"España se está convirtiendo en el estercolero de Europa". Con estas palabras denuncia el partido animalista Pacma las consecuencias que están generando las granjas industriales a nivel medio ambiental. España "se ha convertido en la capital europea de la ganadería intensiva", alerta la formación, al tiempo que confronta la reiterada apertura de granjas industriales españolas con el creciente rechazo y consecutivo cierre en territorio europeo..
Los animalistas critican que España es "mucho más laxa a la hora de acoger proyectos que perjudiquen al medio ambiente", y como consecuencias se postula como el principal abastecedor para los países del entorno, siendo "el primer productor de cerdos de la Unión Europea, con 28 millones de animales cada año" y el tercero del mundo, únicamente por detrás de Estados Unidos y China.
Salud y medio ambiente
Las secuelas para el medio ambiente y la salud de las personas son, a juicio de los animalistas, imparables. El hacinamiento de estos animales provoca que tengan que ser tratados con grandes dosis de antibióticos, lo que repercute en la salud de los ciudadanos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido en varias ocasiones del peligro que supone para la salud el uso de antibióticos en granjas industriales. El organismo internacional ha subrayado la necesidad de frenar la tendencia que prevalece en las granjas por el uso de estos fármacos. Insta, por tanto, a "no utilizar antibióticos para promover el crecimiento ni para prevenir enfermedades" por parte del sector agrícola y ganadero, "utilizar alternativas" a los antibióticos, "fomentar y aplicar buenas prácticas en todos los eslabones de la producción de alimentos" y promover la "seguridad biológica en las granjas". Además, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también señaló en el año 2015 que el uso de antibióticos en la industria provoca el descenso en la efectividad de los tratamientos que reciben las personas.
El informe ¿Un país para cerdos?, publicado en marzo de este año por las organizaciones Food & Water Europe, Amigos de la Tierra, CECU y VSF Justica Alimentaria Global, sostiene que la industria cárnica española utiliza "419 miligramos de agentes antimicrobianos veterinarios por cada mil toneladas de carne, unas tres veces más que en Alemania".
España lidera, según la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), el consumo de antibióticos a nivel europeo. Ante tal coyuntura, Pacma alerta de que en territorio español mueren cada año 2.500 personas por la resistencia a este tipo de fármacos, según datos del Ministerio de Sanidad. Además, un informe del Gobierno británico afirma que en 2050 morirán más personas por bacterias mutadas e inmunes a cualquier antibiótico que por cáncer o por accidentes de tráfico.
Al uso indiscriminado de antibióticos se suma el impacto de los residuos que generan las granjas industriales. "Las enormes cantidades de purín –excrementos y orina– de los animales que se hacinan en granjas contaminan el aire y, sobre todo, los acuíferos", resalta Pacma, "hasta el punto de ser el primer contaminante mundial".
Ecologistas en Acción denunció en marzo de 2016 que "las granjas de cría intensiva de porcino equivalen a una colonización del territorio y como tal suelen dejar nulos o ínfimos beneficios en la zona a costa de fuertes impactos". El volumen de excrementos de un cerdo, continúan los ecologistas, "equivale al generado por tres personas", pero con la diferencia de que "las deyecciones de los cerdos no depuran, sino que se dispersan por los campos". Este volumen de residuos, censuran, "es inaceptable por los peligros de contaminación de acuíferos como consecuencia de la saturación de nitratos y otros componentes".
Las conclusiones de los ecologistas resultan similares a los resultados del informe ¿Un país para cerdos?, cuyos autores advierten de "una fuerte concentración de explotaciones en pocas manos", y denuncian la ausencia de responsabilidades ante los "graves impactos ambientales, sobre el suministro de agua potable y sobre las poblaciones cercanas". Además, continúa el documento, "los cerdos censados en España en 2015 produjeron casi 61 millones de metros cúbicos de purín, cantidad que llenaría 23 veces el estadio del Fútbol Club Barcelona".
Macroproyectos
Dicha concentración de explotaciones se sitúa principalmente en Cataluña, "el primer productor de carne de cerdo" a nivel europeo, según el Instituto de Estadísticas de Cataluña. La mayoría de los animales "son trasladados en camiones a mataderos de otros países", recalca Pacma, quien además recuerda que el Síndic de Greuges de Cataluña –Defensor del Pueblo– emitió un informe en 2016 donde reconocía "la grave problemática alrededor de la contaminación de las aguas, tanto superficiales como subterráneas, y sus terribles consecuencias para el medio ambiente y la salud".
Otro informe publicado en marzo de 2016, elaborado por la Agencia Catalana del Agua, alertaba del mal estado en un 41% de las masas de agua subterráneas en Cataluña, "fundamentales para el abastecimiento ciudadano". Además, "los datos de los análisis llevados a cabo por la Agencia de Salud Pública de Cataluña señalan que se han detectado 139 municipios con concentraciones elevadas de nitratos, en su mayoría procedentes del purín, en la red de abastecimiento de agua bebible".
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El partido animalista lamenta que, pese al preocupante ejemplo catalán, otras comunidades a nivel estatal "están dispuestas a seguir la estela". La formación denuncia que en territorios como Cuenca y Guadalajara "proliferan los casos de explotaciones intensivas de engorde de cerdos, que cuentan, además, con subvención de la Junta". Recuerda, asimismo, que en la localidad de Noviercas, en Soria, continúa "la polémica por la instalación de una macrogranja para 20.000 vacas", mientras que en Zamora "se ha pedido a Bruselas la catalogación de provincia indemne a la brucelosis para poder acoger todo tipo de proyectos relacionados con la ganadería intensiva".
Pacma señala, además, la macrogranja ubicada en Puebla Nueva (Toledo), que "supera en un 165% el tamaño de una explotación media y que alberga a 3.000 cerdos", mientras que en Pozoblanco (Córdoba) "se espera dar luz verde para un centro de tipificación de corderos que prevé albergar a 10.000 animales en seis naves".
Philip Lymbery, director ejecutivo de la organización internacional líder en el bienestar de los animales de granja, Compassion in World Farming (CIWF), ha recomendado a España que se aleje de la ganadería industrial, tal y como informó Europa Press el pasado mes de abril. El experto ha incidido en las granjas de pollos y cerdos, y ha reivindicado la importancia de detener proyectos como la macrogranja de vacas de Noviercas, porque este tipo de producción de carne barata resulta, a su entender, nociva para la salud y el medio ambiente.
"España se está convirtiendo en el estercolero de Europa". Con estas palabras denuncia el partido animalista Pacma las consecuencias que están generando las granjas industriales a nivel medio ambiental. España "se ha convertido en la capital europea de la ganadería intensiva", alerta la formación, al tiempo que confronta la reiterada apertura de granjas industriales españolas con el creciente rechazo y consecutivo cierre en territorio europeo..