El comisario madrileño que, como hoy ha publicado infoLibre, impartió el martes una orden escrita para que los 200 agentes bajo su mando den un trato preferente a las "autoridades" implicadas en algún delito acaba de recibir un severo rapapolvo de sus superiores. El comisario tendrá que rectificar su circular pero no será objeto de ninguna amonestación oficial ni sanción.
Fuentes oficiales de la Dirección General de Policía aseguran que el comisario jefe del distrito madrileño de Arganzuela, José Ramón Murillo, fue convocado esta mañana por el jefe superior de Madrid, quien le ordenó rectificar de inmediato su circular. La orden de Murillo dice literalmente que, en caso de que comparezca en comisaría algún político "involucrado en una infracción penal", ningún agente realizará la más "mínima gestión" -ni leerle sus derechos ni detenerlo- hasta recibir instrucciones de un superior. Anoche, portavoces oficiales de la cúpula policial aseguraron que Murillo se había justificado aduciendo que la circular solo se refiere a los diplomáticos para evitar "conflictos con otros países". "Si la circular hacía alusión solo a los diplomáticos, tendrá que redactarla en esos términos", precisan los portavoces del Cuerpo. En realidad, y como recalcan los sindicatos, cualquier policía sabe desde la Academia que los diplomáticos gozan de inmunidad. Trnasmitir instrucciones escritas en esa dirección resulta, por tanto, innecesario. El distrito madrileño de Arganzuela no comprende ninguna zona de embajadas, que se concentran en los de Salamanca, Chamberí y Chamartín.
Tanto el Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en el Cuerpo, como el Sindicato Independiente (SIPE), que ayer denunció los hechos, reclaman medidas drásticas: el SUP exige la destitución inmediata del comisario. El SIPE, que se le sancione con la suspensión prevista prevista en el régimen disciplinario interno, que oscila entre cinco días y tres meses.
"Aquí se está aplicando lo de que perro no come carne de perro", espeta con endado el portavoz del SIPE, Alfredo Perdiguero, convencido de que la circular "desprestigia al Cuerpo" al establecer distinciones entre los ciudadanos y debe por tanto reportar una sanción a los dos mandos que la firman, Murillo y su número dos, José Zamorano. El castigo previsto, sostiene Perdiguero, es una suspensión para el cargo de entre cinco días y tres meses.
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El SUP llega aún más lejos. "Este señor no puede seguir ni un minuto más al frente de una comisaría", dice el portavoz del sindicato mayoritario, José María Benito, en referencia al comisario Murillo. Para el autor de la peculiar circular "no existe el Estado de Derecho sino ciudadanos de primera y de segunda según a qué casta pertenezcan", añade Benito. "La Dirección General tiene que destituirlo de inmdiato", es su apostilla.
Dirigido a los jefes de sección de la comisaría, el escrito dice lo siguiente: El texto dice lo siguiente: "Para conocimiento y obligado cumplimiento se significa que cuando se persone en esta dependencia cualquier autoridad política, diplomática o institucional (española o extranjera; denunciante o denunciado) se dará aviso y comunicación inmediata al jefe de la dependencia por el conducto reglamentario”.
A renglón seguido, la orden introduce el criterio de discriminación positiva a favor cargos públicos e institucionales y diplomáticos de cualquier nacionalidad: “Si cualquiera de esas personalidades se encontraran involucradas en una infracción penal, se abstendrán de actuar (detener, informar de los derechos, realizar la mínima gestión, etc.) hasta que reciban las instrucciones de un superior”.
El comisario madrileño que, como hoy ha publicado infoLibre, impartió el martes una orden escrita para que los 200 agentes bajo su mando den un trato preferente a las "autoridades" implicadas en algún delito acaba de recibir un severo rapapolvo de sus superiores. El comisario tendrá que rectificar su circular pero no será objeto de ninguna amonestación oficial ni sanción.