso. Seara fue una de las dirigentes que apoyó a Madina en las primarias en las que Pedro Sánchez accedió a la Secretaría General del PSOE. Tras conocer la decisión, Seara lamentó la decisión "unilateral" del líder del PSOE gallego, José Ramón Gómez Besteiro –próximo a Sánchez–, a quien atribuyó la responsabilidad de apartarla de las listas. Seara resumió que la Ejecutiva "llega al último regate" y "no respeta la voluntad" de las bases.

Interferencias de Ferraz

Todos los militantes y cargos son conscientes de que la lista por Madrid es la que mayor peso tiene. Las maniobras de la dirección federal en relación con esa candidatura, por tanto, se dan por descontadas. Lo que resulta complicado de digerir para muchos, explican fuentes de la dirección socialista, es que en lugar de incluirse nombres con "sutileza" se recurra a fichajes por todo lo alto y con cierto "espectáculo". Ocurrió ya con la excomandante del Ejército Zaida Cantera, que será la número seis por Madrid. Sucedió de nuevo este viernes con Irene Lozano. Ambas operaciones han sido pilotadas personalmente por Sánchez.

Muestra de las tensiones internas es la decisión del PSOE andaluz de no avalar la lista en la que fueron incluidas Lozano y Cantera. Juan Cornejo, secretario de Organización del PSOE-A y hombre de la máxima confianza de la secretaria general Susana Díaz, se ausentó de la votación de la lista por Madrid. Lo hizo, según explicó en declaraciones a infoLibre y a otros medios como la Cadena SER, porque "nunca va a votar en contra de una lista que encabeza su secretario general", pero tampoco está dispuesto a "avalar la candidatura de una señora que ha insultado a los andaluces [en referencia a Lozano], a los votantes del PSOE y a miles de socialistas honestos".

También verbalizó su crítica el presidente de Extremadura y líder del partido en esa comunidad, Guillermo Fernández Vara, quien defendió que "lo primero" que debe hacer la ex de UPyD es "pedir disculpas" a los socialistas a los que durante estos años ha ofendido con sus "generalizaciones". Lozano fue una de las máximas enemigas de PP y PSOE en la presente legislatura, una de las artífices de las críticas al "PPSOE", al bipartidismo "putrefacto y opaco", a los "viejos partidos" donde impera la "lealtad en sentido perruno" por encima de la "eficacia", a los "métodos mafiosos" del PSOE. La hemeroteca está plagada de ejemplos.

Hay más razones para el malestar. El primero es el agravio a Luz Rodríguez: conoció por la prensa el fichaje y su nuevo destino alejado de la capital le fue comunicado con pocas horas de antelación. Su trabajo como "colaboradora leal" de Sánchez se paga ahora con su salida de la candidatura más representativa para hacer hueco a alguien que ni siquiera milita en filas socialistas: Lozano irá como independiente. El segundo es el mal lugar en el que queda la organización madrileña, el PSOE-M de Sara Hernández, que ve cómo su lista aparece plagada de nombres ajenos a la federación

El precedente de Tomás Gómez

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La elaboración de las candidaturas de las municipales y autonómicas del 24 de mayo también dieron lugar a golpes de autoridad de Pedro Sánchez. En febrero, a tres meses de los comicios, fulminó a Tomás Gómez, entonces secretario general de los socialistas madrileños y candidato autonómico. Envuelto en la polémica del tranvía de Parla –de la que nada se ha vuelto a saber– y con unas expectativas electorales negativas, Gómez se vio relevado en cuestión de horas por una gestora liderada por Rafael Simancas. A Gómez lo sucedió como candidato Ángel Gabilondo, tras un procedimiento de designación exprés.

Todos los dirigentes consultados por este diario subrayan, sin embargo, que aquel episodio no es en absoluto comparable con el actual. Entre otras cosas, porque cuando Sánchez "decapitó" a Gómez era consciente de que sólo en Madrid sobrevivía un núcleo de tomasistas fielestomasistas. Así que Gómez, tras proclamar que acudiría a los tribunales para defender su cargo si era necesario, acabó por aceptar el fin de su carrera. Y más aún, porque el líder nacional del PSOE presentó un recambio de "garantías", un hombre de "prestigio" como Gabilondo que sorteó su paso por las urnas con un resultado digno en las autonómicas.

Ahora, en cambio, las tensiones desatadas por la operación Lozano tienen alcance nacional. "Ha insultado a todos", "ha creado la idea del PPSOE", son algunas de las frases que repiten cargos con asiento en la dirección federal. Por eso creen que es una apuesta más arriesgada y que puede entrañar mayor coste a nivel interno para Sánchez. El líder del PSOE, por su parte, sigue confiando en las bondades de su fichaje.

El PSOE aprueba este sábado sus listas para las elecciones generales del 20 de diciembre, y lo hace en un Comité Federal que se celebra en medio de un profundo malestar por la inclusión de la exdiputada de UPyD Irene Lozano en la candidatura por Madrid en calidad de independiente. Las quejas también vienen motivadas por la forma en la que se ha gestado el fichaje. Desde que se conoció la noticia en la noche del jueves, algunas declaraciones en público y casi todas las palabras en privado de dirigentes socialistas no dejan lugar a la duda: la maniobra del secretario general Pedro Sánchez no ha sentado bien entre sus filas.

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