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Pedro Sánchez destaca la “decencia” de todos los candidatos y Susana Díaz calla sobre la ‘operación Lozano’

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Ibon Uría

El PSOE aprobó este sábado sus listas electorales en un Comité Federal que se celebró en un ambiente de malestar por la incorporación como número cuatro por Madrid de la hasta este viernes diputada de UPyD, Irene Lozano. La proximidad de las elecciones generales de diciembre aconsejó, sin embargo, una actitud prudente de los dirigentes regionales en sus declaraciones y motivó el apoyo casi unánime a las candidaturas en la votación que se celebró a mano alzada: hubo únicamente tres votos en contra –de miembros de Izquierda Socialista– y seis abstenciones. 

En su discurso inicial, que pudo seguirse en abierto, el secretario general y candidato a la Moncloa, Pedro Sánchez, destacó la "decencia" y "honradez" de todos los miembros de las listas y dio la bienvenida a todos los candidatos, tanto a los que repiten como a los que se incorporan "por primera vez, venidos de dentro y de fuera" de las filas socialistas. Esa fue la alusión más clara a su última apuesta personal. La principal damnificada de esa maniobra, la secretaria de Empleo Luz Rodríguez –ahora desplazada a la lista por Guadalajara– no acudió a la reunión.

Sánchez comenzó su intervención cuando la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, aún no había llegado. Díaz arribó con una hora de retraso, cuando el secretario general del partido llevaba ya 10 minutos dirigiéndose al auditorio. La dirigente andaluza entró en la sala sin hacer ninguna declaración. A la salida, y pese a la insistencia de los periodistas, también esquivó los micrófonos y evitó así avalar el polémico fichaje de Sánchez

Este viernes, el secretario de Organización de la federación andaluza, Juan Cornejo, hombre de la máxima confianza de la líder del partido en esa Comunidad, se ausentó de la votación de la lista por Madrid en la Comisión Federal de Listas celebrada en Ferraz. Lo hizo, según explicó posteriormente, porque no quería votar contra la candidatura que encabeza el secretario general del partido, pero tampoco quería respaldar bajo ningún concepto a una persona, Irene Lozano, que a su juicio insultó en el pasado tanto a los andaluces como a los militantes socialistas.

Pedro Sánchez manifestó en su alocución que el partido está "unido" de cara a las generales y que el PSOE tiene la "experiencia" y el equipo "renovado"PSOE que hacen falta para responder a las demandas de la sociedad. "Nos mueve el hambre de cambiar las cosas", proclamó, "y la lealtad a nuestra historia nos hace reconocibles". Para Sánchez "es hora de que España rompa amarras con la inercia conservadora" y se abra una nueva etapa pilotada por los socialistas, a quienes presentó como la "única alternativa" a la derecha.

"Transformamos España dos veces, y lo volveremos a hacer una tercera", aseguró el líder del partido, quien prometió "estabilidad" y un "cambio seguro" y "coherente" con los valores del partido. Y minutos después, ya a puerta cerrada y quizá consciente del rechazo que ha suscitado su fichaje estrella, Irene Lozano, aseguró que "el PSOE no es sólo patrimonio de sus militantes", sino que lo es "de toda la ciudadanía progresista", y llamo a la unidad interna: "Hagamos todos un  esfuerzo para cambiar el país y ganar las elecciones", pidió.

Voto de confianza

A su llegada, los diferentes barones socialistas escenificaron un cierre de filas. El líder de la federación de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, quien este viernes pidió a Lozano que pidiera perdón por sus críticas al PSOE en el pasado, dijo que la fuerza de los socialistas no depende de sus "dirigentes" ni "fichajes", pero destacó que el secretario general tiene "todo el derecho" a incorporarla y que "lo ha hecho pensando en el bien del partido" y en obtener el mejor resultado electoral posible. Fernández Vara confirmó su apoyo "sin dudas" a las listas, si bien consideró que sería "buena" esa disculpa de Lozano.

El castellanomanchego Emiliano García-Page, por su parte, destacó la "vocación mayoritaria" y de "inclusión" del proyecto del PSOE, y resaltó que el secretario general Pedro Sánchez tiene "un voto de confianza" para ser el próximo presidente de Gobierno y también para confeccionar las listas. Page llamó a hablar de "los problemas de la gente" y no de cuestiones internas, aunque admitió que "seguramente para mucha gente" están "muy vivas" algunas críticas del pasado que "pueden provocar un sarpullido". Este sábado dijo que Lozano no tiene que pedir disculpas, pero sí le pidió que "cuente" lo que ahora "ve en el PSOE". "Estoy convencido de que al final nos va a valer a todos que incorpore una visión distinta. Es alguien que se ha convencido por dentro, no hay que sacar las cosas de contexto", zanjó.

En la misma línea, el valenciano Ximo Puig consideró que "hay que visualizar que lo que se dijo en el pasado" puede ser "no pertinente", pero subrayó que "cualquier gesto de apertura es positivo" para el partido y que si Irene Lozano se ha incorporado a las listas socialistas es porque piensa que "el PSOE ha cambiado" y ya no merece esas críticas que le hizo.

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La secretaria general del PSOE madrileño, Sara Hernández, puso en valor la "coordinación" que a su juicio ha existido entre Ferraz y la federación madrileña a la hora de elaborar las listas, y calificó la candidatura por la capital de la "lista de la convivencia". Sobre Lozano, ensalzó su "valía como diputada" y presentó su fichaje como una prueba del carácter "ilusionante" del proyecto socialista. Ya a puerta cerrada, Sánchez agradeció a la federación madrileña su "generosidad" a la hora de "abrir las puertas del partido" a independientes, como la excomandante y número seis Zaida Cantera o la propia Irene Lozano, que se incorpora como tal.

La única voz discordante a su llegada fue la del exsecretario general del PSM, Tomás Gómez, a quien Sánchez fulminó en febrero, a escasos tres meses de las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Gómez tachó la incorporación de Lozano de "ocurrencia" y destacó que se produjo a apenas "unas horas" de la producción definitiva de las candidaturas. Agregó que, de haber seguido él al frente de la federación madrileña del partido, hubiera habido una "pelea muy seria" a raíz de a incorporación de la exdiputada magenta, quien "sin duda" tendría que pedir perdón por sus críticas al PSOE en el pasado.

Salvo los matices en torno a la incorporación de Lozano y pese al silencio absoluto de la federación andaluza, la más importante en el seno del PSOE, el Comité Federal de este sábado no deparó grandes sorpresas. Según informó el partido, en la reunión hubo diez peticiones de palabras, la mitad de lo que viene siendo habitual. Entre ellas, ningún presidente autonómico y sólo cuatro barones: los del PSC, Miquel Iceta; el PSE, Idoia Mendia; el PSOE de Madrid, Sara Hernández; y el de Castilla y León, Luis Tudanca.

El PSOE aprobó este sábado sus listas electorales en un Comité Federal que se celebró en un ambiente de malestar por la incorporación como número cuatro por Madrid de la hasta este viernes diputada de UPyD, Irene Lozano. La proximidad de las elecciones generales de diciembre aconsejó, sin embargo, una actitud prudente de los dirigentes regionales en sus declaraciones y motivó el apoyo casi unánime a las candidaturas en la votación que se celebró a mano alzada: hubo únicamente tres votos en contra –de miembros de Izquierda Socialista– y seis abstenciones. 

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