Seis años después del inicio de la guerra de Siria, España defiende una "solución política creíble" como única vía para garantizar la paz y estabilidad del país. No obstante, apoya las acciones de la OTAN con una batería de misiles de defensa antiaérea desplegados en la frontera de Turquía. En septiembre del 2014, una coalición internacional liderada por EEUU empezó a bombardear al autodenominado Estado Islámico en suelo sirio. Francia inició los ataques en septiembre del 2015 y el Reino Unido, en diciembre.
España no está sobre el terreno, pero participa en apoyo de Turquía desde enero de 2015, cuando relevó a Holanda en la defensa de la ciudad de Adana, donde viven más de dos millones de personas. Su actuación se enmarca dentro de la operación Active Fence de la OTAN Active Fence, que protege a Turquía de posibles ataques con misiles balísticos procedentes de la vecina Siria.
En total, están allí desplegados 149 militares del Ejército español con una batería de misiles Patriot instalados en la base turca de Incirlik. Se trata de seis lanzadores, un radar y una planta de energía que operan durante las 24 horas del día.
El sistema es coordinado desde Ramstein (Alemania) por el mando aliado de las fuerzas aéreas de la OTAN (Aircom), que centraliza la información recogida por los diversos radares civiles y militares. El Ministerio de Defensa explica que la misión es puramente defensiva y, según la OTAN, "prueba la solidaridad entre los aliados y un ejemplo la defensa colectiva considerada piedra angular de la organización".
Pero el papel de España en este conflicto ha vuelto a ser objeto de debate tras el ataque la pasada semana de Estados Unidos a una base aérea del Gobierno de Bashar al Asad, ya que los dos destructores de la Armada norteamericana que participaron en el ataque tienen base en Rota (Cádiz).
El USS Porter y el USS Ross, que lanzaron 59 misiles Tomahawk, tienen su base en el puerto gaditano como parte de la fuerza naval del escudo antimisiles de EEUU. Sin embargo, el acuerdo entre Estados Unidos y España permite que, además de esta función, obedezcan a las necesidades de su gobierno, según han explicado a Europa Press fuentes del Ministerio de Defensa.
El mismo día del ataque estadounidense, el Gobierno de Mariano Rajoy defendió que la Administración de Donald Trump había actuado de forma "proporcionada" en respuesta al ataque químico producido días antes y apeló a que se ponga en marcha un proceso de transición política en Siria que lleve la paz a este país.
Además, los países del sur de Europa coincidieron en calificar de "comprensible" el primer ataque directo de Estados Unidos en Siria, pero subrayaron que la solución a la guerra en este país, que ha entrado ya en su séptimo año, no será militar, sino que se requiere una "solución política".
Así quedó plasmado en la resolución final de la III Cumbre de Países del Sur, un encuentro informal que acoge a los jefes de Estado o de Gobierno de España, Francia, Italia, Portugal, Grecia, Chipre y Malta y que se reunió este lunes en Madrid.
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Sin embargo, la participación española generó debate entre las fuerzas políticas y Unidos Podemos ya pidió que la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, acuda al Congreso para aclarar si conocía el alcance del ataque estadounidense.
El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, explicó que ese mismo día que el secretario de Estado de Defensa, James Mattis, había informado antes del ataque al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Y además los embajadores de Estados Unidos advirtieron a nivel bilateral a los países que están sobre el terreno en Siria.
Posteriormente, la administración de Donald Trump envió una carta a todos los aliados de la OTAN, incluida España explicando el alcance de la ofensiva.
Seis años después del inicio de la guerra de Siria, España defiende una "solución política creíble" como única vía para garantizar la paz y estabilidad del país. No obstante, apoya las acciones de la OTAN con una batería de misiles de defensa antiaérea desplegados en la frontera de Turquía. En septiembre del 2014, una coalición internacional liderada por EEUU empezó a bombardear al autodenominado Estado Islámico en suelo sirio. Francia inició los ataques en septiembre del 2015 y el Reino Unido, en diciembre.