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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Las opiniones de barones contrarios a una voz propia del PSC en el Congreso se multiplican

Los tiras y aflojas con el PSC vuelven a la primera línea del debate público del PSOE. La semana pasada, en Granada, quedó despejado uno de los frentes, el discurso político. Pero restaba fijar por escrito el nuevo modelo de relaciones con el PSOE. Los socialistas catalanes han reivindicado en los últimos meses tener voz propia en el Congreso. O sea, la opción de poder votar diferente en la Cámara baja para cuestiones que afecten a Cataluña, como de hecho hicieron en febrero, cuando respaldaron el derecho a decidir en contra de la directriz del PSOE. La sola posibilidad de que finalmente el nuevo protocolo refleje esa alternativa generó en la mañana de este sábado una catarata de reacciones a la contra, protagonizadas por varios barones y dirigentes del partido, como Guillermo Fernández Vara, Tomás Gómez, Emiliano García-Page, Mario Jiménez o Susana Díaz.

Todos ellos se expresaron a la entrada de la sede madrileña de Ferraz, minutos antes de que comenzara el Comité Federal. El máximo órgano entre congresos del PSOE arrancaba sin que se hubiese cerrado totalmente un texto. De hecho, durante toda la mañana se seguía negociando. Y la opción más encarrilada, según varias fuentes consultadas por este diario, era que se constituyera un comité de coordinación entre los dos partidos. "Para seguir hablando", según el resumen de uno de los presentes en la reunión. Sin embargo, nada era oficial por parte de la dirección federal ni por parte del PSC, precisamente para preservar la negociación sobre una cuestión "sensible". Pere Navarro, primer secretario de los socialistas catalanes, ni siquiera se refirió al asunto del protocolo durante su intervención ante el Comité, a puerta cerrada. Sí pidió a sus correligionarios que hagan "el esfuerzo" de transmitir la idea de que el PSC "no es un partido independentista". 

El más rotundo de todos los dirigentes interpelados fue el secretario general de los socialistas extremeños, Fernández Vara, y no sorprendió porque ha sido el que en este tiempo de tensiones más ha apostado por la ruptura con el PSC. Si sus compañeros catalanes piden votar de forma distinta en la Cámara baja, señaló, es porque, al contrario de lo que él creía, el PSC no representa al PSOE en Cataluña: "Si eso no es así, habrá que replantearse muchas más cosas". "Yo siempre me hago una pregunta: ¿el PSC representa al PSOE en Cataluña, sí o no? Si la respuesta fuera que sí, no tendría ningún sentido que se pudiera votar de forma diferente. Y si la respuesta que negativa, significa que aceptamos que el PSOE no existe en Cataluña y no estoy de acuerdo con eso", comentó a los periodistas. 

Mayor comprensión de Ximo Puig

Mario Jiménez, vicesecretario general del poderoso PSOE andaluz, defendió que haya un diálogo sin cortapisas con el PSC y que se respeten las particularidades de Cataluña. Eso sí, no se puede plantear "bajo ningún concepto una posición diferenciada entre los diputados del PSC y del PSOE", advirtió. Susana Díaz, consejera de Presidencia e Igualdad de la Junta y favorita en las primarias andaluzas, recorrió el mismo camino que su jefe de filas orgánico: no a que puedan votar diferente los socialistas catalanes, porque no pueden actuar "de manera independiente". 

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Emiliano García-Page, secretario general de los socialistas manchegos, esbozó un argumento similar. Los asuntos que afectan "al conjunto del pueblo español se deciden por el conjunto" y no se pueden decidir "de manera aislada". Dijo que él reclamaba el derecho a decidir para el PSC dentro del PSOE, pero "una vez decidido", una vez firmado un acuerdo, "el que decide es el PSOE". 

El madrileño Tomás Gómez sancionó su opinión con apenas una frase. Señaló primero (y no sin intención) que no tenía información oficial sobre el futuro protocolo, que sólo sabía aquello que había leído en los medios: "Y lo que he visto a mí no me gusta y no estoy de acuerdo"

El único barón que sí se mostró más comprensivo con el PSC fue el valenciano Ximo Puig: "Me parece bien que tras el acuerdo del Consejo Territorial se tomen decisiones desde una posición federal", adujo, sin extenderse demasiado en este punto. 

Los tiras y aflojas con el PSC vuelven a la primera línea del debate público del PSOE. La semana pasada, en Granada, quedó despejado uno de los frentes, el discurso político. Pero restaba fijar por escrito el nuevo modelo de relaciones con el PSOE. Los socialistas catalanes han reivindicado en los últimos meses tener voz propia en el Congreso. O sea, la opción de poder votar diferente en la Cámara baja para cuestiones que afecten a Cataluña, como de hecho hicieron en febrero, cuando respaldaron el derecho a decidir en contra de la directriz del PSOE. La sola posibilidad de que finalmente el nuevo protocolo refleje esa alternativa generó en la mañana de este sábado una catarata de reacciones a la contra, protagonizadas por varios barones y dirigentes del partido, como Guillermo Fernández Vara, Tomás Gómez, Emiliano García-Page, Mario Jiménez o Susana Díaz.

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