El pesimismo se instala en el PP

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La noche electoral del 20-D, cuando la dirección nacional del Partido Popular vio que las cuentas para que gobernara Mariano Rajoy no salían, los conservadores asumieron que lo que les venía a partir de ese momento no iba a ser nada fácil. Y ahora, con el paso de los días, lo empiezan a interiorizar. La sensación que traslada un Gobierno en funciones con la capacidad de actuar muy limitada y un partido a la espera de que se resuelva el panorama ha sumido al partido en el pesimismo. "Estamos haciéndonos a la realidad", subraya un dirigente nacional.

Después de una legislatura en la que el PP no ha tenido un sólo problema para aprobar iniciativas legislativas, algunas de forma unilateral, gracias a su más que sobrada mayoría absoluta, los conservadores ven ahora cómo no tienen la llave para nada. Y cómo dependen de las decisiones que tomen el PSOE y Ciudadanos para que Mariano Rajoy pueda revalidar un nuevo mandato en la Moncloa.

Y aunque en público aseguran que la peor opción sería la convocatoria de elecciones,  en privado admiten que el panorama es tan complejo, con el PSOE cerrado en banda a cualquier tipo de pacto con ellos, que no es un escenario que haya que descartar para nada. 

El grueso de los dirigentes del PP consultados por infoLibre consideran que ante unos nuevos comicios no serían ellos los que saldrían peor parados, pero subrayan que todo desgasta y que cabe la posibilidad de que aumente la abstención y el nuevo resultado sea igual de poco concluyente. "En todo caso, si tienen que volver a celebrarse elecciones generales de nuevo, no va a ser por nosotros", señala un miembro del Comité Ejecutivo Nacional tirando del que va a ser uno de los argumentarios claves del PP para las próximas semanas.

Reactivar el partido

Consciente de esta sensación de pesimismo y para frenar la imagen de un partido paralizado, el Comité de Dirección de este lunes decidió que en los próximos días el partido, seguramente con la presencia de Rajoy, la agenda de la denominada "ruta social" para los próximos meses. El encargado de este área es el vicesecretario de Sectorial, Javier Maroto

Ya en las semanas previas a las elecciones generales, Maroto mantuvo reuniones con diferentes sectores sociales encaminadas a que se hiciesen aportaciones al programa electoral. El PP no quiere que esto se frene en un momento en el que gran parte del debate político va a estar, además de en las medidas económicas, en las sociales.

¿Preparando la campaña?

Paralelamente, los miembros de la dirección nacional del partido continuarán en los próximos días asistiendo a juntas directivas regionales y provinciales por toda España. La intención es insuflar ánimo a los cargos del partido y reactivar la maquinaria tras la campaña electoral. También Mariano Rajoy pretende, sobre todo los fines de semana, mantener encuentros con dirigentes y militantes de su formación, como ocurrió este sábado en Zamora. 

En el PP niegan que este tipo de actos de partido puedan ser considerados como actos de precampaña a la espera de lo que podría estar por llegar. Se trata, insisten, de mantener activo al partido. La decisión de Mariano Rajoy de no convocar el congreso nacional del partido hasta que haya nuevo Gobierno en España ha dejado paralizados también los congresos regionales y provinciales paralizados. Salvo cambios de última hora, esta semana se celebrarán 13 de estos encuentros.

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El trabajo en el Congreso

En la misma línea de no aparecer como un partido que no reacciona, este mismo lunes Rajoy dio órdenes al Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados de trabajar en una iniciativa, en una proposición no de ley, que en el supuesto de debatirse, si se celebra Pleno, obligaría a PSOE y Podemos a pronunciarse sobre un escenario de independencia en Cataluña. 

En un primer momento, la reacción del PP ante PSOE, Podemos y Ciudadanos, que la semana pasada avanzaron cuáles iban a ser sus primeras iniciativas en las Cámaras, fue la de subrayar que no son partidarios de que la Cámara baja trabaje de forma ordinaria con un gobierno en funciones. El viernes, la Mesa del Congreso de los Diputados solicitó un informe jurídico para conocer qué tipo de iniciativas pueden tramitarse. A la espera del informe, los conservadores han decidido hacer este anuncio como golpe de efecto. Creen que se trata de un asunto clave en un momento en el que la situación en Cataluña es uno de los principales roces existentes entre el PSOE y Podemos de cara a una posible investidura. Y no sólo entre ellos. En los últimos días, barones socialidas han exhibido su malestar por el hecho de que Sánchez haya accedido a ayudar a que ERC y Democràcia y Llibertad tengan grupo propio en el Senado.

La noche electoral del 20-D, cuando la dirección nacional del Partido Popular vio que las cuentas para que gobernara Mariano Rajoy no salían, los conservadores asumieron que lo que les venía a partir de ese momento no iba a ser nada fácil. Y ahora, con el paso de los días, lo empiezan a interiorizar. La sensación que traslada un Gobierno en funciones con la capacidad de actuar muy limitada y un partido a la espera de que se resuelva el panorama ha sumido al partido en el pesimismo. "Estamos haciéndonos a la realidad", subraya un dirigente nacional.

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