El papa asegura que los culpables de los abusos serán llevados ante la justicia y se dejará de encubrir los casos

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El papa ha dictado ocho directrices para que la Iglesia Católica erradique los abusos sexuales, entre las que se encuentra la obligación de poner en práctica una "seriedad impecable" en la gestión de los abusos sexuales. "Deseo reiterar ahora que la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes", ha señalado. El pontífice ha puesto fin con un discurso a los cuatro días de debate histórico en el Vaticano, con la participación de los presidentes de las 114 Conferencias Episcopales de todo el mundo, junto a superiores de órdenes religiosas y otros expertos, para liquidar los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, según informa Europa Press. 

Con estos ocho parámetros Francisco persigue, según ha explicado, hacer frente al problema evitando los dos extremos de un "justicialismo" provocado por el sentido de culpa por los errores pasados y de la "presión del mundo". Al mismo tiempo pide, dejar de lado "todas las polémicas ideológicas y las políticas periodísticas" que a menudo "instrumentalizan, por intereses varios, los mismos dramas vividos por los pequeños". Por ello, ha subrayado que el objetivo de la Iglesia será "escuchar, tutelar, proteger y cuidar a los menores abusados, explotados y olvidados, allí donde se encuentren", aunque no ha enmarcado estos crímenes solo a un ámbito eclesiástico, sino que ha pedido la ayuda de "todas las autoridades y de todas las personas" para "extirpar de la faz de la tierra" estos crímenes "abominables".

"Ha llegado la hora de colaborar juntos para erradicar esta brutalidad del cuerpo de nuestra humanidad adoptando todas las medidas necesarias ya en vigor a nivel internacional y eclesial", ha dicho. Sin embargo, Francisco ha subrayado que si bien este es "un problema universal y transversal que desgraciadamente se verifica en casi todas partes, eso no "disminuye su monstruosidad dentro de la Iglesia". "La inhumanidad del fenómeno a escala mundial es todavía más grave y más escandalosa en la Iglesia, porque contrasta con su autoridad moral y su credibilidad ética. El consagrado, elegido por Dios para guiar las almas a la salvación, se deja subyugar por su fragilidad humana, o por su enfermedad, convirtiéndose en instrumento de satanás", ha asegurado.

Las ocho directrices

Para elaborar las estrategias para erradicar la pederastia en la Iglesia, el Pontífice se ha basado en el compendio de reglas de las 'Best Practices' formuladas bajo la dirección de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en las fórmulas que se han puesta sobre la mesa en este encuentro y las guías elaboradas por la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores.

Además de la gestión impecable de los casos de abusos, que aparece como segunda directriz, el papa propone, en primer lugar, centrarse en el objetivo principal de proteger a los menores e impedir que sean víctimas de cualquier abuso psicológico y físico. Para llevarlo, ha pedido un cambio de mentalidad que combata "la actitud defensiva-reaccionaria de salvaguardar la Institución, en beneficio de una búsqueda sincera y decisiva del bien de la comunidad, dando prioridad a las víctimas de los abusos en todos los sentidos".

En tercer lugar, reivindica la necesidad de una "verdadera purificación" porque, según ha señalado, a pesar de las medidas adoptadas y los progresos realizados en materia de prevención de los abusos, se necesita imponer un "renovado y perenne empeño hacia la santidad en los pastores". A este respecto, ha dicho que acusarse a sí mismo es un "inicio sapiencial" frente acusar a los otros, que es un "paso hacia la excusa que nos separa de la realidad".

El cuarto punto considera que será decisivo en la lucha contra los abusos "excluir a las personas problemáticas" de la selección y de la formación de los candidatos al sacerdocio. En quinto lugar, ha llamado a "reforzar y verificar las directrices de las Conferencias Episcopales" reafirmando la unidad de los obispos en la aplicación de parámetros par que ningún abuso sea nunca más "encubierto ni infravalorado".

La sexta directriz obliga a la Iglesia a acompañar a las víctimas de abusos ofreciéndoles todo el apoyo necesario y valiéndose de expertos en esta materia.

En séptimo lugar, el Pontífice ha hecho referencia a la importancia de proteger a los menores debe de las nuevas formas de abuso sexual en la red. "Es necesario oponernos absolutamente, con la mayor decisión, a estas abominaciones, vigilar y luchar para que el crecimiento de los pequeños no se turbe o se altere por su acceso incontrolado a la pornografía, que dejará profundos signos negativos en su mente y en su alma", ha aseverado. El octavo punto, llama a combatir el turismo sexual con "acción represiva judicial, pero también el apoyo y proyectos de reinserción de las víctimas de dicho fenómeno criminal". "Las comunidades eclesiales están llamadas a reforzar la atención pastoral a las personas explotadas por el turismo sexual", ha referido. A este respecto ha indicado que entre los más vulnerables son ciertamente las mujeres y los niños.

El papa ha comenzado su alocución citando estudios y estadísticas disponibles sobre los abusos sexuales a menores, publicadas por varias organizaciones como la OMS, Unicef, Interpol o Europol y ha llamado la atención sobre el peligro de subestimar la verdadera entidad de este crimen, "principalmente porque muchos casos de abusos sexuales a menores no son denunciados, en particular aquellos numerosísimos que se cometen en el ámbito familiar". Así, ha asegurado de detrás de la reticencia a no denunciar puede estar "la vergüenza, la confusión, el miedo a la venganza, los sentimientos de culpa, la desconfianza en las instituciones, los condicionamientos culturales y sociales, pero también la desinformación sobre los servicios y las estructuras que pueden ayudar". El pontífice ha lamentado de algunos casos acaben en suicidio o a veces a vengándose haciendo lo mismo.

Evitar los "horrores del pasado"

"Haremos todo lo posible para hacer justicia y sanar a los supervivientes de abusos; los escucharemos, les creeremos y caminaremos con ellos; nos aseguraremos de que los que han abusado nunca más puedan ofender; pediremos cuentas a los que han ocultado abusos", ha asegurado el Presidente de la Conferencia Episcopal de Australia, el arzobispo de Brisbane, Mark Benedict Coleridge, en una misa en la que los participantes de la cumbre antipederastia se han comprometido a llevar a cabo una "verdadera conversión" para afrontar los abusos.

Para ello, como ha explicado, fortalecerán los procesos de reclutamiento y formación de líderes de la Iglesia y educarán a todo el "pueblo" católico en lo que la protección requiere. Este domingo concluye la cita histórica que desde el pasado jueves reúne en el Vaticano los responsables de las 114 Conferencias Episcopales de todo el mundo, así como superiores de órdenes y consagrados en torno a los temas de la responsabilidad de los obispos, la rendición de cuentas y la transparencia al tratar la crisis de los abusos.

Coleridge ha reconocido que poner en práctica todo esto "toma tiempo" pero ha asegurado que los líderes eclesiales no tienen "un para siempre" y no se atreverán "a fracasar". "No actuaremos solos, sino que trabajaremos con todos los interesados por el bien de los jóvenes y los vulnerables; seguiremos profundizando nuestra comprensión del abuso y sus efectos, de por qué ha ocurrido en la Iglesia y de lo que se debe hacer para erradicarlo", ha agregado.

En la homilía que ha pronunciado ante todos los asistentes, en Sala Regia del Palacio Apostólico, donde este sábado entonaron el mea culpa en una liturgia penitencial, ha reprochado que a veces se haya visto a las víctimas y a los supervivientes como "el enemigo". Así, ha dicho que los enemigos no son aquellos que han "desafiado a la Iglesia" a ver el abuso y su ocultación por lo que "realmente son" o las víctimas y supervivientes que han llevado a la "dolorosa verdad" de contar sus historias con tanto coraje. "Hemos sido nuestro peor enemigo", ha sentenciado.

"No queremos impunes"

En este sentido, ha reconocido que la Iglesia ha preferido a veces la "indiferencia" del hombre de la tierra y el deseo de proteger la reputación de la Iglesia e incluso la propia. "Hemos mostrado muy poca misericordia, y por lo tanto recibiremos la misma, porque la medida que demos será la medida que recibamos a cambio. No quedaremos impunes, como dice David, y ya hemos conocido el castigo", ha avisado. Asimismo, ha reconocido que en muchas ocasiones, "el poder" que otorga que "los consagrados del Señor" que han sido puestos en sus manos por el mismo Señor ha sido usado "no para crear sino para destruir, e incluso al final para matar". "En el abuso sexual, los poderosos ponen las manos sobre los consagrados del Señor, incluso los más débiles y vulnerables", ha afirmado.

Por ello, ha llamado a realizar una "verdadera conversión" más allá de la "mera administración" que deja intacto el corazón de la crisis del abuso. De este modo, ha asegurado que esta es "la verdadera revolución y la gran gracia que puede abrir a la Iglesia a un nuevo tiempo de misión". "Solo esta conversión permitirá ver que las heridas de los que han sido maltratados son nuestras heridas, que su destino es el nuestro, que no son nuestros enemigos, sino hueso de nuestros huesos, carne de nuestra carne. Ellos son nosotros, y nosotros somos ellos", ha concluido.

"Bofetada a las víctimas"

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Miguel Hurtado, primera víctima que denunció abusos sexuales cometidos por el monje de Montserrat Andreu Soler, considera que las conclusiones del papa tras la cumbre vaticana sobre pederastia son una "bofetada a todas las víctimas" que estos días han convocado protestas en toda Roma para exigir 'tolerancia 0'. "Se ha pasado la mitad del discurso hablando de los abusos fuera de la Iglesia. Y nosotros hemos sido abusados dentro de la iglesia (...) nos gustaría que nos diera una explicación sobre qué va a hacer con nuestros abusos", ha señalado en declaraciones a Europa Press.

A su juicio, el pontífice ha intentado "externalizar el problema" diciendo que la lacra de la pederastia es la "acción del diablo". "Pero no, han sido los obispos, abades, sacerdotes y cardenales quienes siguiendo las directrices del Vaticano han encubierto durante décadas delitos gravísimos de pederastia", ha dicho. Así, ha asegurado que hay un informe de la ONU de 2014 con medidas de acciones específicas que tiene que tomar la iglesia y que no han sido incluido en las propuestas del Pontífice. "Son un plan de acción global, no un plan de oración que es lo que propone el Papa. Medidas como entregar los archivos de la perversión a las autoridades civiles, denunciar todos los casos de pederastia a la policía y entregar a sacerdotes y obispo encubridores", ha subrayado.

"El papa no ha aceptado estas propuestas y por eso está en una situación de crisis global", ha concluido. Hurtado ha viajado al Vaticano para estar presente en la cumbre de la Iglesia Católica para tratar los abusos sexuales en el seno de la Iglesia. El pasado miércoles se reunión con los organizadores de la cumbre junto con una docena de afectados de todo el mundo, aunque no ha participado directamente en el encuentro.

El papa ha dictado ocho directrices para que la Iglesia Católica erradique los abusos sexuales, entre las que se encuentra la obligación de poner en práctica una "seriedad impecable" en la gestión de los abusos sexuales. "Deseo reiterar ahora que la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes", ha señalado. El pontífice ha puesto fin con un discurso a los cuatro días de debate histórico en el Vaticano, con la participación de los presidentes de las 114 Conferencias Episcopales de todo el mundo, junto a superiores de órdenes religiosas y otros expertos, para liquidar los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, según informa Europa Press. 

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