PNV y PSE buscan ganar apoyo mientras PP-Cs luchan para que su primera gran alianza no sea un fracaso

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La foto que precede a esta información fue tomada el 22 de noviembre de 2016. De izquierda a derecha, el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar; el por entonces candidato a lehendakari, Iñigo Urkullu, y la secretaria general del PSE-EE, Idioia Mendia, acababan de firmar en el Parlamento vasco un acuerdo de coalición para la legislatura. Los nacionalistas vascos aportaban el mayor número de parlamentarios, 28, y los socialistas de Euskadi, nueve. En total sumaban 37 parlamentarios, a uno de la mayoría absoluta de la Cámara vasca, compuesta por 75 diputados. Este domingo se celebran elecciones autonómicas en Euskadi, las que fueron aplazadas por la crisis del covid-19 tras ser convocadas inicialmente para el 5 de abril. Y los sondeos y los protagonisas de la jornada política apuntan a que esta misma foto tiene casi todas las papeletas de repetirse. Eso sí, tanto el PNV como el PSE aspiran a mejorar su marca de 2016 y a que sus apoyos superen ampliamente la mayoría absoluta. Nunca en esta comunidad una fuerza política ha logrado en unos comicios autonómicos la mitad más uno de los diputados. Siempre ha sido necesario el pacto, el acuerdo. Y todo apunta a que esto no va a cambiar.

Incluso en la horquilla más baja del sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la coalición PNV-PSE se ubicaría por encima de los 38 escaños. Los nacionalistas vascos estarían en disposición de hacerse con entre 31 y 34 actas en la Cámara de Vitoria. Tendrían, pues, en su mano la opción de batir su mejor marca, los 33 escaños que lograron en las elecciones al Parlamento vasco de 2001, con Juan José Ibarretxe como candidato. Y los socialistas mejorarían su peor marca en la historia electoral de este territorio –9 asientos, empatado con el PP– con un pronóstico de entre 11 y 13 escaños.

Evidentemente, la aritmética permite otras combinaciones para articular mayorías, pero a la vista de los sondeos y de las declaraciones de las últimas semanas de los protagonistas, PNV y PSE estarán la noche electoral del 12J en la pista de despegue para repetir mandato. Porque nacionalistas y socialistas, salvo crisis puntuales, se han sentido cómodos y su colaboración no sólo se circunscribe al Gobierno y al Parlamento vasco, sino a las tres diputaciones forales, las capitales y los municipios más poblados. Sin olvidar el Congreso de los Diputados. Hace ahora poco más de dos años que el PNV fue clave para que triunfara la moción de censura que Pedro Sánchez planteó a Mariano Rajoy. Y sigue siendo clave para que el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos articule mayorías.

Otros escenarios con escasa posibilidad de hacerse realidad

Pese a que la reedición de la coalición actual parece la opción más sólida para el día después de la jornada electoral, los números dan otras posibilidades de alcanzar la mayoría absoluta. Según el CIS, EH Bildu se haría con entre 16 y 18 escaños. Ahora tiene 18. Si uniera sus fuerzas con el PNV, algo improbable, llegarían a sumar, en la parte baja de las horquillas, 47 escaños, el 62,6% de la Cámara.

Otra opción, que también suma, es la de un tripartito EH Bildu, Podemos y PSE. Teniendo en cuenta que el CIS otorga a la formación morada entre 11 y 12 escaños (ahora tiene 11), en el peor de los pronósticos de este sondeo las tres formaciones se harían con los 38 escaños que abren la puerta a la mayoría absoluta. Pese a que esta apuesta ha sido verbalizada en actos de campaña por el líder de Unidas Podemos y vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, la idea no encaja en las filas socialistas. La candidata ha sido muy clara esta campaña a la hora de subrayar que ese tripartido de izquierdas que propone Podemos tiene pocos visos de prosperar. 

El tripartido de izquierdas, "bastante lejos", según el PSE

"EH Bildu no va a votar a Idoia Mendia como lehendakari, ni yo voy a votar a Maddalen Iriarte como lehendakari", aseguró en una entrevista concedida recientemente a Onda Vasca. "El tripartito de izquierdas que propone Podemos todo el rato queda bastante lejos", declaró el pasado 6 de julio a elDiario.es la candidata socialista.

"El otro socio que propone Podemos [en alusión a EH Bildu] tiene todavía algunos deberes pendientes no menores en Euskadi sobre la historia reciente de este país. Y compartir un Gobierno no es sólo compartir unas políticas públicas, sino también unas bases éticas. Lo que en Euskadi ha estado sucediendo durante estos últimos años no puede volver a repetirse. Y lo importante es que aquellos que jaleaban a los que amenazaban, acosaban o incluso mataban tienen la responsabilidad de decir que eso nunca se tuvo que haber producido", argumentó Mendia en la citada entrevista.

Las fuentes consultadas alertan también del "terremoto" que supondría a nivel nacional un alejamiento del Partido Nacionalista Vasco, y recuerdan el enfado del portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, tras la polémica del acuerdo firmado entre socialistas, EH Bildu y Unidas Podemos que contemplaba la derogación de la reforma laboral.

Si bien el partido morado fue clave para el PNV a la hora de facilitar el presupuesto para el último año de legislatura en el País Vasco, este gesto supuso un terremoto en las filas de Unidas Podemos, con la dimisión del sector de los Anticapitalistas. El pasado 12 de diciembre emitieron un comunicado en el que su decisión había que entenderla en el contexto de "la deriva" de Podemos en Euskadi tras haber llegado a un acuerdo presupuestario con el Gobierno de PNV-PSE, que le hace "corresponsable" de unas cuentas públicas "antisociales, patriarcales y ecocidas".

El estreno de la coalición PP+Cs

Más allá de la subida que las encuestas dan a PNV y PSE, lo que se interpreta como la aprobación de la coalición de Gobierno, el resto de actores que concurren a las vascas mantendrían su resultado, como serían los casos de EH Bildu o Unidas Podemos ya comentados, o perderían peso, como el Partido Popular. El PP de Alfonso Alonso logró en las últimas autonómicas nueve escaños, empatado con el PSOE.

Ahora, el PP vasco no es el PP de Alfonso Alonso. Es el PP de Carlos Iturgaiz. Y la marca que concurre a los comicios vascos no es el PP en solitario. Se llama PP+Cs e integra a miembros de la formación conservadora y del partido naranja, presidido a nivel nacional por Inés Arrimadas.

No hay encuesta que se atreva a pronosticar que este experimento vaya a ser rentable para el Partido Popular de Pablo Casado. El CIS ubica a la coalición en una horquilla que va de los 3 a los 6 escaños. En cambio, los sondeos internos del PP pronostican que la catástrofe va a ser menor. Que Iturgaiz, el recambio que la dirección nacional de los conservadores encontró a Alfonso Alonso cuando este se negó a aceptar las condiciones que imponía Cs, va a "salvar los muebles" llegando a los siete escaños. En sectores del PP incomodó que Casado aceptara "diluir" la presencia del PP en el Parlamento vasco con el argumento de que estas autonómicas no eran la meta definitiva, sino una etapa más para llegar en el futuro a esa idea de España Suma a la que aspira desde que se puso al frente de la formación hace ahora dos años.

Puestos de salida para Cs

Ciudadanos, que no tiene representación en el País Vasco y que en sus orígenes se presentó como una formación antiforalista y contraria al cupo vasco, obtuvo de sus negociaciones con el PP muy buena ubicación en las listas. Lo que se considera "puestos de salida": el segundo en la lista de Bizkaia y el tercero por Álava.

Los conservadores de Euskadi llevan años en caída libre, elección tras elección. Y Carlos Iturgaiz se encuentra ahora un panorama bastante peor al que se encontró en 1998, cuando cogió un partido que, liderado por Jaime Mayor Oreja, había logrado 11 escaños en 1994.

Pero los nueve escaños con los que se hizo la candidatura de Alfonso Alonso, exministro de Sanidad de Mariano Rajoy y exportavoz de los conservadores en el Congreso de los Diputados, no son el peor registro del Partido Popular en Euskadi desde el congreso de la refundación, celebrado en 1989. Cuando Alianza Popular (AP) pasó a denominarse Partido Popular. El suelo electoral del PP en el País Vasco fueron los seis escaños que el partido obtuvo en las autonómicas de 1990. El reparto fue el siguiente: tres actas en Álava, dos en Bizkaia y uno en Gipuzkoa. Era el estreno de Jaime Mayor Oreja como cabeza de lista, que luego repetiría en los comicios de 1994 y 2001.

En el extremo opuesto, el mejor resultado se produjo en las autonómicas de 2001, cuando Jaime Mayor Oreja se anotó el récord de escaños para los conservadores en Euskadi: 19 asientos en la Cámara de Vitoria. Cámara de VitoriaLa segunda formación más votada, tras el Partido Nacionalista Vasco (PNV).

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Por territorios, fue Álava, como es tradicional en el caso del PP vasco, el que más tiró del buen resultado de Mayor Oreja: nueve escaños, frente a los seis de Bizkaia y los cuatro de Gipuzkoa.

Precisamente hacia Álava se dirigen ahora muchas miradas puertas adentro del Partido Popular. Porque manejan sondeos que ubican a Vox a las puertas de entrar con un diputado por esta circunscripción. Para entrar en el Parlamento vasco es necesario obtener, como mínimo, el 3% de los votos en la circunscripción. Y la extrema derecha estaría rondando este porcentaje.

Que Vox entrara en la Cámara de Vitoria sería un mazazo para el PP por lo que implica de división de su electorado en un momento en el que apostó por una coalición con Cs. Además, tendría un componente muy simbólico porque los orígenes políticos de Santiago Abascal están en el PP vasco, del que empezó a distanciarse en 2008 cuando la por entonces jefa de los conservadores de Euskadi, María San Gil, dio un paso atrás por discrepancias en la redacción de la ponencia política del XVI Congreso Nacional. La cita se celebró en Valencia a finales de junio de ese año y Mariano Rajoy fue reelegido presidente del partido con no poca oposición interna.

La foto que precede a esta información fue tomada el 22 de noviembre de 2016. De izquierda a derecha, el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar; el por entonces candidato a lehendakari, Iñigo Urkullu, y la secretaria general del PSE-EE, Idioia Mendia, acababan de firmar en el Parlamento vasco un acuerdo de coalición para la legislatura. Los nacionalistas vascos aportaban el mayor número de parlamentarios, 28, y los socialistas de Euskadi, nueve. En total sumaban 37 parlamentarios, a uno de la mayoría absoluta de la Cámara vasca, compuesta por 75 diputados. Este domingo se celebran elecciones autonómicas en Euskadi, las que fueron aplazadas por la crisis del covid-19 tras ser convocadas inicialmente para el 5 de abril. Y los sondeos y los protagonisas de la jornada política apuntan a que esta misma foto tiene casi todas las papeletas de repetirse. Eso sí, tanto el PNV como el PSE aspiran a mejorar su marca de 2016 y a que sus apoyos superen ampliamente la mayoría absoluta. Nunca en esta comunidad una fuerza política ha logrado en unos comicios autonómicos la mitad más uno de los diputados. Siempre ha sido necesario el pacto, el acuerdo. Y todo apunta a que esto no va a cambiar.

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