Las elecciones municipales libradas este 26M han tenido efectos claramente positivos para los partidos soberanistas en Cataluña. La victoria del ERC en Barcelona refleja un paisaje que se reproduce de forma general en suelo catalán.
Aunque las listas de Ada Colau y Ernest Maragall consiguieron un empate en el número de escaños (diez), los independentistas se hicieron este domingo con la victoria en número de votos (160.990). Y aunque el éxito de ERC no lo comparten los demás partidos soberanistas –que pierden representación en la capital catalana–, la suma con Junts per Catalunya y la CUP supone una mejora del independentismo en Barcelona, si bien lejos de mayorías. Algo similar ha ocurrido en la Diputación de Barcelona, donde Junts per Catalunya pierde la presidencia pero su compañero de viaje, ERC, logra un empate con PSC al cosechar 16 diputados.
Y aunque Barcelona, con la salida de Ada Colau en el centro, ha concentrado todas las miradas, la situación de los partidos soberanistas es similar en toda la comunidad. Igual que en otras partes del mapa. El nacionalismo y el independentismo gana también terreno, respecto a las elecciones municipales de hace cuatro años, en Euskadi. Por el contrario, Navarra registra una sutil mejora del bloque independentista que sin embargo es superada por el avance de las fuerzas constitucionalistas.
Cataluña: ERC gana terreno
El bloque soberanista en Cataluña, compuesto esencialmente por ERC, Junts per Catalunya y la CUP, ha ido ganando espacio en los últimos cuatro años. La suma del número de votos de los tres partidos en toda la comunidad fue tras las elecciones municipales pasadas 1.403.744. Esta vez, el independentismo ha logrado arañar 1.478.582 papeletas. Es decir, ha conseguido crecer en casi 75.000 votos.
Un voto que se concentra de forma acusada en las pequeñas y medianas ciudades, aquellas con una población inferior a los cien mil habitantes. En estas zonas, el soberanismo se hace con 995.159 sufragios, un total de 50.998 más que en los comicios anteriores. Por el contrario, en las grandes ciudades –Barcelona, Badalona, Reus, Mataró, Sabadell, Hospitalet de Llobregat, Terrassa, Lleida, Tarragona y Santa Coloma de Gramanet–, el independentismo convence a un total de 483.423 electores, 23.840 más que hace cuatro años.
Dentro del bloque independentista, es el progreso de ERC el que destaca por encima de los demás partidos. De esta manera, los republicanos ganan en Cataluña 313.191 votos respecto a los comicios pasados. Por el contrario, Junts per Cataluña pierde 125.927 y la CUP se deja un total de 113.026 en toda la comunidad.
En el extremo opuesto, el bloque unionista compuesto por PSC, PP y Ciudadanos también experimenta una mejora reseñable: pasa de 972.817 votos en todo el territorio catalán tras las elecciones de 2015, a superar la frontera del millón, con un total de 1.051.835 después de los comicios de este domingo. Sus mejores resultados los obtiene en las grandes ciudades, con 587.481 sufragios –109.482 más que hace cuatro años–. Por el contrario, en las zonas más pequeñas de la comunidad el citado bloque pierde fuerza: pasa de 494.818 votos en 2015 a los 464.354 actuales.
En ese sentido, la única formación que gana impulso en Cataluña es el PSC: a nivel global, gana 236.143 votos en toda Cataluña. Una realidad que no experimenta la derecha de Ciudadanos y el PP. Los primeros pierden 51.920 sufragios y los conservadores se dejan 105.205 votos durante estos cuatro años.
En cuanto a las mayorías, es ERC quien de forma más acusada mejora resultados en las municipales de este domingo. Los soberanistas lograron este 26M un total de 257 mayorías absolutas y 85 relativas en la comunidad, por encima de las 188 absolutas y 53 relativas que había sumado en 2015. La CUP también sale ganando este año: consigue doce absolutas y cuatro relativas, lo que supone una sutil mejora respecto a 2015, cuando sumó diez absolutas y cuatro relativas. Es Junts per Catalunya, que en los anteriores comicios se presentó como CiU, quien pierde terreno. Logra 305 mayorías absolutas y 75 relativas. En 2015, los independentistas se habían hecho con 349 mayorías absolutas y 96 relativas.
El PSC es el otro actor –esta vez del bloque de los unionistas– que en Cataluña consigue un número reseñable de mayorías: obtiene 53 absolutas, frente a las 40 de 2015, y un total de 66 relativas, un resultado ligeramente inferior a las 68 de los pasados comicios municipales.
De las diez grandes ciudades, dos presentan mayorías absolutas: Hospitalet de Llobregat, donde el PSC se hace con 14 escaños de un total de 27; y Santa Coloma de Gramanet, donde también los socialistas concentran una rotunda mayoría de 17 asientos de un total de 27.
Euskadi: aumento de EH Bildu y el PNV
La victoria del soberanismo vasco es también una realidad en el contexto municipal del territorio. La suma entre PNV y EH Bildu se ha hecho en la comunidad con 687.940 votos, exactamente 73.129 más que los depositados por los electores en los comicios de 2015. La mayor parte del voto a ambas formaciones se concentra también en las ciudades medianas y pequeñas, donde tanto el PNV como EH Bildu han logrado este domingo 459.352 votos, 42.912 por encima de la cifra registrada hace cuatro años.
En las ciudades con una población superior a los cien mil habitantes –Vitoria, Donostia, Barakaldo y Bilbao–, el voto soberanista fue la opción escogida por 228.588 votantes, frente a los 198.371 que se habían decantado por esa alternativa en 2015.
Por partidos, el PNV engrosa sus resultados en 48.123 votos en toda la comunidad, mientras que EH Bildu lo hace en 25.006, respecto a los anteriores comicios.
En el lado contrario, el bloque constitucionalista, representado en esta ocasión por PP y PSE, mejoraría resultados pero de forma mucho menos acusada y gracias al avance de los socialistas. De esta manera, la suma de ambos partidos cosecha en Euskadi un total de 247.681 votos, apenas 1.275 más que en los anteriores comicios. El voto unionista también es mayor en las grandes ciudades, aunque ha perdido fuelle en los últimos cuatro años. Así, el bloque logra 135.567 votos en las ciudades de más de cien mil habitantes, 3.062 menos que en 2015. Por el contrario, en las ciudades más pequeñas ambas formaciones suman 112.114 votos, 4.337 más respecto a 2015.
De las dos fuerzas, es el PSE quien logra una mejora global en el País Vasco: gana 27.811 en todo el territorio. El PP, por su parte, experimenta una pérdida casi equivalente: se deja 26.536 votos en estas elecciones municipales.
En el caso de Euskadi, las mayorías tanto absolutas como relativas son protagonizadas de forma abrumadora por los dos partidos soberanistas. Y los resultados en ese sentido son mejores respecto a cuatro años atrás. Hoy, el PNV ha conseguido 81 mayorías absolutas y 34 relativas. En 2015, se había hecho con 34 y 47, respectivamente. La victoria es también evidente para EH Bildu, que ha sumado 72 mayorías absolutas y 17 relativas, frente a las 66 y 12 alcanzadas hace cuatro años. Por detrás de ellos, la diferencia es abismal. El PSE se hace con tres mayorías absolutas y seis relativas, mientras que el PP logra dos y dos. Ninguna de las grandes urbes registra una mayoría absoluta, aunque el PNV se queda muy cerca en Bilbao con 14 de los 29 escaños que se disputan.
Navarra como excepción
En Navarra el bloque soberanista –EH Bildu y Geroa Bai– consigue mejorar resultados respecto a 2015. No obstante, el ascenso no sólo es menos acusado que el de sus contrincantes unionistas –UPN, PP, Ciudadanos y PSOE–, sino que la panorámica general muestra mejores cifras para los constitucionalistas.
De esta manera, la suma entre EH Bildu y Geroa Bai logra 87.692 votos soberanistas en toda Navarra, lo que se traduce en 3.765 papeletas más que hace cuatro años. Los mejores resultados los obtiene en las ciudades pequeñas y medianas, donde alcanza 52.595 apoyos, un total de 1.786 más que en 2015. En Pamplona, ambos partidos suman 35.097 este domingo, frente a las 33.118 que habían alcanzado anteriormente.
El sutil aumento del bloque viene impulsado en esencia por EH Bildu, que gana un total de 12.839 en la comunidad. Por contra, Geroa Bai pierde 9.074 votos, restando peso de esta forma a las fuerzas de tendencia soberanista.
Al contrario que en Euskadi y Cataluña, las opciones unionistas son escogidas en mayor medida por los electores navarros. Y este años ha sido así de forma más acusada. La suma entre UPN, PP y Ciudadanos, que se presentaron esta vez bajo la coalición Navarra Suma, ha beneficiado de forma evidente a las tres formaciones. El bloque compuesto por Navarra Suma y el PSOE se ha hecho con 162.680 apoyos en la comunidad, 34.903 papeletas más que en 2015. Y su mayor victoria se labra en las pequeñas ciudades, donde alberga 101.620 votos frente a los 81.482 conseguidos hace cuatro años. En Pamplona, el bloque constitucionalista se hace con 61.060 sufragios, 14.765 más que en 2015.
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El mayor ascenso lo experimentan en este escenario las fuerzas conservadoras: su unión bajo la marca Navarra Suma les ha permitido obtener 20.084 votos más que en 2015. Por otro lado, el PSOE ha logrado conquistar a 14.819 electores más en toda la comunidad.
En cuanto a las mayorías, las elecciones municipales de este domingo se han clausurado con 28 mayorías absolutas para EH Bildu, por encima de las 25 de 2015, y otras nueve relativas, las mismas que hace cuatro años. Por detrás, Navarra Suma consigue 16 mayorías absolutas y trece relativas, un ligero descenso respecto a las 17 absolutas y las 16 relativas que había obtenido en 2015 el conjunto de PP, UPN y Ciudadanos. Los socialistas también descienden: se hacen con catorce absolutas y tres relativas, una menos, en ambos casos, que las sumadas hace cuatro años. Geroa Bai es quien se queda a la cola con dos absolutas y ninguna relativa. En 2015, la coalición se había hecho con tres absolutas y una relativa.
En Pamplona, ningún partido consigue arañar la mayoría absoluta, aunque Navarra Suma la roza. La formación consigue trece escaños de un total de 27, gracias al apoyo del 40,58% del electorado.
Las elecciones municipales libradas este 26M han tenido efectos claramente positivos para los partidos soberanistas en Cataluña. La victoria del ERC en Barcelona refleja un paisaje que se reproduce de forma general en suelo catalán.