Son proyecciones, no “predicciones”, advierte el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una “simulación estadística” de lo que va a pasar en los próximos en nuestro país a 50 años —y en las comunidades autónomas a 15— a partir de una encuesta sobre los principales indicadores de referencia (índice coyuntural de fecundidad, edad media a la maternidad, esperanza de vida al nacer y niveles de saldo migratorio) en la que han participado demógrafos de toda España.
De ahí que los cálculos incluyan escenarios diferentes: en el peor de los casos, el INE cree que la población española estará en 44,8, y que esa cifra, en la hipótesis más favorable, llegará a los 65 millones. Todo ello en función de cómo evolucionen las diferentes variables.
En todo caso, la España que viene no es, con seguridad, la que le gustaría a Vox. El futuro depende cada vez más de la inmigración. Vamos hacia un país de 54,6 millones de habitantes en el año 2074, dentro de medio siglo. Para entonces, la población nacida en España habrá pasado del actual 81,9% del total, al 61,0%.
¿Y qué pasaría si la inmigración no compensase el volumen de habitantes que se marchan de España? El INE también lo ha calculado: para 2074 seríamos solamente 32 millones. Serían 16,6 millones menos que en la actualidad (un retroceso de un 34,6%), lo que nos situaría en cifras de los años sesenta del siglo pasado.
Nada indica que eso vaya a pasar. Más bien todo lo contrario. Y eso que, a lo largo de todo el período de cálculo, el INE cree que seguirá habiendo más defunciones que nacimientos —crecimiento vegetativo negativo—, lo que significa que el aumento de la población depende de que sigan llegando a nuestro país más personas que las que se van de él —saldo migratorio positivo—. En 2022, subraya la proyección hecha pública este lunes, esa cifra fue la mayor de la última década: 727.005 personas. Es un dato muy relevante: casi duplica las previsiones de hace dos años y quintuplica el listón alcanzado el año precedente.
España registró 1.258.894 inmigraciones en 2022, mientras que 531.889 personas abandonaron nuestro país para residir en el extranjero. El saldo migratorio, según el INE, será similar en 2024 y “decreciente” a partir del año que viene, “con más intensidad en los primeros años, aunque siempre positivo”. El resultado global será “una ganancia neta de población debida a migraciones” de 3,5 millones de personas en los cinco primeros años proyectados y de 7,0 millones hasta 2038. En todo el periodo proyectivo, hasta 2073, sería de 17,1 millones de personas.
Corrección al alza
Las grandes cifras no son muy diferentes de las que el INE publicó hace dos años (la actualización de estas proyecciones tiene carácter bienal). No obstante, la comparación entre los cálculos de 2022 y los de este año muestran una corrección hacia arriba de la población estimada para dentro de medio siglo.
La proyección anterior imaginaba una España de 52,9 millones de habitantes (1,7 menos que ahora). Lo mismo sucede con el cálculo para los próximos 15 años (51 millones era lo que pensaba el INE en 2022; 53,7 es la proyección actual). Eso significa que la estimación se está acelerando: los modelos basados en datos más recientes apuntan a una población mayor en los próximos años de lo que pensábamos hace apenas 24 meses.
El progresivo aumento de las defunciones, superior al número de nacimientos, daría lugar a un saldo vegetativo negativo durante todo el periodo proyectado. Este saldo vegetativo negativo sería superado por el saldo migratorio positivo en la mayor parte de los años del periodo, lo que provocaría, en balance, un aumento de población. Este aumento se debería, por tanto, exclusivamente, a la migración internacional, subraya el instituto.
Aunque el número de nacimientos comenzaría a aumentar levemente en 2024 y seguiría creciendo hasta 2042, entre 2024 y 2038 nacerían en torno a 5,5 millones de niños, un 8,7% menos que en los 15 años precedentes. Y aunque los modelos del INE concluyen que este indicador puede volver a aumentar a partir de 2058, debido a la llegada a las edades de mayor fecundidad de generaciones cada vez más numerosas, los nacimientos siempre seguirían estando por debajo de las defunciones.
Lo que no ha cambiado de la proyección de 2022 a la actual es la esperanza de vida. En 2073 alcanzaría, al nacimiento, los 86 años en los hombres y los 90 en las mujeres, con una ganancia de 5,6 y de 4,3 años, respectivamente, respecto a los valores actuales. Por su parte, la esperanza de vida para las personas con 65 años en 2073 sería de 22,7 años para los hombres (3,6 más que actualmente) y de 26,3 para las mujeres (3,3 años más).
La población entre 20 y 64 años, que actualmente supone el 60,9% del total, se reducirá a un 53,7% en 2051, aunque el INE calcula que para 2074 se hará recuperado parcialmente hasta un 54,2%.
Población dependiente
El porcentaje de población de 65 años y más, que actualmente se sitúa en el 20,4% del total, alcanzaría un máximo del 30,5% en torno a 2055. En 2074 este porcentaje se situaría en el 30,3%.
Por su parte, y de mantenerse las tendencias actuales, la tasa de dependencia (cociente, en tanto por ciento, entre la población menor de 16 años o mayor de 64 y la población de 16 a 64 años) también alcanzaría un máximo en torno a 2052 (del 75,3%), para ir bajando paulatinamente a partir de entonces, hasta el 73,9% en 2074.
Por lo que se refiere a las proyecciones a 15 años por comunidades autónomas, de mantenerse las tendencias demográficas actuales, se observaría una evolución dispar. Trece de ellas aumentaría población y cuatro la perderían. Los mayores incrementos relativos se registrarían en Illes Balears (19,0%), Comunitat Valenciana (19,0%) y Región de Murcia (17,2%). Por el contrario, los descensos más acusados se darían en Principado de Asturias (-4,1%), Extremadura (-3,4%) y Castilla y León (-0,7%).
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De acuerdo con las proyecciones del INE, para 2039 Cataluña estará muy cerca de alcanzar a Andalucía como la comunidad autónoma más poblada de España. En la actualidad, en la comunidad andaluza viven aproximadamente 8,5 millones de habitantes, 700.000 más que en la catalana. Pero, según el INE, para dentro de 15 años esa diferencia se habrá reducido a apenas 67.000 personas, a pesar de que Andalucía tendrá entonces 9,3 millones de habitantes. Y será gracias a la atracción que tiene Cataluña para inmigración.
Otro dato revelador: en 2039, el peso poblacional combinado de Andalucía, Cataluña, Madrid y la Comunitat Valenciana habrá aumentado 2,1 puntos porcentuales y habrá pasado del 59,1% de 2021 a un 61,3%. De seguir así, en un plazo relativamente breve de tiempo dos de cada tres españoles serán andaluces, catalanes, madrileños o valencianos.
Los cálculos de población del Instituto Nacional de Estadística (INE) son esenciales para la planificación de servicios públicos como educación, salud, transporte y vivienda, pero también para que las empresas y las organizaciones privadas realicen estudios de mercado, planifiquen la ubicación de nuevos negocios y comprendan mejor a su base de clientes.
Son proyecciones, no “predicciones”, advierte el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una “simulación estadística” de lo que va a pasar en los próximos en nuestro país a 50 años —y en las comunidades autónomas a 15— a partir de una encuesta sobre los principales indicadores de referencia (índice coyuntural de fecundidad, edad media a la maternidad, esperanza de vida al nacer y niveles de saldo migratorio) en la que han participado demógrafos de toda España.